Ricardo Alemán Alemán
Itinerario político

Nuevo insulto a la legalidad en el caso Figueroa
Triunfo de los duros, en la escaramuza gubernamental

Pues sí, como dijeron en su extraordinaria crónica los reporteros Elena Gallegos y Oscar Camacho, al desnudar la complicidad de la diputación del PRI en la exoneración de Rubén Figueroa. El voto priísta fue una broma, pero también un insulto a la justicia, a la Constitución, a las promesas presidenciales de que la justicia será para todos; es una aberración jurídica producto de un acuerdo político.Una orden bastó para que los priístas que participan en la Subcomisión de Examen Previo de la Cámara de Diputados, decidieran inventar sus propias leyes, hacer a un lado la Constitución y exonerar al ex gobernador de Guerrero de la responsabilidad constitucional que sí había encontrado la Suprema Corte de Justicia en el crimen de 17 campesinos en Aguas Blancas, Guerrero.

Dice la Constitución: procede el juicio político, cuando se cometen violaciones graves a las garantías individuales consagradas en la propia Carta Magna. Y para que se recuerde, en el resolutivo emitido por la Suprema Corte sobre el caso Aguas Blancas, se reconoce la existencia de ``violación grave, generalizada de las garantías individuales'' consagradas en la Constitución. Pero los diputados priístas exoneraron a Rubén Figueroa, amparados en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, que señala que deberá iniciarse juicio político cuando un servidor público ha incurrido en violaciones ``graves y sistemáticas''.

Los diputados priístas se burlan de la resolución de la Corte, de la Constitución y de los ciudadanos en general, cuando amparados sólo en su mayoría numérica invalidan todas las instancias y resuelven que el ex gobernador de Guerrero ``sí incurrió en violaciones graves a las garantías individuales, pero no fueron tantas, ni sistemáticas'', como lo expuso el priísta Saúl González Herrera. Y es que debió pasar casi un año del crimen colectivo. Debió darse una intensa crítica, nacional y extranjera. Debió apelarse al estado de derecho, a la intervención de la Corte. Debió aparecer un video para demostrar la manipulación de la escena del crimen, del engaño monumental de Figueroa no sólo a los mexicanos sino a las autoridades. Debió solicitarse reiteradamente el juicio político contra el ex gobernador guerrerense y debió mediar la intervención presidencial para que la Corte retomara el caso. Debió ser obligado a renunciar Rubén Figueroa... Y al final todo quiere ser olvidado con un sí hubo violaciones a las garantías individuales, pero sólo tantito. En realidad, la implicación de Rubén Figueroa en los asesinatos de Aguas Blancas y el encubrimiento de su responsabilidad, siempre fue un asunto político, en el que participaron diversas instancias de gobierno. Durante meses, pese a las evidencias, pese a que se sabía que se manipuló la escena del crimen y se mintió sistemáticamente, ninguna autoridad quiso hacer caso. Finalmente, apareció un video que dejó ver lo que todos sabían, para que desde el más alto nivel del poder se diera una reacción.

Pero también en este caso, una vez que a pedimento presidencial intervino nuevamente la Suprema Corte, se hicieron múltiples intentos para desviar la resolución de la Corte, para acotar el resolutivo, para impedir que fuera enviado a todas las instancias que debían tenerlo. Se sabe de políticos relevantes que intentaron cambiar el resultado de la investigación de la Corte, que infiltraron la Corte para anticiparse al resultado, que presionaron a los ministros para cambiar su postura.

Nada de eso era necesario. Rubén Figueroa Alcocer, ex gobernador de Guerrero, fue exonerado por un grupo de priístas que torcieron la ley y que amparados en su mayoría resolvieron que no procedía el juicio político.

En realidad, el triunfo de Figueroa es el triunfo de los duros del PRI, de los que defienden la impunidad, de los que han vivido en la sistemática violación de las leyes. Fue el triunfo de los que fueron derrotados en Huejotzingo, pero que recuperaron terreno en Aguas Blancas. La exoneración de Figueroa es una escaramuza más de la lucha que se libra al interior del sistema político, del PRI, en donde el presidente de ese partido, Santiago Oñate Laborde, se tambalea, y para evitar su caída pospone, otra vez, la XVII Asamblea Nacional.

Y mientras tanto, en Sonora, donde no hubo ni una mención para Luis Donaldo Colosio, donde estuvo ausente don Luis Colosio, el presidente Ernesto Zedillo fustigó a los pesimistas, a los derrotistas, a los alarmistas y a quienes ``sistemáticamente ocultan las buenas noticias'', porque eso, después de todo, ``es ocultar el esfuerzo, la tarea, la dedicación, los logros de millones de mexicanos que sí creen en nuestro país''. Quién puede creer, en el caso de la justicia, con espectáculos como el de la complicidad priísta en Aguas Blancas?