La Jornada Semanal, 19 de mayo de 1996


Entrevista con Manuel Ponce

La poesía y la religión

Magali Tercero

La obra del padre Manuel Ponce, compuesta de seis libros y algunos poemas dispersos, reunida por Javier Sicilia y Jorge González de León en Manuel Ponce. Poesía (1940-1984), reconcilia, en palabras de Gabriel Zaid, la tradición religiosa con la sensibilidad moderna. En esta entrevista, el cura de Tanhuato, Michoacán, revela las líneas de unión entre poesía y religión, entre lenguaje poético y lenguaje sagrado.



Hace sólo dos años, el 5 de marzo de 1994, falleció Manuel Ponce, el poeta y sacerdote nacido en Tanhuato, Michoacán, el 19 de febrero de 1913. La presente entrevista que se publica aquí en homenaje al gran poeta que fue se realizó en 1986 en la sacristía de la Iglesia de la Coronación, donde oficiaba misa habitualmente.

El 14 de octubre de 1977, Ponce pronunció su discurso de ingreso a la Academia de la Lengua, titulado "La elocuencia sagrada en México". Ponce colaboró, entre otras revistas literarias, en Ábside, Letras de México, El Hijo Pródigo, América. Los dos libros más importantes que se han escrito sobre su obra son el de María Teresa Perdomo, La poesía de Manuel Ponce, con prólogo de Alejandro Avilés y publicado en la Biblioteca Nicolaíta de Poetas Michoacanos, en 1994, y Dos patriarcas sonrientes: Manuel Ponce y Octaviano Valdés, del académico Tarsicio Herrera Zapién, editado por Obra Nacional de la Buena Prensa en 1994. El Periódico de Poesía publicó durante el verano de 1994 un homenaje al padre Ponce.

En el prólogo a la Antología Poéticade Manuel Ponce, que publicó el Fondo de Cultura Económica en 1980, Gabriel Zaid, el primero en reconocer y difundir su presencia poética, habla de un profesor enamorado de Dios que escribe, casi en secreto, algunos de los mejores poemas de la poesía católica moderna.

La difusión de la obra de este hombre ha sido tan secreta como su actividad creadora, y así resulta que pocos saben de Manuel Ponce, sacerdote y poeta. Algunos poemas suyos aparecen en Museo Poétio, la antología de poesía mexicana preparada por Salvador Elizondo, y José Joaquín Blanco lo menciona en su Crónica de la Poesía Mexicana como un escritor que asimila a la ya exangüe poesía religiosa los hallazgos modernos. No aparece, en cambio, en Poesía en movimiento.

Por su parte, Javier Sicilia prologó para el número 100 de la serie Poesía Moderna (Material de Lectura, UNAM, 1982), una selección de poemas de los libros Ciclo de vírgenes, Quadragenario y segunda pasión, Misterios para cantar bajo los álamos, Cristo y María, El jardín increíble y Elegías y teofanías. La Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM y el gobierno de Michoacán publicaron Manuel Ponce. Poesía (1940-1984), preparada por Jorge González de León y Javier Sicilia.

La poesía: una forma de conocimiento religioso

Quisiera empezar leyendo un fragmento del prólogo que escribió Javier Sicilia en Material de Lectura: "'No tiembla la hoja de un árbol si no es por la voluntad del Padre', dicen los Evangelios. Ponce lo sabe y su poesía aparece como el vivo reflejo de esa enseñanza. Atento a este gesto se inclina sobre el mundo y descubre que el espíritu ha encarnado en esta tierra." Qué comentario haría sobre esto?

Lo que quiere decir es que la mirada del poeta tiene que descubrir siempre un misterio en todas las cosas que ve. Y que esta hormiguita o esta piedra, o esta estrella o esta persona, tienen también en el universo un sentido. Entonces esa transparencia de las cosas te lleva a la contemplación de algo trascendental. Quiere decir que seas consciente de que perteneces a un mundo que debe ser de transparencia para otra cosa.

Quizás esta pregunta es innecesaria, pero cómo concilia su vocación religiosa y su vocación poética?

De una manera natural, porque mi pensamiento es ése, algo que ya está dentro del alma de cada quien, y no siento que sea una cosa que se injerta sino algo completamente elemental.

Qué relación encuentra entre poesía y religión?

Casi siempre llega uno a esos planos de lo espiritual y lo religioso desdelas actividades de la vida a las que precede un pensamiento de cierta duración. Ve el sentimiento del amor: cuando se trata de definirlo no puedes prescindir de hablar de permanencia, de eternidad, inmortalidad. La primera expresión de las personas que se aman es "te amo para siempre", aunque no sea cierto. Lo tienen en la boca porque también está en la entraña misma del ser, y ciertos valores del espíritu no están sujetos a la temporalidad. La religión es tan cercana al arte y a la poesía y a todo lo bello porque participa en la cuestión trascendental. Y así ocurre que no termina tampoco cuando se disuelve el ser humano, que hay un elemento inmortal y que tus ideales quieren pervivir, lo que da un entrañable valor a tus acciones, a tus afectos. Y entonces se lanza a ese espacio donde existe la palabra eternidad. Porque uno nunca está conforme con lo temporal, no admite que esto se acabe (ríe), pues cómo? La vida no se acaba, no tendría sentido si fuera para acabarse.

Usted estará de acuerdo con Hegel en que la poesía es el antepenúltimo peldaño del conocimiento, solamente superada por la religión y la filosofía?

Bueno, desde luego tienen muchas analogías, pero no es precisamente una escalera que hay que subir por acá y por allá. Es una expresión un poco materializada de una realidad que necesita de varias cosas para explicarse.

Entonces, poesía, filosofía y religión están hermanadas?

Son muy afines, se explican las unas a las otras, se complementan. Hay una gran unidad en todo el universo y todo contribuye a explicar. Pero siempre queda un lugar inexplorable que es el misterio de la vida, quedan esos huecos que son como los agujeros estelares, que son para comunicarte de veras con algo infinito. La poesía tiene tanto valor porque te releva de esa obligación constante de estar viendo la parte material, y no te circunscribe a ese círculo odioso del puro placer humano.

Sería una forma de conocimiento religioso?

Es una forma de conocimiento religioso. En su origen la poesía era eso, el primer canto a los dioses. Luego (Ponce empieza a reír), nosotros hacemos todo lo posible para degenerar esa primigeniapureza de la poesía. Todo lo acabamos, todo lo desbaratamos y creemos que es lo último cantarle al sexo, y por eso no salen de las camas algunos poetas.

Bueno, pero no se puede cantar a Dios desde las sábanas?

Ah, claro que sí. Pero no es lo único! Hay que ser trascendentes, que se salgan ya de esa misma pestilencia de las sábanas (Ponce de plano suelta la carcajada).

Los comienzos: el madrigal que no era tal

Volviendo a la cuestión de la inmortalidad, Zaid habla de que en su libro El jardín increíble finalmente lo que plantea usted es una victoria de la vida.

Sí, es el sentimiento y apreciación de todos los elementos naturales de la vida humana, bajo la luz de esa eternidad que nos presenta la idea de la muerte. No de la muerte que es destrucción, sino de aquella que es iluminación, fuerza especial para que cada día cobre nueva vida porque sabes la temporalidad de todas tus acciones.

Pero, de qué quieres que hablemos? De poesía? Deja la filosofía a un lado, que mejor te voy a decir un poema del que me estaba acordando hoy, pues murió un obispo muy querido mío en Celaya. Con él estuvimos allá por los años cuarenta, recluidos en el Seminario porque estábamos en tiempo de persecución. Allí estaba un poeta muy notable que ha caído en el olvido y ya murió, que era Francisco Alday. Bueno, pero entonces, en aquella soledad de aquellas noches, yo nada más veía las puras estrellas desde el patio de la casa, y era la única comunicación que podía haber, solamente las estrellas del cielo. Así que ahí hice un poemita que le enseñé a Alday: "Era un silbo de tren nada más era/ liberación dinámica de un gas cautivo/ en la prisión de una calera./ Era un silbo de tren nada más/ pero corrió en el viento que pasaba/ para contar al mundo su alborozo/ y lo que se quedaba de aquel silbo de tren/ era sólo un sollozo.

Era un remedo de lo de Urbina (Ponce vuelve a reír con ganas), por ejemplo, de su versión del misterio gozoso del nacimiento: "Pastorcillos de Belén:/ Todo mundo a la posada/ con los ases del jazz-band!"

Es hacer presente el misterio cristiano en combinación con las expresiones más comunes y corrientes, o populares, de nuestro folclor mexicano. Yo estaba embebido de todas las formas clásicas, la poesía latina, la italiana y la francesa, y después ya uno se aventura por todas las literaturas del mundo moderno. Perocuando se trata ya de la cosa creativa, cuando se enfrenta uno a la forma, entonces el hombre inquieto tiene que romper el molde. Y el que no, más bien imprime las ideas, las formas de la antigüedad en una versión suya, aunque puede ser muy buen poeta.

A mí me tocó ser de los inquietos, y sin desconocer la belleza, al contrario, admirando más y más las formas antiguas y clásicas, mi tendencia es quitarles solemnidad para aventurar expresiones más coloquiales que también impliquen una visión personal, actual, sobre aquellos mismos temas que se han tratado antes de una determinada manera y con una gran verdad. Es el síntoma de todas las épocas, el creador que se enfrenta al dilema de ver lo que ha recibido y lo que tiene que dar.

El poema como construcción musical

Zaid dice que usted tiene un verso blanco que no era conocido en español. Él opina que su poesía es de vanguardia.

Estoy más o menos de acuerdo con esa manera de juzgar mi poesía. Mi preocupación ha sido no sólo por lo que ve el fondo, la expresión de la idea que te llena y que puede ser trascendental o renovadora, sino también de la misma expresión. La musicalidad del verso para mí ha sido una cosa enteramente innata, tengo una disposición favorable para entender los giros y modos musicales. Me ha interesado valerme de los ritmos antiguos y darles otra tonalidad y otra acentuación para desbaratar aquella rigidez... Entregar algo que tenga rememoración de lo antiguo pero que sea una musicalidad nueva, y eso lo logras cabalmente con los mismos elementos antiguos de la rima, el metro, etcétera.

Usted ha trabajado con metros muy difíciles

Muy difíciles, pero atendiendo siempre a un ritmo, a un movimiento interior de cada verso, no a la pura colocación de las sílabas y los acentos sino conservando ese propósito de darle otro giro musical. Parece hasta cierto punto una prosa sin rima, con un ritmo interior. Es mi propensión, que yo más bien veo después de haber hecho las cosas. Esto que te estoy diciendo es la explicación ya muy posterior a la realización.

Cuáles cree que son sus principales logros técnicos? Dónde los ha aplicado?

Por ejemplo, en el poema "Teoría de lo efímero" hay todo ese juego de imagen, ideas, conceptos; pero lo que sustancialmente es, tiene que ver con la poesía lírica. Allí se sostiene la parte musical con sus propios elementos.

Qué otras búsquedas técnicas ha hecho?

Así como en música siempre hay sones que se mantienen, leitmotivs, a cada poema yo le he buscado ese leit-motiv musical, cosa que no es tan común y corriente. Y entonces encuentras tú que hay repetición de ciertas vocales que van a darle un carácter muy propio de ese tema que estoy tocando. No sé si podría ilustrarlo esto: "Música de la piedra más baldía/ escribe su creciente partitura/ y música del cielo lo más pura/ en la tierra su módulo se enfría." Hay repetición de ciertas vocales que son como ecos de lo que antes se ha dicho. Están entrelazadas, ése es como un leitmotiv, el imperio de determinado sonido. Por ejemplo: "Todas las liras en el aire tenso/ repercuten al son apasionado/ el clamor de los hombres en ascenso/ penitencial redunda en su costado/ y permanece, contrapunto inmenso/ Oh Jesucristo bienaventurado." El am, el om, todo es como una orquestación que se aplica a esa musicalidad de la catedral. Cada vocal y consonante es como un eco de la anterior.

Sus versos tienen un sonido muy terso, muy limpio

Ah sí! He cuidado que no haya muchas sinalefas. Quiero que salga la música con toda naturalidad: la difícil facilidad.

Oiga, y cómo eran recibidos sus poemas en la comunidad religiosa? Porque eran de vanguardia y abordaban los temas en forma inusual.

En general, mis temas siempre tienen una tónica o una entraña religiosa.



Hables de lo que hables, vas a expresar un alma religiosa si la tienes. Mi primer libro fue basado exclusivamente en la Biblia: el Ciclo de las vírgenes. Era muy novedoso, y Alfonso Méndez Plancarte y otras gentes calificaron ese libro como un tema todavía virgen, aun cuando ya los poetas cristianos lo habían tocado, pero la forma era una novedad. Eso fue definitivo, porque me introdujo a ese mundo tan apasionante de la poesía cristiana. Vas ahondando en esa riqueza y te quedas sencillamente asombrado con Paulino de Nola, Prudencio... ves ya fundida la literatura del espíritu clásico, del periodo grecolatino con el hebreo: una conjunción de espíritus y de poesía. Todas nuestras literaturas cristianas de principios de la lengua francesa, española, italiana, el Dante... Eso es lo que te han dado, y a su vez te da algo inconmesurable que recibiste y tienes que respetar y que impulsar también a una renovación. Eso es tarea de todos y cada quien la hace según sus propias capacidades.

Los poetas se confiesan cada viernes primero

Es un deber del poeta renovar o inventar?

Es un deber ser consciente de que él recibe una herencia, y si no la tiene es porque no la ha estudiado y no se ha asomado a ella. Pero lo que presenta debe ser fruto de la innovación, de la cristalización de ese impulso renovador. Aquel que sin conocer lo antiguo produce poesía moderna está sujeto a muchas eventualidades. Y se atiene a las consecuencias! Este oficio trae todos los avatares y peligros de un oficio que es por sí mismo innovador.

Hasta dónde encuentra ese espíritu creador en la poesía católica moderna y en la poesía en general?

Hay literatura sensacional de muchos jóvenes que han contribuido a dar una impresión de solidaridad en el momento creativo. El panorama de la poesía en México ahora me parece extraordinario. Nosotros formamos un pequeño grupo que se llama Casa de la Poesía, y cabalmente obedece a esto que hablábamos, que nunca se aparte uno de esa corriente humanística que ya también es tradicional en México, y que surte la tradición, provoca la renovación desde Gutiérrez Nájera y Othón. Cuando se conoce ese elemento humanístico se promueve más la creación nueva. Queremos que en esta casita de la poesía exista muy conscientemente ese elemento. Es un diálogo entre todos. Hacemos reuniones cada viernes primero porque ése es día de confesión y el poeta va a confesarse.

Dos últimas preguntas, padre: A quiénes mencionaría como presencias fuertes en su poesía?

Primero a griegos y latinos, después Dante, la poesía italiana y toda la poesía en español y en francés. Y cuál es la otra pregunta?, dila porque ya quiero terminar para darte un poema inédito que tengo...

El desconocimiento de la religión católica puede ser una barrera para comprender su poesía?

Para determinadas cosas sí, porque muchos poemas entrañan ya el conocimiento teológico, y el que no conoce lo complejo de la teología no le dará el valor que tiene.