Por una pequeña cantidad de dinero (de 10 a 30 mil pesos) y con los contactos y proyectos necesarios, casi cualquier mexicano estaría en condiciones de obtener una franquicia de la gerencia de Estaciones de Servicio de Petróleos Mexicanos para echar a andar una gasolinería.
Pero si el beneficiario de esa franquicia le agrega una tarjeta inteligente a las bombas servidoras, el negocio es redondo, pues de acuerdo con las investigaciones de las Procuradurías General de la República (PGR) y Federal del Consumidor (Profeco), millones de consumidores estarían siendo defraudados por algunos empresarios que han sido concesionados o franquicitados por la gerencia de Estaciones de Servicio de la paraestatal.
Cabe mencionar que tan sólo en el transcurso de mayo, agentes de la PGR y de la Profeco han revisado alrededor de 900 gasolinerías (26 por ciento del total), y detectaron irregularidades en 448 bombas en 20 estados de la República y el Distrito Federal. Hasta el momento se han clausurado 20 establecimientos.
Las investigaciones realizadas por ambas procuradurías han permitido conocer la instalación, en algunas gasolinerías, de sistemas electrónicos que alteran, a control remoto las bombas servidoras de gasolinas magna sin y nova, así como de diesel.
La gerencia mencionada está a cargo de Salvador Neme Sastre, hijo del finado ex gobernador de Tabasco, Salavador Neme Castillo, quien fuera socio de Carlos Cabal Peniche ayer muestra de empresario moderno, hoy prófugo de la justicia y de William Karam Kaasab, dueño de la empresa Hidrosina y comprador de la ex paraestatal Compañía Operadora de Estaciones de Servicio (Codesa: 30 gasolinerías por 70 mil millones de viejos pesos).
De acuerdo con información oficial, en el país hay alrededor de 3 mil 500 gasolinerías, la mayoría de ellas operando por franquicia.
Los franquicitados con gasolinerías de dos estrellas obtienen una comisión de 4.9 por ciento por cada metro cúbico (mil litros) de gasolina magna que vendan, y los dueños de estaciones de tres estrellas, de 6.7 por ciento (5.09 y 6.92 por ciento si los expendios han sido totalmente remodelados o son nuevos). En el caso de la nova, los porcentajes van de 3.6 a 4.67 por ciento; en el del disel desulfurado, de 3.6 a 4.38 por ciento, y en el del diesel sin, de 3.63 a 4.36 por ciento, también por metro cúbico vendido.
En el caso de las estaciones concesionadas, las comisiones fijas por cada metro cúbico vendido son: 54.76 pesos para la magna, 32.7 pesos para la nova, 22.16 pesos para la diesel desulfurado y 22.15 para la diesel sin. Todas las comisiones corresponden a mayo de 1996.
Sin duda que las gasolinerías no son propiedad ni están administradas por Pemex, aunque el consumidor asocia su operación con la paraestatal. Hasta hace poco las concesiones se otorgaban discrecionalmente, pero ahora, para obtener una franquicia se requiere cumplir con una serie de requisitos.
Por ejemplo, si se pretende obtener una franquicia para operar una gasolinería ubicada en zona urbana o en alguna carretera del país, la cuota es de 30 mil pesos más el Impuesto al Valor Agregado correspondiente. Si la intención es de que funcione en una área rural, se deberán cubrir 10 mil pesos más, 15 por ciento de IVA, y si es miniestación, 20 mil pesos más el gravamen. Además, hay que presentar los proyectos de obra.
Si se considera que cotidianamente se consumen 750 mil barriles de gasolina en el país, se entiende la excelencia del negocio. De ese total, 350 mil barriles corresponden al consumo de magna sin, 165 mil a nova y 235 mil a diesel.
Los 750 mil barriles se traducen en alrededor de 119 millones de litros diarios de gasolina: 55 millones 560 mil de magna sin (47 por ciento), 26 millones 235 mil de nova (22 por ciento) y 37 millones 365 mil de diesel (31 por ciento). El 40 por ciento (47.6 millones) de ese total se consumen cotidianamente en la zona metropolitana de la ciudad de México.
Sí es correcta la apreciación de que con la tarjeta inteligente, las gasolinerías que defraudan a los consumidores estarían robando 996 pesos por cada metro cúbico de magna sin vendido.
Hasta el momento, sólo han habido sanciones pecuniarias para quienes se les ha demostrado el robo por medio de la tarjeta inteligente, aunque los directivos de la paraestatal han dicho que se actuarán ``con toda energía'' contra quienes expenden dolosamente las gasolinas, y se les reitiraría la franquicia o la concesión, dependiendo el caso.
De hecho, ayer el director de Pemex-Refinación, Mario Willars, y el gerente de Estaciones de Servicio, Salvador Neme Sastre, sostuvieron ante asambleístas del Distrito Federal que la paraestatal retirará las franquicias a aquellos administradores de gasolinerías que ``reincidan'' en violar las disposiciones reglamentarias sobre el suministro correcto del combustible. Pero, al mismo tiempo, equipararon este delito con el fraude que amerita acción penal, no cuando se ``reincide'', sino en su origen.
Correo a Carlos Fernández-Vega