LA CIENCIA EN LA CALLE Luis González de Alba
La muerte de un lago

El tapón de hielo

Al hablar de la próxima misión que este mes de diciembre saldrá rumbo a Marte, esta sección mencionó muy de paso un tema que vale la pena por sí mismo. Dice Kari Magee en The Planetary Report XVI, 2 que en lo que hoy es el estado de Washington, (al contrario de la capital del mismo nombre, el estado mira al océano Pacífico cerca de la frontera con Canadá), el río Clark Fork quedó apresado por los campos de hielo que se extendían por lo que hoy es la Columbia Británica, en Canadá. Recordemos, para comprender el relato de Magee, que en los últimos dos y medio o tres millones de años, regiones hoy templadas de nuestro planeta han sido cubiertas en varias ocasiones por casquetes de hielo permanente, como los que hoy cubren los polos, y que han llegado tan al sur como California o Italia. Los hielos han avanzado y se han retirado en largos pulsos de miles de años durante la época geológica que llamamos Pleistoceno y que concluyó hace apenas 10 mil años. Cada avance de los casquetes polares se llama glaciación y no tenemos por qué suponer que han concluido, sino que estamos en uno de los varios períodos interglaciares conocidos por nuestros ancestros, algunos humanos otros prehumanos.

La glaciación Wisconsin

La última glaciación, llamada Wisconsin porque en ese estado fueron reconocidos sus rastros antes que en otra parte, se inició (``inició'', dicen ahora en la tv y en los periódicos, quién sabe por qué) hace 25 mil años y alcanzó su máximo en otros 10 mil años. En Canadá permanecieron restos de la capa de hielo hasta hace 7 mil años. La glaciación anterior había ocurrido hace 50 mil años y otra más antigua hace 70 mil. Pues bien, en este blanco panorama donde todo el planeta tiene un clima mucho más frío que el actual, es donde encontramos que un río, como muchos otros, queda taponado y, de igual forma que en ambos hemisferios, se forma un enorme lago glacial, el Missoula, y aquí comienzan los datos de Magee.

La Costra Acanalada

El Lago Glacial Missoula cubrió unos 8 mil kilómetros cuadrados, que son muchos pero en la actualidad hay lagos más grandes, sólo que el Missoula tuvo más de medio kilómetro de profundidad. El final de las glaciaciones no se da como un bello día soleado, sino como una serie de enormes desastres causados por inundaciones hoy inimaginables.

Dice Magee que, cuando el corcho de hielo saltó, las aguas represadas corrieron a 100 kilómetros por hora, secando el lago en apenas 48 horas. ``Corriente abajo, el ominoso estruendo podía oírse 30 minutos antes de que las aguas golpearan, arrasando el paisaje y arrancando columnas de basalto del lecho rocoso como si fuera follaje''. Así se formó la región llamada Channeled Scabland, algo así como la Costra Acanalada, porque muestra arañazos de hasta 3 kilómetros de largo producidos por la inundación.

Un bello día tras el diluvio

``Unos 15 mil años después, en la última semana de septiembre de 1995, estoy sentada en un restorán en la ciudad de Lago Moisés, en Washington central, maravillándome de la escala de estos enormes rasgos y la magnitud de la inundación que los produjo. Estoy aquí para representar a The Planetary Society en el 2o. Taller...

the Mars Pathfinder Landing Site Workshop II'', op.cit. (Perdón por no traducir, pero me ganó la flojera ante un título tan claro y condensado). Ella y otros 60 científicos estudian la región para darse una idea del terreno en cierta región de Marte. Y es que el lugar que recorrerá el Sojourner rover, el vehículo que rodará por el suelo marciano en julio del 96, también es producto de una todavía más terrible inundación, ocurrida en el Ares Vallis de Marte hace millones de años. ``La mesera que me sirve el desayuno inicia una conversación y, notando mi agenda de la conferencia y la guía de viaje desdoblada encima de la mesa, pregunta: '¿Y qué los trae a todos ustedes por aquí? ¿Qué cosa en Lago Moisés puede parecerse a Marte?' ¡La Costra Acanalada, por supuesto!'', responde la científica.

El vehículo

Sojourner, el vehículo diseñado para explorar la superficie de Marte, tiene ocho ruedas de unos 15 centímetros, articuladas en una estructura con menos de un metro de largo y medio metro de ancho, como un juguete caro. No se alejará del radio de visión de la cámara montada en el módulo de aterrizaje. Los rusos poseen ya un vehículo que permitiría más variados estudios del terreno marciano, pero pesa demasiado y es muy grande, lo cual encarece la misión.

Reflexiones desde el avión

``Durante mi vuelo a casa, puedo ver gran parte de la Costra que exploramos durante la semana pasada. Desde el aire es fácil unir los canales, las colinas alineadas con la corriente y las ondulaciones, trabajo de la gran inundación. Desde el suelo el cuadro no es tan claro. El geólogo Harlen Bretz merece nuestra admiración por unir las piezas del rompecabezas en los primeros años veinte y treinta, y por tener el valor de proponer tan radical explicación en los días en que las inundaciones catastróficas eran consideradas mala geología''. Op.cit.