Ejecuciones en Atoyac de un grupo de autodefensa
Maribel Gutiérrez, corresponsal, Sierra de Atoyac, Guerrero, 30 de mayo A partir del asesinato de siete campesinos en tres comunidades de la sierra de Atoyac, la semana anterior, circulan versiones sobre la formación de una organización de autodefensa que opera en la parte alta de la sierra, creada para ``hacer justicia ante los secuestros, asaltos y homicidios, debido a que el gobierno federal y estatal no han hecho nada por detener la violencia''.
Habitantes de San Juan de las Flores, Plan del Carrizo y Pie de la Cuesta, fueron testigos de la llegada de hombres ``con armas de alto poder, uniformados como militares y encapuchados'', a quienes responsabilizan de las ejecuciones.
La búsqueda de presuntos delincuentes señalados por los grupos armados parece más evidente en Pie de la Cuesta, poblado al que se llega después de cinco horas de viaje por un camino de terracería, cercano al filo mayor de la sierra. Ahí, unos 60 hombres armados llegaron el pasado 20 de mayo a rescatar al campesino Luis Atanacio Chamú, secuestrado el 31 de marzo, pero no consiguieron su objetivo.
Sin embargo, los familiares de los campesinos asesinados niegan la participación de las víctimas en los delitos que supuestamente les están cobrando. De los pueblos donde la semana pasada hubo violencia están saliendo muchas familias, temerosas de más asesinatos.
Autoridades y funcionarios del ayuntamiento de Atoyac, encabezados por la presidenta municipal, María de la Luz Núñez Ramos, se reunieron ayer en asamblea con la mayoría de los habitantes, quienes entregaron cartas dirigidas al gobernador Angel Heladio Aguirre Rivero, con la petición de que las autoridades responsables acudan a investigar los homicidios y se castigue a los responsables.
Los tres poblados son productores de maíz y frijol, que viven en condiciones de pobreza. En la parte alta, se produce café, más arriba madera y el filo mayor es una de las más importantes zonas de cultivo de amapola del país.
En Plan del Carrizo, ocurrió el más reciente de los siete asesinatos. La víctima es el campesino Reyes Vargas Bahena, de 40 años de edad y padre de dos niños. El domingo 26 de mayo regresaba del monte cuando a unos 200 metros de su casa aparecieron cuatro hombres uniformados y con el rostro cubierto con pasamontañas; le ordenaron detenerse y dispararon balas de fusil M-1 y de retrocarga.
El comisario Félix Fierro Sarco y otros vecinos rechazan que la víctima haya tenido ``cuentas pendientes'' y afirman que ``era pacífico'' y se dedicaba sólo a su trabajo.
En Pie de la Cuesta, la mayoría de la población desconoce el origen de la balacera que escucharon el lunes 20 de mayo, de 7 a 11 de la mañana.
De acuerdo con testimonios de las familias afectadas, llegaron unos 60 hombres armados que rodearon tres casas de la familia Delgado. Desde las calles, los agresores preguntaban por Juan Delgado Apolinar y Pascual Delgado Flores. ``Gritaron que se rindieran, que eran el gobierno federal'', antes de abrir fuego durante tres horas contra las casas de adobe, dijo el jefe de la familia, Salustiano Delgado Apolinar.
Fueron acribillados Antonio Delgado Sotelo, de 50 años, y Juan Delgado Apolinar, de 35. De parte del grupo armado hubo un muerto, pero no se sabe el nombre.
Salustiano Delgado asegura que su familia es ajena al secuestro y que el señalamiento en su contra fue hecho por Ignacio Márquez, habitante de Pie de la Cuesta, quien --asegura-- es jefe de una gavilla de 40 hombres que cometen delitos con armas de alto poder. Los Márquez y los Delgado tienen rencillas familiares desde hace años, motivo de constantes asesinatos de ambos lados en 1993 y 1994.
En Atoyac, el pasado lunes circuló la versión de que habitantes de Pie de la Cuesta reconocían que tenían al secuestrado y que pedían que fuera una autoridad para entregarlo y para pactar la paz con su familia. Había dudas sobre la veracidad de esa información, por lo alejado de la comunidad.
Ayer (miércoles) los Delgado afirmaron que esa información es falsa. Aseguraron que no tienen relación con el secuestro y pidieron que fueran las autoridades correspondientes a investigar. Abrieron las puertas de sus casas y mostraron los daños causados por la balacera del lunes 20.
Una segunda versión llegó a Atoyac. Se decía que el secuestrado había sido ejecutado el miércoles 22 y enterrado por los plagiarios en un paraje de la sierra. Según esta versión, los Márquez secuestraron a uno de los Delgado, quien confesó los hechos.
Los familiares de Atanacio Chamú pidieron al gobernador Aguirre Rivero que se realizara una operación con efectivos de la Judicial del estado, autoridades del Ministerio Público y tropas del Ejército, para acudir al lugar donde supuestamente se encuentra el cuerpo.
La familia de Atanacio señala que de esta manera se probará la participación de los Delgado en el secuestro, del que desde los primeros días señalaron como responsables a los agentes de la Policía Judicial, Isabel Castañeda López y Ausencio Castañeda Urióstegui.
Por el momento hay incertidumbre y se teme que continúe la cadena de venganzas.
En San Juan de las Flores, a unas dos horas de la cabecera municipal, ocurrieron tres asesinatos el domingo 19 de mayo. Fue el primer caso en el que se habló de un grupo numeroso de hombres armados, encapuchados y vestidos de militares. De acuerdo con un primer reporte de la Policía Municipal, se trató de ``una venganza por males que con anterioridad causaron los occisos''.
Las víctimas son Felipe Sánchez Saldaña, Víctor Vázquez García y Alfredo Vázquez Morales, campesinos conocidos en el poblado como ``gente de trabajo y pacífica''. Pero el procurador general de Justicia del estado, Antonio Hernández Díaz, dijo que los dos primeros tienen antecedentes penales y que según las investigaciones, los autores del crimen fueron 15 individuos vestidos con pantalón negro y chaleco tipo militar, con el rostro cubierto con paliacates, que dijeron ``eran del gobierno''.
Señaló que se sospecha que este grupo tiene relación con la siembra de enervantes.