La Jornada 31 de mayo de 1996

Vigilará Conasupo que no haya más desvíos en los subsidios para el consumo de tortillas

Matilde Pérez U. Para evitar desvíos de maíz y una capitalización ilegal con los subsidios destinados al consumo de la tortilla, a partir de hoy viernes Conasupo --actual administradora de esos apoyos-- tendrá facultades para supervisar la facturación, estados financieros, ventas y verificar los compradores de las industrias harinera y nixtamalera del país.

Con esta fecha entrará en vigor la nueva norma de aplicación de los subsidios para el consumo de tortilla, que implicará una disminución de cuando menos un 25 por ciento de los recursos, que para este año se habían calculado en 6 mil millones de pesos, indicó el director de Comercialización de la paraestatal, Guillermo Castellanos Guzmán.

Esta nueva norma que hoy se publica en el Diario Oficial de la Federación, afectará principalmente a las cuatro grandes harineras del país: Maseca, Minsa, Agroinsa y Hamasa. ``Trae un cálculo más actualizado y justo, lo que permitirá que realmente la tortilla tenga un costo de 1.40 pesos por kilo y no se entregue dinero de más para que los industriales se capitalicen, que es lo que estaba sucediendo'', asentó Castellanos Guzmán.

Las industrias estaban obteniendo parte de sus utilidades del subsidio porque sobrevaluaban el monto del precio integrado, como si estuvieran comprando más caro, cuando en realidad eso no estaba sucediendo, agregó.

``Era de sospecharse el desvío de maíz hacia la producción de otras mercancías, porque los consumos eran demasiado altos; sobre todo a nivel de harina, hubo reportes de ventas espectaculares. En un año creció en un 30 por ciento, argumentando que el consumo había aumentado y cada día pasaban facturas por cantidades más elevadas. Eso provocó que saliera este decreto, el cual data de 1990, pero que con respecto a los anteriores no tuvo cambios sustanciales, como el de ahora''.

Ahora, Conasupo supervisará que el maíz que se entrega a los molineros-nixtamaleros a un precio de 425 pesos por tonelada y los costos reportados por las harineras para que se les entregara el subsidio, se destine a la producción de ese alimento. Es decir, tendrá acceso a la revisión de los costos de transporte, almacenamiento, adquisición y de reporte de mermas, que en los últimos meses, según las harineras, había subido hasta en un cinco por ciento, cuando en realidad era de uno a dos por ciento. El trabajo en este último caso se hará en coordinación con Almacenes Nacionales de Depósito y Buroconsa, indicó.

Este es un nuevo sistema de control que no existía y que fue discutido con los industriales y los molineros. ``Fue aceptado, entre comillas, por las dos partes, pero los más insatisfechos fueron los harineros''.

Esta norma posibilita a Conasupo para que revise cuidadosamente a dónde va el dinero y la posibilidad de cancelar los pagos a las harineras si no están utilizando el maíz eficientemente y para --únicamente-- producir tortilla.

``Esto equilibrará un poco a la industria molinera con la harinera, ya que se da oportunidad de que aquéllos peleen por su mercado y que vuelva a crecer con una nueva tecnología, que ya está desarrollada. Será el público y no la autoridad gubernamental el que decida. Serán ellos quienes por su consumo presionen para que haya más cuotas para los molineros''.

Esta es una medida de autoridad, de gobierno, que no gusta a los industriales de la harina, pero Conasupo está preparada para enfrentar cualquier tipo de presiones, afirmó el funcionario.

Ese dinero fresco --unos 2 mil millones de pesos-- que la Secretaría de Hacienda dejará de entregar para pago a las harineras, principalmente, será utilizado para producir maíz y frijol, acopio y organización de los productores, dijo.

Maseca, Minsa, Agroinsa, Hamasa y Bimbo --esta última entró hace poco en el mercado de la tortilla-- controlan en el país 22 modernas fábricas de harina de maíz, emplean a más de 6 mil trabajadores de manera directa y a 21 mil en forma indirecta, y tan sólo la capacidad de producción de Maseca es cercana a los 2 millones de toneladas anuales de harina de maíz.

El principal grupo productor de harina de maíz es Maseca, propiedad de Roberto González Barrera, el cual posee 17 plantas productoras y está presente en Estados Unidos, Centro y Sudamérica, en donde instaló plantas propias.