El gobierno federal considera que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) está cercado y no tiene salidas. El subcomandante Marcos ha señalado un problema de fondo sobre la incongruencia gubernamental en el diálogo, al sentenciar ``por terrorismo'' a Elorriaga, Etzin, y por tanto, al mismo EZLN. El gobierno no ha respondido a este reclamo.
En la perspectiva gubernamental, el 5 de junio es el plazo de la provocación montada para el rompimiento del diálogo. Esta provocación ha sido cuidadosamente estructurada y trabajada por el grupo de Bernal, Del Valle e Hirales a lo largo del último año. Qué va a pasar si no liberan a los sentenciados y encarcelados de la celada del 9 de febrero de 1995? Se cumplirán sus amenazas? Qué pasa si los liberan? Seguirán las mismas condiciones de diálogo, como las anteriores?La cuenta regresiva del golpe gubernamental se ha iniciado. El silencio en la primera fase de la Mesa II se va a convertir en otra vuelta de tuerca, ante la expansión de la confrontación social y la política de endurecimiento del gobierno en todo el país.
Para el gobierno, la movilización magisterial en la ciudad de México, la resistencia indígena contra la violencia príista en Bachajón, el hartazgo social contra la política económica, constituyen parte de un ``plan subversivo'' y han entrado en su conjunto en el esquema de los planes de Seguridad Nacional. Toda la reestructuración del aparato judicial, todo el reequipamiento de policías y fuerzas de seguridad con el pretexto del combate al ``crimen organizado'', hoy se orienta hacia la contención del movimiento social, al cual, en los hechos, han declarado que es el enemigo número uno de la estabilidad.
Pese a esta ebullición social, que se expresa diariamente en todo el país, pareciera que no pasa nada. La clase política encerrada en la reforma electoral, más allá de algunas declaraciones, se mantiene al margen, ``por responsabilidad'', de las protestas y movilizaciones sociales. Si hay ya un Pacto Económico con la cúpula empresarial y financiera, gubernamental y sindical, hoy podríamos hablar de que existe un Pacto para la Estabilidad Política, establecido por las Cámaras, las cúpulas de los partidos y el gobierno, para hacerle el vacío a las protestas sociales o sólo solidarizarse con ellas.
El país no tiene piel, es ya una enorme herida. Lo grave sigue siendo la falta de una dirección estratégica que redefina el rumbo del país, afrontando todos los riesgos de la respuesta represiva, pero con capacidad de conducción, para convertir las protestas aisladas en una alternativa nacional. En los últimos meses y día, hemos visto desfilar a los trabajadores de Ruta-100, los campesinos, indígenas, movimientos populares y ahora los maestros. Podremos alguna vez lograr una estrategia conjunta?, o se seguirá subiendo al ring, uno por uno, para ser derrotados aisladamente o desgastados? Ese es el gran problema.
Mientras tanto, en relación a Chiapas el 5 de junio está demasiado cerca y el gobierno parece prepararse más para una nueva ofensiva militar, no sólo contra el EZLN sino contra toda la sociedad. El gobierno desea un ajuste de cuentas con toda la resistencia social y democrática del país, para imponer en definitiva la política autoritaria.
El Popocatépetl simboliza hoy la situación del país, y todos estamos bajo el volcán.