Si algo prefigura el chupacabras, lo mismo la numerología, el amuleto de las tres virtudes y el comportamiento de la selección mexicana. Los planetas nuevos y la inagotable lluvia de neutrinos son realidades tangibles. Como a los ovnis y no sólo Aguas Blancas, la barbarie liberiana y los goles, el video y la red global de computadoras están haciendo tangible la realidad del chupacabras.
``Conocido como el Vampiro de Moca unos años atrás, aparentemente la criatura es una derivación o una mascota de otros seres inteligentes que vinieron a la Tierra hace mucho, mucho tiempo [...] Fuentes confiables en Puerto Rico han contactado The Chupacabra Home Page para contarnos la verdad acerca de este fenómeno. [...] Los chupacabras exhiben un comportamiento inteligente y poseen cierta habilidad rudimentaria para volverse indetectables.'' La sequía es muy aparente y eso la hace aburrida o al menos no conducto de un miedo generalizado, cuando en otros tiempos era el terror mayor, una ira de los dioses que exigía sacrificios inmensos antes de aplacarse. Tláloc era al fin, como todos los dioses, temperamental y abusivo.
Los tiempos encarnan tanta necesidad de invisibles otredades en los mitos que amalgaman una sociedad y le dan lenguaje común y derroteros más o menos precisos. Hay en efecto un mito de la pobreza donde por necesidad es un otro el que maltrata y explota, mitos de la riqueza donde por supuesto son otros los pillos que se quieren llevar la lana y mitos de origen y fin del mundo donde siempre hay batallas desde la luz hacia lo invisible. El mito de la patria con su numeroso panteón de heroicidades, el mito de la Nación con su ejército cubierto de glorias, de nuevo contra un enemigo externo, y el mito del Estado, que persigue al otro indetectable entre la población civil.
El mito que sostiene al chupacabras, del que éste viene siendo un sucedáneo cualquiera, es el mito más obvio de la violencia. Mito no en su común acepción de falacia, desde luego, sino como agregado y síntesis de una cultura. Se lee la violencia en los periódicos, se ve en la televisión, se oye de los conocidos y las cada vez más numerosas anécdotas, se toca con frecuencia en vibra o especie. Un mito, como todos, complicado y lleno de símbolos y referencias elípticas. ¿Huele a desorden y terror? Siempre es otro el que procura el mal que lo causa. ¿Lee la imaginación colectiva en los animales chupados por lo que sea un signo de algo que de todos modos siente aunque no quiera verlo o no sepa muy bien de dónde viene?
Tampoco es para tanto, parecerá, no sin razón, a algunos. Además de temores e histerias, pánicos, disparates e interpretaciones desesperanzadas y ominosas el chupacabras es también, lo que nunca la sequía, burlas y chascarrillos, caricaturas, picaresca de todo tipo. El doctor Neftalí Olmo-Terrón, director médico del Hospital Psiquiátrico Estatal de Puerto Rico, da su propia explicación del fenómeno en la Chupacabras Home Page: ``En español cabra es una palabra usada para designar a las mujeres promiscuas, incluyendo prostitutas. En los tiempos del sida [...] hasta la fantasía erótica puede percibirse como peligrosa. No hay tal cosa como sexo seguro. La única manera aceptable de ''chupar la cabra" y conseguir al hacerlo una cierta dosis de excitación primitiva ¡es que alguien más lo haga!''