Acuerdan los chinchulines no permitir el retorno de desplazados
Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 18 de mayo Sacerdotes, religiosas e indígenas del municipio de Chilón iniciarán mañana una ``Jornada de ayuno por la paz'' en la comunidad de Bachajón, para ``detener la violencia'' y el incremento en la ``ingobernabilidad que desde hace meses impera en la región norte'' del estado.
Paralelamente, durante una asamblea hoy en Bachajón, unos 500 integrantes del grupo priísta los Chinchulines, acordaron no permitir que regresen los indígenas y mestizos desplazados de ese lugar a consecuencia de los hechos del 5 de mayo que dejaron un saldo de seis muertos.
Demandaron la presencia del gobernador Julio César Ruiz Ferro, ya que, dijeron, ``Bachajón no está tranquilo'' y el nivel de los negociadores del gobierno en el actual conflicto ``es muy bajo''.
Dirigentes del grupo
Chinchulines durante la asamblea
en la que votaron en contra
del regreso de los desplazados
de Bachajón, entre cuyos líderes,
dicen, se encuentran
los responsables de los asesinatos de cuatro
personas.
Foto: Omar Meneses
En un comunicado divulgado en esta ciudad, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro informó que la ``Jornada de ayuno por la paz'' que iniciará mañana en la iglesia de San Gerónimo, Bachajón, tiene el propósito de ``denunciar el peligro en que se encuentra la población civil que sigue estando sometida por el grupo paramilitar los Chinchulines''.
Asimismo, por ``la ausencia del Estado de derecho'' y por el ``fortalecimiento de las llamadas guardias blancas y grupos paramilitares amparados en la impunidad''.
Añadió que el ayuno lo encabezarán el sacerdote jesuita Mardonio Morales, superior de esa orden en Bachajón; las hermanas Ana Sofía Aranda, superiora de las Religiosas Mínimas de María Inmaculada, y Esther Cueva, de la orden del Divino Pastor, en ese ejido tzeltal ubicado en Chilón. Las tres misiones llevan 25 años laborando en Bachajón.
Indicó que se espera que en el ayuno participen, además de los sacerdotes y religiosas, indígenas de varias de las más de 460 comunidades que atienden las tres misiones religiosas en Chilón.
En el comunicado, el organismo humanitario insistió en la necesidad de que el gobierno federal ``no permanezca más tiempo indiferente ante las graves circunstancias que se viven en Bachajón, e intervenga antes de que llegue nuevamente la violencia, pues la ausencia de gobernabilidad en la región podría provocar que sectores de la población busquen hacerse justicia por su propia mano''.
Mientras tanto, los aproximadamente 500 integrantes de los Chinchulines que se reunieron hoy en Bachajón, insistieron en que no permitirán el retorno de los desplazados de ese lugar, sobre todo de los dirigentes, a quienes acusan de haber asesinado a su dirigente, Gerónimo Gómez Guzmán, y a tres compañeros suyos el pasado 5 de mayo.
El actual líder de este grupo priísta, Gerónimo Méndez Jiménez, señaló que están de acuerdo en que el gobierno estatal reubique a los desplazados en un sitio fuera de Bachajón para evitar mayores conflictos.
Durante la asamblea en la que participaron representantes de 24 comunidades, demandaron insistentemente la presencia del gobernador Ruiz Ferro, ya que ``el nivel del negociador, Uriel Jarquien (subsecretario de Gobierno) es muy bajo''.
Pidieron también que las viudas sean indemnizadas, que se reparen los daños ocasionados durante el enfrentamiento y que el ejido se divida en dos para evitar más enfrentamientos con sus contrarios.
Por otra parte, el obispo Samuel Ruiz García se reunió anoche con el mandatario chiapaneco en Tuxtla Gutiérrez, para plantearle, entre otras cosas, el problema de Bachajón, a petición de un grupo de desplazados que considera que no hay condiciones para su retorno.