Krauze: sin reforma democrática las soluciones a la crisis serán frágiles
Arturo García Hernández/ I El ``corazón'', la raíz de los problemas que atraviesa México, es de índole política. Sin una reforma democrática, las soluciones que se busquen a los conflictos económicos y sociales que agobian a los mexicanos serán frágiles e inconsistentes.
Esta es una de las tesis que habitan Tiempo contado, el nuevo libro del historiador Enrique Krauze, de reciente publicación en Editorial Oceano.
Recopilación de artículos publicados entre 1993 y 1996 --la mayoría en el diario Reforma--, Tiempo contado ofrece al lector un recuento de hechos decisivos en la vida política nacional reciente.
El libro es --en palabras de los editores-- ``un registro puntual de quien hace del conocer y entender la historia un instrumento para apreciar con diligencia el presente y el porvenir inmediato''.
Krauze reflexiona en entrevista sobre las motivaciones y propósitos de este nuevo libro.
--A diferencia de hechos históricos más o menos asimilados, acercarse a lo que llamamos historia de lo inmediato implica riesgos de interpretación, fallas de perspectiva...
--Estos no son textos de historia pero sí textos de un historiador. Intento buscar en la historia elementos, enseñanzas, experiencias que iluminen la circunstancia presente. No porque la historia se repita estrictamente; nunca se repite de hecho. Pero en la vida de las naciones igual que en la vida de las personas para algo sirve el pasado.
``De alguna forma los problemas o las crisis que estamos viviendo tuvieron antecedentes más o menos análogos o semejantes en el pasado. Entonces, extraer enseñanzas de esa larga, rica y compleja historia me parece un ejercicio limitado pero válidoÕÕ.
--¿Te ha dado el tiempo la razón sobre los distintos aspectos que abordas en el libro?
--Sería muy pretencioso y también sería inútil hacer elogios personales porque, en efecto, es correcta aquella frase de que ``elogio en boca propia es vituperio''. Simplemente creo que como muchas otras voces intelectuales de México, desde hace muchos años vengo creyendo y diciendo que el corazón del problema mexicano es de índole política, que la raíz del problema mexicano es política.
``Esto no quiere decir que todos los problemas mexicanos sean políticos. No. Los problemas de México son la desigualdad, el atraso, la desnutrición, el crecimiento demográfico, etcétera.
``Los grandes problemas son económicos y sociales. Pero no sólo yo sino muchas otras voces hemos coincidido al pensar que sin una reforma democrática sencillamente todas las reformas que se intenten desde las alturas, de manera vertical, aunque estén bien orientadas, van a ser frágiles. En ese sentido, sí puede decirse que la historia reciente nos ha dado, a mí y a esas otras voces liberales y democráticas, la razón.
``Debo mencionar, siempre lo menciono y seguiré mencionándolo, el antecedente de Daniel Cosío Villegas quien desde los años cuarenta, cuando nacía el sistema como lo conocemos, advirtió las llagas políticas de México. En particular la concentración del poder en manos de una sola persona, el presidente. Cosío Villegas lo advirtió con toda claridad y mientras no tengamos ese arreglo político estamos condenados a que todo avance en el área económica sea frágil (...)''.
Con Tiempo contado, Enrique Krauze se mantiene fiel a ``una costumbre no sólo de la vida literaria sino de la literatura política en México: la de reunir artículos y ensayos correspondientes a una época, cuando se considera que configurarlos temática y cronológicamente puede ofrecer al lector una visión coherente sobre el pasado inmediato y sobre la situación política del momento''.
Así lo han hecho Octavio Paz, Daniel Cosío Villegas, Gabriel Zaid, ``el propio Carlos Fuentes en Tiempo mexicano''.
--El título del libro tiene dos sentidos, el de ``contar'', dar cuenta de un hecho, y el de establecer un plazo próximo a concluir.
--Es mi título más deliberado. Por una democracia sin adjetivos era un título hasta con cierto sentido romántico. Es decir: busquemos en algún futuro próximo en el plazo de nuestra generación, en este siglo, una democracia sin adjetivos. Implicaba un tiempo más o menos abierto.
``Había un compás de espera que la historia nos había dado para poder construir esa democracia''.
Sin embargo, ``las llagas políticas de México a las que se referia Cosío Villegas, ya en el año de 1984 habían causado desgracias de la magnitud de Tlateolco, del populismo financiero y demagógico de Luis Echeverría, de la irresponsabilidad frívola de José López portillo.
``Es decir, ya teníamos suficientes elementos y luces amarillas muy insistentes de que la situación era muy peligrosa (...).
``Como dice aquella ley de física: lo que puede fallar falla. Si el sistema ya había fallado tantas veces era muy posible que siguiera fallando.
``Y falló con las oportunidades perdidas en el tiempo de Miguel de la Madrid que, aunque no ejerció una presidencia autoritaria y fue un hombre moderado, sí creo que perdió oportunidades democráticas muy importantes como la de Chihuahua en 1986. Luego sobrevino la debacle del 88.
``Pero la presidencia que conjuga todos los problemas en uno, todas las llagas políticas en una sola, fue la de Carlos Salinas. Teniendo todo el capital político interno e internacional para poder dar el gran viraje que todo el mundo estaba dando en el año de 89 hacia la democracia, no solamente desperdició la oportunidad sino que hizo algo insólito: quiso quedarse con el sistema.
``Nunca nos había ocurrido eso. Miguel Alemán y Luis Echeverría Alvarez, dos presidentes muy poderosos, muy ambiciosos, jugaron con la idea de la reelección, con la idea de perpetuarse de alguna forma, de seguir influyendo. (...)
``(Plutarco Elías) Calles, con el maximato; (Lázaro) Cárdenas mismo mantuvo un ascendiente político moral muy importante, pero nunca había ocurrido que un presidente y un equipo de personas alrededor de él qusieran estrictamente quedarse con el sistema, apropiárselo.
``Este es el riesgo que corrimos los mexicanos, que hemos estado corriendo los mexicanos estos últimos sexenios y que ahora nos ha llevado a la situación terrible por la que atravesamos''.
--¿Crees conjurada la intención de Salinas de apropiarse del sistema?
--Salinas es el presidente más liquidado de la historia de México. Y no porque yo crea, y quiero dejarlo claro, que su gestión haya sido enteramente oscura ni mucho menos.
``Creo que tuvo aciertos muy importantes en muchas de las reformas que inició: en el campo, frente a la iglesia, incluso reformas económicas. Yo defendí varias de esas reformas.
``El problema con ellas era el modo en que se instrumentaron, de manera vertical, sin un consenso democrático, a la manera de los déspotas ilustrados del siglo XVIII o de los científicos de fines del siglo XIX, de manera vertical sin un consenso democrático.
``Entonces, naturalmente no contó con el consenso de la sociedad. La única forma de haber contado con ese consenso era introducir en el año de 1990, 91, justo en el momento en que tenía todo el capital p0olítico, la reforma que muchas voces, escritores, periodistas, intelectuales, luchadores cívicos, luchadores de toda índole, le pedíamos''.