La Jornada 27 de mayo de 1996

Abandonan Palo Alto 30 disidentes después de otro conato de violencia

Luego del connato de violencia que se produjo el sábado entre habitantes de Sociedad Cooperativa Palo Alto, en Cuajimalpa, las 20 familias que integran el grupo disidente abandonaron la colonia ante la posibilidad de un nuevo enfrentamiento entre colonos y personas ajenas a la comunidad, a quienes la dirigencia ha identificado como ``golpeadores''.

El sábado por la tarde la cooperativista Guadalupe Cabrera fue agredida por Margarita Melchor, Benjamín Melchor, Ermilo Hernández y Cristina Alarcón, del grupo disidente, por lo que estuvo a punto de desatarse una nueva riña.

En consecuencia, las familias disidentes se fueron de la colonia; la gente del lugar consideró que la intención de los inconformes es estar fuera del área en caso de que se produzca otro enfrentamiento.Hasta las 21:30 horas de ayer la tensión iba en aumento en Palo Alto. Desde las 18 horas los niños se encerraron en sus casas y en la calle sólo había adultos expectantes. Este lunes la dirigencia de la cooperativa tendrá una reunión con funcionarios del Departamento del Distrito Federal y de la delegación Cuajimalpa.

Desde las 13:30 horas camiones de mudanzas entraron a la colonia para sacar las pertenecias de las 20 familias, que abandonaron el lugar aproximadamente a las seis de la tarde.

Luego del enfrentamiento del martes, el diputado federal Armando Quintero pidió la intervención del DDF para que las partes en conflicto se reunieran en una mesa de negociación y llegaran a un acuerdo sobre la demanda de los disidentes, quienes exigen la disolución de la cooperativa y la escrituración de sus casas, mientras que los cooperativistas reclaman continuar bajo ese régimen.

Los puntos de acuerdo a que podrían llegar son la aceptación de las autoridades a que en esa colonia haya una sociedad cooperativa, que podría tener otra denominación, y el avalúo de las viviendas de los disidentes, a quienes se les retribuiría a través de un crédito que solicitaría la cooperativa.

El dirigente Rosalío Valdespino señaló que la titular del juzgado 5 de distrito, María Silvia Ortega Aguilar, no ha notificado legalmente sobre el inicio de la liquidación de la cooperativa. ``Sólo tuvimos conocimiento a través de un edicto publicado el 12 de mayo'', explicó y dijo sentirse preocupado ante la ``dudosa'' actuación de las autoridades.

Consideró que el argumento de que los disidentes quieren escriturar para tener un ``ahorro'' y que el terreno que ocupa una de sus viviendas ``no sirve ni para el garaje de una residencia'' no es tan ``inocente'', pues al privatizar las constructoras e inmobiliarias tendrían la puerta abierta para especular.

Valdespino consideró que la propiedad social es lo único que les ha permitido mantenerse durante años con pocos recursos en medio de una zona residencial y como poseedores de un terreno que muchos ambicionan, especialmente gente de la delegación y del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

El dirigente sostuvo que los miembros de la cooperativa ni siquiera han considerado la posibilidad de cambiar de régimen, por lo que ese punto no estaría sujeto a negociación.

Rechazó que la delegación Cuajimalpa no haya intervenido en este caso y explicó que después del enfrentamiento tuvieron pláticas con representantes delegacionales. ``Los que cerraron toda posibilidad de diálogo fueron los del grupo contrario, y ahora recurren al chantaje: señalan ante la opinión pública que no les permitimos entrar a sus casas'' y piden el anonimato en sus declaraciones a la prensa ``por temor a represalias''.

Rosalío Valdespino detalló que la actuación de las autoridades judiciales y de la Secretaría del Trabajo ``no ha sido clara, por lo que sería interesante observar su actuación en el proceso de liquidación, que empieza el 28 de mayo''.

Asimismo, advirtió que de un momento a otro se podría desatar la violencia, ``porque parece que están tendiendo un cerco de agresiones en contra de los habitantes de Palo Alto, y uno legal en contra de la dirigencia''.

(Miriam Posada y Gustavo Castillo)