Sí. A Santiago de Compostela, previo paso por Madrid y Roma y regreso a Roma, calurosa y llena, en la tarde de gloria del profesor Romano Prodi, en que acude al Palacio Quirinal para rendir la protesta ante Oscar Scalfaro como presidente de gobierno con un gabinete que integran nueve comunistas.El taxista, interrogado en mi precario italiano, le veía un futuro inquietante a Silvio Berlusconi pero de Prodi dijo lo que parecería ser una razón definitiva de su triunfo: es un hombre honrado.
De Bolonia, por cierto. En donde, no sé ni cómo, dicté una conferencia en italiano sin saber italiano, obviamente leyendo un texto que me tradujeron y, por los resultados visibles, con buena acogida por los numerosos alumnos y profesores ayudantes de Mario Grandi, mi invitante y, a veces, intérprete generoso de mis desviaciones lingísticas.
El tema les interesaba: los efectos laborales del TLC vía el Acuerdo de Cooperación Laboral (ACL). La presencia, diferente, de la Unión Europea, los llevó a cuestionar razones del ACL, en el fondo el intento norteamericano de imponernos lo que ahora se llama ``la cláusula social'', un antídoto sospechoso contra la maniobra de conseguir inversiones de fuera rebajando salarios y condiciones de trabajo de dentro.
Pero Bolonia: nueve siglos de antigedad la Universidad que me invitaba, la más antigua del mundo, envuelto el ambiente en una arquitectura medieval con mucho de románico y el recuerdo de los famosos glosadores de los códigos romanos, Bártolo de Sasoferrato, Baldo e Irnerio, entre otros, tiene un problema mayor; las impredecibles motonetas; las bicicletas que utilizan las aceras para transitar más cómodamente y los automóviles raudos y veloces que seguramente llevan en sus puertas las listas de peatones gentilmente atropellados en el último semestre.
Sobrevivir un día sin mayores daños es un éxito sobre todo si circulas por el barrio universitario convertido en estacionamiento de motonetas en batería y zona de desastre en el escaso pasillo que las calles, de por sí estrechas, le dejan al desventurado peatón.
De Roma a Madrid, un fin de semana reducido y viaje en tren, la tarde del domingo, a León. Allí se reanudaron los dramas gastronómicos que en el viaje a Sudamérica se habían manifestado con violencia. Pero Germán Barreiro, el promotor de la parte española de la gira, no tolera descortesías y te obliga a probar de todo y pon su desorden.
El brinco a Oviedo, corto y en autobús, nos sirvió a Nona y a mí para reponer algo de sueño. El problema es que Joaquín García Murcia, joven catedrático de derecho del trabajo como todos, asumió la sustitución patronal de Germán con efectos lamentables en la acumulación asturiana de cenas y comidas.
De cuando en cuando una conferencia, que de eso se trataba, sobre estabilidad y flexibilización que es tema central de nuestro tiempo o sobre la manera en que en México resolvemos los problemas del derecho colectivo, tema que volveré a explicar en Santiago de Compostela, en medio de una reunión de rectores españoles (pero no para ellos) y fiestas al Santo Patrono Don Santiago que celebra, hoy 23 de mayo, su aparición (?). Abundan por cierto los peregrinos y hoy (hace tres días para ustedes) le darán vuelo al famosísimo Botafumeiro. Seguirá La Coruña y después la Complutense, en Madrid. Y ya estoy como el Jamaicón Villegas: me anda por volver a casa y comer tortillas y frijoles.
Felipe González, despertando las furias de los reaccionarios del ABC, se fue de vacaciones al Uruguay y Argentina. Los jueces de moda: Garzón y Gómez de Liaño ahora acusan a los generales de la Guerra Civil con la esperanza de llegar mucho más alto en el asunto de las GAL. El famoso banquero Mari-Conde busca desesperado abogados penalistas que lo ayuden con respecto a una denuncia multimillonaria de Banesto. Los tiernos ministros de Aznar se la pasan tratando de probar vicios terribles de sus antecesores del PSOE pero la verdad es que España es otra, con desarrollo, gracia y salero y euforia económica lograda por Felipe y sus muchachos.
Entre tanto el señor Cuevas de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales clama por despidos pactados por debajo de los límites legales (adiós al derecho tutelar!) mientras que Antonio Gutiérrez (Comisiones Obreras) y Cándido Méndez (Unión General de Trabajadores) se aprestan a un diálogo fuerte para lograr un nuevo pacto social.
México, entre tanto, a enorme distancia. Ni a través de Eco nos enteramos de nada. Y la verdad es que hacen enorme falta las lecturas de La Jornada.
Que haya noticias, aunque sean buenas!