La Jornada 22 de mayo de 1996

Prisión temporal en Brasil a 155 policías implicados en la matanza de Pará

Ap, Dpa y Efe, Río de Janeiro, 21 de mayo El alto mando de la Policía Militar del estado brasileño de Pará ordenó hoy la prisión temporal de los 155 agentes participantes en la matanza de 19 campesinos sin tierras en abril pasado, al tiempo que concedió la libertad al comandante de ese operativo, el coronel Mario Pantoja.

El arresto de los soldados es una medida administrativa por desobediencia e indisciplina, cuya duración oscila entre cuatro y 20 días, explicó el jefe del Estado Mayor de la PM, coronel Haroldo Andrade, quien aclaró que "no hay la menor posibilidad de que sean excluidos de la institución, a no ser que resulten condenados a más de cuatro años de prisión".

El comandante de la operación que derivó en la matanza, el coronel Pantoja, recuperó la libertad tras permanecer poco más de un mes bajo arresto domiciliario, y no pasará a la reserva, agregó Andrade. El oficial fue beneficiado además con una licencia de 30 días, en los que se dedicará a preparar su traslado a Belem, capital del estado, donde quizá ocupe un puesto burocrático en la corporación. Pantoja, igual que los demás oficiales y agentes implicados en la matanza, serán juzgados por una corte militar, al tiempo que son investigados por el Ministerio Público.

El presidente Fernando Henrique Cardoso intenta acelerar la votación de un proyecto elevado al Congreso que, de ser aprobado, retirará a las cortes castrenses la competencia para juzgar delitos contra los derechos humanos practicados por los militares.

El arresto temporal de los policías y la liberación de Pantoja ha indignado aún más a los líderes del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra, y confirma los temores de organismos de derechos humanos sobre la inminente impunidad por el caso de Eldorado de Carajás.

La matanza registrada esa localidad rural amazónica, que habría sido financiada por hacendados opuestos a la reforma agraria, se produjo cuando la policía militar reprimió a unos mil 500 campesinos que bloqueaban una carretera en demanda de la entrega de tierras. Según los informes forenses, dos de los campesinos fueron baleados a quemarropa, cuatro murieron por golpes de hacha y machete y otros dos por tiros en la espalda.

Mientras, más de 200 indígenas armados de la aldea Jarará, en el estado de Mato Grosso do Sul, se negaron a acatar una orden judicial de desalojo de una hacienda que habitan y manifestaron su disposición a ``matar o morir'', dijo el cacique guaraní Silvio Paulo.

Por otra parte, miles de empresarios comenzaron a llegar este martes a la capital federal brasileña para participar mañana en la llamada Marcha sobre Brasilia, que demandará al gobierno medidas para reactivar la economía y combatir el desempleo, que en abril llegó al 15.9 por ciento en la ciudad de Sao Paulo.

Según el presidente de la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), Carlos Moreira, unos 4 mil representantes del sector privado participarán en la manifestación destinada también a presionar al Congreso para que acelere la votación de los proyectos de reformas tributaria, fiscal, de seguridad social, que el gobierno considera fundamentales para su plan de estabilización económica.

Los líderes de la protesta contrataron 16 aviones y 15 autobuses para transportar a Brasilia a los participantes de la protesta, aunque muchos de ellos prefirieron trasladarse a la capital federal en vuelos comerciales o en aeronaves particulares.

"Los industriales no aguantan más. Estamos movilizados en favor de políticas que nos permitan invertir, generar empleos, hacer la distribución de la renta e impedir que la actual política económica lance al país a una situación de caos social y económico", expresó el líder de la Fiesp, Roberto Jeha.

Estadísticas divulgadas hoy señalan que sólo en Sao Paulo, motor industrial de Brasil, el número de desempleados en abril era de 1 millón 340 mil, es decir, el 15.9 por ciento de la población económicamente activa de ese estado.

Los empresarios pedirán en un documento que entregarán al presidente Cardoso, cambios en la política económica, incentivos a las exportaciones, ampliar el margen de créditos, y una reducción de las tasas de interés. Las trabas al crecimiento económico impuestas hace un año para evitar un rebrote inflacionario también afectan a las tres centrales sindicales brasileñas, que convocaron a una huelga general para el 21 de junio con el fin de protestar contra el desempleo, la política de reforma agraria y para demandar un aumento salarial.

La invasión de empresarios a Brasilia se produce en momentos en que el socialdemócrata Cardoso ve caer su popularidad debido a una supuesta falta de empeño en los asuntos sociales, según las últimas encuestas de opinión pública.

En el ámbito económico, Brasil vendió el control accionario de la distribuidora eléctrica Light de Río de Janeiro por 2 mil 216 millones de dólares a una empresa francesa, una estadunidense y otra brasileña, en la mayor privatización realizada hasta la fecha en el país.