La Jornada Semanal, 2 de junio de 1996
En los años sesenta y setenta, Alejandro Jodoroswsky
revolucionó el teatro mexicano con montajes como Informe a
la academia, de Kafka, o Zaratustra, con Isela Vega en el
desnudo principal. Desde hace años vive en París y ha
regresado a México para filmar la película Santa
Sangre, presentar sus novelas e impartir conferencias que
mesmerizan al público. Patricia Vega estuvo presente en las
charlas del chamán chileno y conversó con él y su
hijo acerca de un tema singular: la educación pánica.
Sólo un "viejito" que dice lo que piensa? Sesentón, seductor, de melena totalmente blanca, traje azul marino y camisa de cuello Mao, Alejandro Jodoroswsky (Iquique, Chile, 1929) permanece fiel a su pasado y continúa siendo un transgresor. Con antisolemne desparpajo, renuente al papel de gurú, y con un gran sentido del humor y del espectáculo, el artista conquistó a los cientos de asistentes jóvenes en su mayoría que la noche del 15 de mayo atiborraron la Sala 2 de la Cineteca Nacional con el propósito de ver en persona al controvertido mimo, actor, creador teatral, historietista, cineasta, novelista,curandero, lector de Tarot, masajista y psicomago que vivió en nuestro país entre 1960 y 1972, utilizando la vía del escándalo "nunca busqué el escándalo. Producir un escándalo en esta sociedad escandalosa es lo más difícil que hay. El escándalo es un regalo divino" como estrategia artística de la vanguardia.
Entre las loas a Jodorowsky de la decena de participantes, que duraron casi dos horas, el testimonio más inquietante y que, curiosamente, no recogió ningún otro periodista, fueron las breves y contundentes palabras del joven actor y masajista Axel Jodorowsky, segundo de los cuatro hijos (Brontis, Axel, Teo y Adán) que Alejandro tuvo con Valerie Turmblay.
Refiriéndose a sus compañeros de mesa (Carlos Monsiváis, Thelma Tixou, José Antonio Alcaraz, Álvaro Carcaño, José Alonso, Héctor Ortega, Blanca Sánchez, Manuel Felguérez y Jacqueline Luis, entre otros), Axel dijo: "Todos ustedes son como mis padres y mis madres: los conozco desde que estaba en los testículos de Alejandro. Quiero admitir mi Edipo con un padre con el que pude tener un contacto físico, emocional y espiritual, y que a través de eso logró en la relación algo verdadero y sano. Fui educado con libertad total, mis hermanos y yo podíamos hacer lo que se nos diera la gana: desde pintar las paredes, andar desnudos por la casa, hasta mearnos en la sopa... Por eso hoy estoy aquí, como un testimonio de admiración a Alejandro como padre, maestro, amigo y amante."
Lo más perturbador en las palabras del joven Jodorowsky es la sinceridad con la que fueron pronunciadas. Dichas sin el ánimo de escandalizar, se puede percibir en ellas una resonancia más real que metafórica. De ser así, estamos ante un acto coherente de un creador artístico cuya declaración de principios, en su búsqueda de la libertad, no se ha diluido con el tiempo: "No tengo límites. Todo está permitido. En la forma que queramos"
Es precisamente el propio Alejandro Jodorowsky quien considera a su película Santa Sangre (coproducción italo-mexicana filmada en nuestro país en 1989) como un "sutil psicoanálisis para mí". En ella, Axel interpreta al mago Fénix en un "novedoso y complejo tratamiento de la historia de Edipo, acerca de un hombre muy lastimado psíquicamente que se convierte en los brazos de su madre mutilada" (revista Variety citada por Daniel González Dueñas).
Ante la pregunta, en 1973, sobre qué clase de padre de familia se considerabaél mismo, Jodorowsky contestó: "Terminé con la idea de padre o madre. Nuestros hijos nos llaman Alejandro o Valerie. Terminé con la autoridad. Ellos pueden vestir como quieran, escoger sus escuelas; si no desean amar a su padre, no tienen que hacerlo. Y es que no existen padres o madres; tampoco hay hijos o hijas. Es la humanidad ayudando a la humanidad. Nada más [...] Un día estaba haciendo el amor con Valerie y descubrimos a nuestro hijo Axel, de siete años, mirando desde la puerta. Por el momento no hice nada al respecto y de pronto le dijimos: 'Muy bien, Axel, por qué estás mirando? Qué quieres saber?' Le pedimos que entrara y le mostramos todas las posiciones amatorias. Cuál es el misterio? En la casa andamos desnudos todo el tiempo. No hay problemas. [Axel] empezó a los cinco años a interesarse por lo sexual. Uno de los libros que más le gusta es Sexual Positions: una pareja de jóvenes haciendo todas las posiciones del amor. Una vez estaba él mirando el libro y de pronto dijo: 'Miren, tengo una erección.' Fue sensacional. Tenía curiosidad acerca del sexo, y le di el material que necesitaba para conocerlo []"
Pocos minutos después de las cinco de la tarde llegan Alejandro y Axel Jodorowsky al estacionamiento del Centro Cultural Universitario, en un vehículo conducido por Pablo Leder. Es tarde, Axel carga la carpeta con las ampliaciones, en color, de las cartas del Tarot que Alejandro utilizará en su charla. La capacidad de convocatoria del artista chileno hace que el teatro Juan Ruiz de Alarcón esté totalmente lleno, la gente sigue llegando y tiene que sentarse en las escaleras.
Alejandro comienza su charla haciendo un breve resumen de su vida artística. Afirma que lo que hace es simplemente tener generosidad intelectual: "Todo lo que sé lo transmito. Todo lo que aprendo lo doy. Es el recibir y el dar, alguien que da lo que recibe y no lo explota ni lo guarda en secreto. En el esoterismo el secreto es toma de poder. Cuando conoces algo y lo guardas para ti, adquieres poder; cuando lo das, ya no tienes poder y te conviertes en buen maestro."
Axel había permanecido sentado en la primera fila del teatro, su padre le pide subir al foro e ilustrar corporalmente su charla: "Todos los problemas están en el cuerpo, todas las realizaciones están en el cuerpo. El curandero utiliza su energía sexual A ver, Axel, manda tu energía sexual a la sala, que la sientan hasta la última fila."
Inesperadamente, la charla de Tarot se había transformado en una sesión de psicomagia en la que Daniel González Dueñas fue curado, ante todos los presentes, de la falta de contacto físico con su padre. Explica Jodorowsky: "Todas las ideas, miedos, esperanzas, recuerdos, están en el cuerpo. Tenemos miedo de lo que deseamos. Desde que era niño toqué el cuerpo de mi hijo y él pudo tocarme tocarse de una manera divina." Se acerca a González Dueñas y dice: "Se ve que a Daniel nunca lo tocó su padre, es pura cabeza." Ordena a Axel: "Dale a Daniel un masaje con cabeza." Se vuelve a dirigir a Daniel: "No te pongas tenso que no te van a tocar los güevos." Bromea: "Eso está reservado para la relación entre el papá y el hijo." Se acerca y toca el sexo de su hijo, señalando que no hay erotismo, que es un acto sagrado, curativo. Retoma la psicomagia y, asumiendo el papel de padre de Daniel, le pide perdón por no haberlo tocado, por no haberle demostrado físicamente cuánto lo quería. Las gargantas se anudan y el silencio de la sala se rompe cuando Daniel y Axel vuelven a sus asientos y suena un aplauso. Jodorowsky continuó así, sin más, con su charla.
Al término de la conferencia, charlamos brevemente con Axel. Por encima del hombro de la reportera, el joven observa al padre que participa en el ritual de la firma de libros, no se pierde un sólo detalle.
Podrías hablarnos de tu educación pánica?
Ah, mi educación pánica! Una maravilla! No te voy a decir que no tuve problemas. Soy un poco como la búsqueda educacional de Alejandro, pero llegamos a una relación, como puedes verlo hoy, fluida. Yo terminé con el problema freudiano de castración al padre. Creo que uno tiene que incorporar al padre; si uno le corta las bolas al padre, se las corta a sí mismo. Es negar una parte de sí mismo, porque no supieron encontrar una solución espiritual para curar los problemas padre-hijo. Vivimos en una sociedad de padres que son ignorantes, que no saben ser padres. Yo estoy aprendiendo a ser padre con mis dos hijos [de un año y medio, y dos años y medio]. Ahora vivimos todos juntos, con Alejandro, en París: Viva la neotribu!
Me turbó tu declaración de amor a tu padre
Yo amo a mi padre. La gente no me deja tranquilo o no entiende, pero yo lo amo y él me ama. Tenemos una relación privilegiada. Ayer no quise decir que nos habíamos acostado, no es eso, mala interpretación de gente que tiene problemas. Yo lo que dije es que tengo un Edipo afectivo con él y eso lo asumo, el hijo y el padre tienen que colaborar, ésa es la salvación de la relación padre-hijo. Cuando el padre y el hijo colaboran, en ese momento se curan y el hijo incorpora al padre. Como ves, él me sube al escenario, no tiene el problema que podría tener cualquier padre egoísta que hace conferencias y tiene a su hijo ahí, acomplejado, sentado.
Algún día, mierda, el padre se va tener que morir. Qué tristeza, pero así es la vida! Pero lo voy a haber incorporado: no me voy a haber perdido nada de lo que él está haciendo por la humanidad.
Lenguaje metafórico o verdad confesada? Lo cierto es que, más que fluidez, se percibía una absoluta complicidad entre el padre y el hijo. Y, también, una profunda admiración del hijo al padre.
Si bien Jodorowsky critica severamente al psicoanálisis, desde esta perspectiva no es necesario consumar la cópula para que ésta sea una relación incestuosa o vivir en un ambiente incestuoso en el que el padre es una figura idealizada que permite al individuo no quedar pulverizado: es válido satisfacer todas las necesidades de los hijos? Jodorowsky ofreció a sus hijos una educación pánica, un modelo en el que todo estaba permitido y la transgresión era la única ley.