Chiapas reventó el uno enero de 1994. Entre esa fecha y hoy han transcurrido 870 días. Ochocientos setenta días de sinsabores no resueltos son suficientes para que nuevos embrollos exploten. Las colisiones, sobre todo aquéllas que nacen y se dan en familia México, tienen continuidad: en el Estado del sur sangró la tierra y las carnes de los indios se secaron aún más. Y con el tiempo, la daga chiapaneca horada cada vez más las caras de toda la nación. Después de todo, México es Chiapas.
El mundo al instante impide la fragmentación: Internet es la nueva conciencia, el ``no supimos'' las palabras imposibles. Yermos los intentos por insertarnos en el mundo sin Chiapas: no hay quien camine sin sus piernas. Y ése es el sur mexicano; el que ha llevado la carga del centro y del norte. Así como no es fortuito que fallen primero las piernas, no es por azar que Chiapas compite Oaxaca? sea el Estado con mayores índices de mortalidad infantil, analfabetismo, alcoholismo y desnutrición. Chiapas es cuna de enfermedades inexistentes en otros lugares y testigo cotidiano de muertes postergables. En nada Chiapas es mejor. El centralismo de los gobiernos posrevolucionarios generó macrocefalia e inequidades ahora (casi)imposibles de franquear. Ahí están nuestros dos países.
El Estado del sur continuará ocupando espacios mientras que los Stone, las Miterrand, los Debray y otros, acudan a reivindicar la causa de los indígenas. En el affaire chiapaneco, la mass media ha sido clave: la preocupación e indignación de infinidad de extranjeros por las comunidades empobrecidas ha sido suficiente acicate para que ``otros'', en todo el mundo, piensen en Chiapas. Sobre todo si los Stone, Debray y Miterrand llegan a la selva sin hacer escalas en oficinas con tapete rojo. Y quiénes son los ``otros''?Los ``otros'' somos muchos. En México, la esperanza yace en la población que ve al otro como uno mismo. En el mundo, las almas que aún vindican al ser humano como especie consciente y progresista son ``los otros''. Emmanuel Levinas, filósofo recientemente fallecido, lo expresó magistralmente: ``Si acepto, como persona pensante que la conducta ética es mi primera obligación, mi preocupación primordial sería la calidad de mis relaciones con otras personas y mi responsabilidad hacia cada una de ellas''. Al mismo Levinas le gustaba citar el siguiente pasaje de Los hermanos Karamazov: ``Nosotros somos responsables por cada uno de los otros, pero yo soy más responsable que todos los demás''. Fallecido el pensador judeo-francés quedan sus ideas, sus angustias, sus denuncias. Podemos, debemos, hacerlas nuestras e incorporarlas a la realidad chiapaneca: Qué gobernante ha pensado que ``el otro'', el indio chiapaneco, es más importante que su interés personal?Ochocientos setenta días son carga difícil de aguantar. Si el gobierno requiere un periodo igual para restañar 500 años de maltrato, la impaciencia y la incertidumbre nos desbordarán. Nunca saldremos del bache mientras que la justicia no sane las heridas del sur.