Como líder priísta, ``no puedo justificar la salida del alcalde''
Georgina Saldierna V El presidente nacional del PRI, Santiago Oñate Laborde, manifestó anoche su rechazo a la solución que se dio al caso Huejotzingo, porque con ella ``pierde el Estado de derecho, pierde la política y pierde la ciudadanía''.
Explicó que pierde el Estado de derecho porque la solución se apartó de la ley; pierde la política, porque un problema no se resuelve con la creación de otro, y pierde la ciudadanía al ser gobernada por quien no acudió al electorado en busca del voto, ni presentó propuesta de gobierno alguna.
Señaló que como presidente del PRI no puede avalar este tipo de soluciones (las llamadas concertacesiones) y como ciudadano ``las estimo... retrocesos en la construcción de la democracia y en el fortalecimiento del Estado de derecho''.
En un comunicado de prensa, dijo que es necesario cancelar el paso a los atropellos a la legalidad, pues sólo a partir de ella se pueden proveer soluciones a los conflictos poselectorales.
Oñate Laborde aseguró entender y reconocer la actitud conciliadora del presidente municipal de Huejotzingo, Miguel Angel Martínez Escobar, pero ``no justifico su decisión'' de solicitar licencia al cargo'', subrayó.
Al condenar la violencia moral y las presiones al margen de la legalidad como métodos para resolver los problemas poselectorales, afirmó: ``Desearía poder compartir plenamente los motivos de Martínez Escobar; su propósito de no ser un obstáculo para que la comunidad de Huejotzingo pueda ser pacíficamente gobernada y, eventualmente, allanar el camino a un amplio consenso sobre reformas de carácter nacional. Sin embargo, como presidente del CEN del PRI no podría hacerlo sin demérito del inexcusable compromiso del partido con la democracia y la legalidad''.
Para el dirigente nacional del PRI, el fortalecimiento del Estado de derecho debe ser la respuesta a la incertidumbre que generan prácticas poselectorales dominadas por la presión y la violencia.
De esta manera, consideró que si los problemas derivan de rigideces normativas estimadas como injustas, son tales normas las que deberán reformarse. Pero si derivan en cambio de una aplicación que se estima errónea, deberán fortalecerse o crearse mecanismos para su revisión institucional, dijo.
Agregó que en cualquiera de estos dos casos, el derecho deberá proveer soluciones que sean acatadas por las partes con independencia de bandera partidista. Con esta convicción, el PRI ha estado invariablemente dispuesto a constribuir a la construcción de normas e instituciones democrática, subrayó.
Oñate Laborde señaló que los actuales tiempos reclaman, de todos, tolerancia, concordia y unidad. México reclama firmeza y valor, ampliamente demostrados por el Presidente en su propuesta para avanzar en la transformación del país afrontando críticas mal intencionadas y resistiendo tentaciones populistas.
Por último, a los militantes del PRI les dijo que la reforma de este partido no puede esperar. Es preciso actuar con celeridad y cancelar el paso a los atropellos a la legalidad, pues sólo un partido fuerte, popular, nacional y democrático podrá garantizar a los mexicanos el país que merecemos.