La Jornada 19 de mayo de 1996

Argucia de Fidel Velázquez evita la posible caída de Blas Chumacero

Andrea Becerril, enviada, y La Jornada de Oriente, Puebla, Pue., 18 de mayo Desde su silla de ruedas, manteniendo erguida con dificultad la cabeza algunos minutos, el nonagenario Blas Chumacero logró sortear con la ayuda de Fidel Velázquez, el difícil momento por el que pasa debido a la pugna por el control de la Federación de Trabajadores de Puebla (FTP).

Si bien no pudo reelegirse por décima séptima ocasión, seguirá al frente de los cetemistas poblanos, aunque los dirija desde su domicilio particular con la ayuda de su esposa, un aparato auditivo y varios enfermeros que vigilan las 24 horas sus signos vitales.

El respiro para don Blas vino después de que el líder nacional de la CTM, suspendió hoy el 29 Congreso estatal de esa federación, valiéndose de un sencillo pero inusual recurso en las filas cetemistas. Fidel Velázquez pidió que se constatara el quórum y no lo había, pues en el recinto sólo estaban 57 de los 168 delegados.El hábil recurso, que se planeó desde la ciudad de México, tomó por sorpresa a los dos grupos, el que encabeza el propio don Blas y el de Adolfo García Camacho, que tiene el apoyo del líder electricista Víctor Manuel Carreto Fernández de Lara y al constructor Raúl Pardo.

Tan es así, que Chumacero, quien confesó que en realidad tiene 91 años y no 87 como aseguran sus biógrafos ya no leyó la carta que llevaba en el bolsillo, donde llamaba a la unidad.

Fidel Velázquez propuso que el congreso se suspendiera, dijo que considera ``traidores'' a quienes en estos momentos propician la división en los sindicatos y dio el espaldarazo a su compañero de generación y de luchas, Blas Chumacero, de quien dijo ``seguirá hasta el final de sus días'' sirviendo con lealtad a los trabajadores poblanos.

``Sentimos mucho que Chumacero no goce de salud plenamente, pero así como está aquí lo tenemos presente, lo que me causa a mí mucho gusto de veras''.Luego explicó que no había quórum y que por tanto suspendía el congreso y anunció el nombramiento por parte del Comité Ejecutivo Nacional de un delegado que se hará cargo de organizar con total apego a los estatutos un nuevo congreso de la FTP.

El líder de 96 años, que lucía mucho mejor que don Blas, a quien la enfermedad lo tiene prácticamente consumido, preguntó luego si había acuerdo en su propuesta y si alguien quería objetarla y subir a hablar a la tribuna.

No les dio mucho tiempo para decidir. Como ninguno de los bandos reaccionó de inmediato y don Blas no tuvo tampoco oportunidad de pedir el consejo de su esposa Aurelita Corona, Fidel Velázquez sometió a votación su propuesta y declaró que el congreso estaba suspendido. Los llamó luego a trabajar con más cuidado a efecto de ``tener aquí a cada una de las organizaciones que integran la federación y hacer un congreso con todos los visos de legalidad y se cumpla estrictamente con los estatutos.

Les dijo también que había asistido acompañado por cinco integrantes del CEN, entre ellos el secretario de Organización, Martín Montaño; el de Asuntos Políticos, José Ramírez Gamero; el de Trabajo y Conflictos, Javier Pineda, y el representante jurídico Juan Moisés Calleja, además de otros cetemistas y algunos que no lo son, como Manuel Cadena para tratar de resolver el conflicto en la federación poblana, pero no pudo hacerse por la falta de mayoría.

Y luego los regañó: ``Es absolutamente absurdo que en esta época de problemas tan graves, como lo es la crisis y en consecuencia la situación económica, social y política que enfrentamos, falte la unidad. Ello es imperdonable. La división es absolutamente negativa y la consideramos nosotros como una traición al movimiento obrero''.

Don Blas, con aspecto cadavérico, seguía con la cabeza baja el discurso de Fidel. No hizo intento por hablar ni siquiera al final, pero se veía más tranquilo que al inicio de la asamblea que él esperaba acalorada, como lo declaró días antes en varias entrevistas radiofónicas.

Los representantes de los grupos en pugna tampoco se atrevieron a disentir del acuerdo. Crescenciano España Morales, quien figura en la planilla propuesta por don Blas como su secretario sustituto, rechazó que la falta de quórum fuera debida a una maniobra.

``No, de ninguna manera, se debió a la falta de coordinación, pero seguramente que llegaremos al próximo congreso con unidad'', dijo.

Por su parte, Carreto Fernández de Lara señaló que aunque no se realizó el congreso, lo sucedido fue importante ``porque es una demostración de que la mayoría es la que tiene que gobernar a los sindicatos''. Rodeado por un buen número de seguidores, no pudo explicar por qué éstos no entraron al acto.

``Bueno, pensaron que ya se había iniciado la sesión, se confundieron, qué sé yo, pero creo que fue una medida conveniente que permitirá organizar mejor los trabajos'', apuntó.

Declinó responder qué tan perjudicial resulta la permanencia de líderes que se aferran a los puestos. ``No puedo opinar porque soy juez y parte''. Sin embargo, advirtió que su planilla propone a Blas Chumacero como secretario general, pero en un cargo de apoyo, de consejo.

A su vez Martín Montaño, secretario de Organización de la CTM, precisó que lo sucedido ayer es un llamado de atención a todas las federaciones y sindicatos cetemistas para que regularicen su situación. Hubiera sido muy fácil, apuntó, que el congreso se efectuara aunque no hubiera quórum, pero la decisión de Fidel Velázquez es que en adelante las cosas se hagan bien.

El delegado del Comité Ejecutivo, precisó, no será más que un coordinador que vendrá a trabajar con los dirigentes estales. No va a venir a imponer ninguna política, sólo la observancia del estatuto.