La Jornada 1 de junio de 1996

El episcopado, contra falsedades que debilitan la fe guadalupana

Jesús Aranda La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hizo un llamado a no permitir que ``las falsedades o dudas nos dividan o debiliten nuestra fe en la Virgen de Guadalupe'', al tiempo que ratificó la veneración de los jerarcas católicos hacia el beato Juan Diego, ``cuya amable figura es inseparable del hecho guadalupano''.

En un comunicado dado a conocer ayer y suscrito por el presidente de la CEM, Sergio Obeso Rivera; el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera; el secretario general del Episcopado, Ramón Godinez, y los obispos de Querétaro, Colima y León, Mario de Gasperín, Gilberto Balbuena y José Guadalupe Martín Rábago, respectivamente, se señala lo anterior aunque no se hace alusión alguna al abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg.

Por su parte el obispo emérito, Genaro Alamilla, dijo en entrevista que la declaración de la CEM no es suficiente ``ni es lo que todos esperábamos'', ya que ``no se hace referencia alguna a que a la aparición de la Virgen del Tepeyac es un hecho histórico que está avalado científicamente''.

Asimismo, el obispo Alamilla precisó que en caso de que Schulenburg no entable una demanda por difamación en contra de las revistas que publicaron sus palabras respecto al tema guadalupano, habría que decirle al abad que ``hizo mal por hacer un papel de creyente, no siéndolo''.

El obispo de Zacatecas, Javier Lozano Barragán, criticó indirectamente al abad de la Basílica, al decir que ``no se puede negar sólo porque sí, algo que está avalado con documentos históricos''.

Sin referirse directamente a Schulenburg, Lozano Barragán señaló que ese tipo de afirmaciones sobre la Virgen y Juan Diego se deben de hacer con pruebas en la mano y no hablar nada más porque sí.

Sobre el mensaje del Episcopado, Lozano Barragán comentó que éste había sido redactado por uno o varios obispos, pero que de ninguna manera reflejaba el punto de vista de la totalidad de los obispos mexicanos.

``Cada uno de nosotros es libre de pensar como quiera'', sostuvo el obispo de Zacatecas.

El obispo Alamilla dijo por su parte, que el comunicado de la CEM en el que se hace una relatoría de la fe que tiene el pueblo mexicano en la Virgen de Guadalupe, y en el que señala que Juan Diego fue ``un ermitaño que murió en 1548 a los 74 años de edad'', no se aborda algo que es fundamental, como el demostrar que este asunto no es un ``dogma de fe''.

Respecto al abad de la Basílica, Alamilla Arteaga sostuvo que no se le puede acusar de ``hereje'', porque no es el único de los antiguadalupanos que hay. Incluso, sostuvo, hubo un obispo mexicano que hace unos años negó la aparición de la Virgen y no pasó nada. Aquí, concluyó, lo que le diría (a Schulenburg) es que actuó mal por la posición que ocupa y por el enorme daño a nivel nacional e internacional que ha ocasionado a la fe de millones de católicos.