Se han rebasado los límites por falta de reglamentación, acusa el organismo privado
Carlos Gutiérrez, corresponsal, y Matilde Pérez, enviada, Aguascalientes, Ags., 3 de mayo Los cupos de importaciones de granos e insumos para la producción pecuaria deben ser otorgados por la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagar) y no por la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi), ya que ésta última no toma en cuenta a los productores para regular las importaciones libres de arancel.
El secretario de la Confederación Nacional Ganadera, Juan de Dios Barba Vargas, apuntó que por esa falta de regulación a la fecha ya se rebasó el límite de las importaciones sin arancel, es decir, han ingresado al país 56 mil toneladas de pastas de pollo y trozos de pavo adicionales al tope permitido, beneficiando únicamente a entre 10 y 20 industriales ''que se están enriqueciendo con base en la pobreza de 25 mil porcicultores''.
Estimó que por esas prácticas desleales, las pérdidas en la porcicultura ascienden a 800 millones pesos, además de que se requieren cinco millones de toneladas de sorgo anuales, pero la producción nacional e internacional tiene una caída significativa, lo que dificulta encontrar el producto.
Advirtió que de continuar esa ampliación de los cupos de importación seguirá desalentándose la producción pecuaria, ya que los industriales utilizan pastas de pavo, de pollo, féculas, entre otros, para sustituir la carne de cerdo, e incluso ingresan al país grasa pura de cerdo como grasas mixtas, para eludir el pago del aracel y eso ''está llevando a la quiebra a los porcicultores, quienes también están perdiendo 250 pesos por cerdo que está saliendo al mercado, mientras que la Sagar apoya con 40 pesos por animal sacrificado''.
En el caso de la carne de cerdo, Barba Vargas, también delegado de los porcicultores de Jalisco, dijo: ''México es un resumidero de despojos de esos productos provenientes de Estados Unidos y nosotros no podemos mandarles ni un gramo a ellos. Con una competencia así es imposible comerciar. Además, el consumo nacional de este tipo de carne cayó en los últimos 18 meses en 3.6 kilogramos per cápita''.
Ante esta situación, pidió al gobierno federal establecer una salvaguarda, quitar fracciones arancelarias que perjudican al productor, y desgravar insumos como harinolinas y pasta de soya, las cuales no existen en México.
El problema de la porcicultura en este momento es difícil, ya que sus costos de producción son 20 por ciento mayores al precio de venta del animal en pie. Para ejemplificar, comentó que en enero de este año el precio del kilo de cerdo en pie era de 10 pesos, mientras que la tonelada de sorgo se cotizó a mil pesos por tonelada; actualmente el precio del animal bajó a 8.50 pesos por kilo, mientras que la tonelada de alimento se elevó a mil 800 pesos por tonelada.
Durante la 60 asamblea nacional de la CNG fue manifiesta la inconformidad de los ganaderos por la difícil situación económica y por la laxitud del gobierno en el control de las importaciones que generan prácticas desleales en detrimento de los ganaderos.
Fuera del Teatro Aguascalientes, un grupo de 60 representantes de la cuenca lechera del Bajío, la más importante del país, cuestionaron la falta de control gubernamental en las importaciones y venta de lactosuero como leche. Señalaron que entre las grandes industrias que están defraudando al consumidor está Nestlé.
Al respecto, Ernesto Larrondo Montes, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche, dijo que los industriales compran a 50 centavos de dólar por litro ese lactosuero, mientras que un kilo de leche en polvo tiene un costo de 2.30 pesos, por eso ''nos les interesa comprar la leche al ganadero y en todo caso su intención es pagar el litro del alimento en 1.70 pesos''.
Agregó que de los siete millones de litros que se consumen en el país, unos 2.5 millones son ''leche'' fabricada con sucedáneos y sueros.