La Jornada 27 de mayo de 1996

De 1991 a 96, el almacenamiento en las presas del estado ha descendido de 97% a 15%

Miroslava Breach Velducea, especial para La Jornada, Chihuahua, Chih., 26 de mayo El quinto año sin lluvias en Chihuahua ha tenido efectos desastrosos para la economía del estado y ocasionó ya un retraso de ocho años en el desarrollo agrícola y ganadero, cuyos sectores hasta hace una década se distinguían entre los productores líderes en el norte del país.

Ahora, Chihuahua aparece como la entidad más castigada por la más intensa sequía registrada en los últimos 50 años y cuyas consecuencias, se prevé, agravarán la pérdida de la capacidad alimentaria del país y obligará al gobierno mexicano a salir al mercado internacional para la compra de granos básicos, cuyos precios se han incrementado 10 por ciento.

De acuerdo con estudios oficiales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural y de la Dirección de Desarrollo Rural del Estado, los sectores agrícola y ganadero podrían tardar hasta ocho años en recuperarse del impacto directo de la escasez de agua que ha devastado los hatos ganaderos, inactivado gran parte de la superficie cultivable y generado desempleo a lo largo y ancho de la entidad.

Según datos de la gerencia estatal de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la precipitación pluvial ha sufrido en este periodo una caída de 420 mm en 1991 a 200.6 mm en 1995 y los meses transcurridos durante 1996. Representan la temporada menos húmeda de que se tenga memoria en 25 años.

Como consecuencia de lo anterior, en las presas del estado se desplomó la capacidad de almacenamiento de 97 por ciento en 1991 --con 4 mil 600 millones de metros cúbicos-- a 15 por ciento en la actualidad, en promedio. Hay casos extremos en que este almacenamiento se redujo a 3 por ciento, como sucede en la presa Abraham González en la región noroeste de la entidad, ubicada a 300 kilómetros de la capital.

Con una superficie cultivable de un millón 442 mil hectáreas, de las cuales 803 mil 771 son de temporal y 448 mil de riego, actualmente en Chihuahua sólo se han sembrado 13 mil 290 hectáreas con cultivos temporales, lo que representa apenas 2 por ciento del total de la superficie en la que se cosecha generalmente maíz, frijol y avena.

Merma de 50 por ciento en el ganado

En las tierras irrigadas por gravedad en la región centro-sur, que conforman el otrora poderoso distrito 05 de los municipios de Delicias y Camargo, ubicadas a 70 y 120 kilómetros de la capital del estado, respectivamente, dejaron de sembrarse 60 mil hectáreas en el último ciclo otoño-invierno y del total de la superficie cultivable en zonas de riego, 224 mil hectáreas están inhabilitadas para producir por la falta de agua.

La prolongada escasez provocó una merma de más de 50 por ciento en el inventario ganadero y es causa directa de la muerte de 130 mil cabezas de ganado, lo cual representa una pérdida de 600 millones de pesos, según estimaciones de Agricultura. El registro de ganado en Chihuahua durante 1994 era de un millón 900 mil cabezas; este año es de apenas 900 mil reses.

Al respecto, Octavio Legarreta García, delegado de Agricultura, explicó que esa pérdida de más de la mitad del hato ganadero se debe en parte a la mortandad ocasionada por la sequía, pero la causa más importante es la baja fecundidad de las vacas por la falta de alimentación, ya que pierden con frecuencia el producto.

Los problemas del sector se agravaron con la baja en las exportaciones ganaderas al mercado estadunidense. El número de cabezas que vendía el estado pasó de 510 mil en 1994 a 80 mil en 1995, y casi la misma cantidad en 1996, con base en los datos proporcionados por la Subdelegación de Ganadería de la SAGDR.

El precio de kilo de carne en pie que se pagaba en Estados Unidos bajó de 1.90 a sólo 1.30 dólares.

Este último factor, más otras medidas sanitarias aplicadas por el gobierno estadunidense, causaron que la exportación de ganado chihuahuense disminuyera 60 por ciento de 1990 a la fecha, informó el presidente de la Unión Ganadera de Chihuahua, Oscar Rodríguez Loya.

Aunada a esta situación, cerca de 70 por ciento de los pastizales que alimentan el ganado están totalmente deteriorados, reportó.

Daños agrícolas

En la zona serrana, la Unión de Productores Forestales calcula que la mayor parte de las siete millones de hectáreas de bosque están totalmente secas y con riesgo de incendios. Para cuidarlas sólo se cuenta con siete inspectores de la Procuraduría del Medio Ambiente.

Hasta el momento han ocurrido siniestros en 13 mil 452 hectáreas de bosque en el último período de estiaje, contra las 14 mil hectáreas quemadas el año pasado.

La fruticultura es otro de los sectores productivos de la entidad que sufre los efectos de la sequía. Esta actividad, que es la principal fuente económica en los municipios de Cuauhtémoc, Guerrero, Bachiniva, Gómez Farías y parte de Nuevo Casas Grandes en la región noroeste del estado --donde se cultivan manzana, pera, durazno y ciruela--, podría sufrir daños irreversibles por la falta de humedad.

Al respecto, el diputado local Pablo Israel Esparza Natividad informó que la semana pasada la presa Abraham González fue vaciada en su totalidad para regar las huertas manzaneras de la zona, en un intento por conservar la fruta de los árboles en espera de la temporada de lluvia, la cual debe iniciar en junio.

La crisis del sector agropecuario de Chihuahua es total. Entre cartera vencida y la sequía los hombres del campo son presa de la desesperación. Esa situación los ha orillado a involucrarse en un creciente movimiento social que se manifiesta constantemente en plantones frente a los bancos, calles y plazas de los principales ciudades del estado.

``La sequía y la cartera vencida conforman un círculo vicioso difícil de romper'', expresó el diputado federal Víctor Quintana, asesor del Frente Democrático Campesino.

Cifras oficiales señalan que el monto de la cartera vencida del sector agrícola de Chihuahua es de 635 millones 462 mil pesos, y abarca a 6 mil 762 productores que tienen adeudos tanto con la banca comercial como con la de desarrollo.

Los saldos negativos de cinco años sin lluvias en Chihuahua incrementaron alarmantemente los índices de desempleo en el campo. Sólo la superficie de riego que no fue sembrada en 1995 provocó que durante ese ciclo agrícola no se generaran más de 2 millones y medio de jornales, con la consecuente repercusión en la quiebra de negocios relacionados con la agricultura y la ganadería.

La ciudad de Delicias, situada a 70 kilómetros al sur de la ciudad de Chihuahua, es un ejemplo de los efectos de la sequía. Cien por ciento dependiente de la agricultura, este municipio perderá más de un millón de jornales que no serán contratados al reducirse la superficie de cultivo en más de 60 mil hectáreas, por la falta de agua en la presa La Boquilla, la de mayor capacidad en el estado.

Hace tres meses, durante su última gira de trabajo por la entidad, el presidente Ernesto Zedillo oficializó el apoyo emergente de la federación para Chihuahua. Con ese carácter fueron entregados 200 millones de pesos destinados directamente al sector agropecuario, sin embargo, para los agricultores, ganaderos y fruticultores de la entidad, el apoyo es insuficiente ante la magnitud de la sequía, cuyo desastre aumentará si no llueve en los próximos dos meses.