La Jornada 8 de junio de 1996

Versión: el gobernador estuvo en una reunión en la que se aconsejó al banquero irse del país, días antes de la intervención de Cremi-Unión

Juan Manuel Venegas Eran los últimos días de agosto de 1994. Conversaban, entre otros, Carlos Cabal Peniche, Roberto Madrazo Pintado, Rafael Ambrosi y Juan Velázquez. Los tres últimos convencían al primero de que tenía que abandonar el país. No había otra salida para el ex banquero: en los días siguientes, la Secretaría de Hacienda intervendría el grupo financiero Cremi-Unión y solicitaría acción penal en su contra.

``Hazles caso, Carlos, ellos saben perfectamente lo que te dicen. La orden de aprehensión ya está decidida y nadie va a intervenir por tí'', le habría dicho el gobernador de Tabasco a su amigo Cabal, según confió a La Jornada una persona que conoce detalles de aquella reunión.

La plática continuó. Se afinaron detalles sobre la salida del país del empresario; el asunto de los poderes notariarles que dejó a Salvador Rocha Díaz, Ambrosi y Velázquez... A su amigo Roberto, le dio un abrazo: ``Ya sabes, cuentas conmigo. Vamos a seguir en contacto...''.

En aquel encuentro, el tema que se habría abordado, ``estrictamente'', sería la situación de Carlos Cabal Peniche, interesado sobre todo en la opinión de los abogados Ambrosi y Velázquez en torno a la denuncia que enfrentaría.

Incluso, comentan quienes están enterados de la relación entre Madrazo Pintado y Cabal Peniche que, ``por aquellos días'', el mandatario tabasqueño fue leal a su amistad con el banquero en desgracia, al presentarlo con Juan Velázquez, el penalista que con el tiempo se haría cargo de su defensa.

Hasta antes de que interviniera Velázquez, representaban legalmente a Cabal los abogados Salvador Rocha Díaz y Rafael Ambrosi, quienes tienen un despacho en sociedad.

Pero cuando el empresario yucateco supo que sería intervenido el grupo financiero Cremi-Unión y que ``no podría evitar ser acusado por fraude a la institución'', buscó a su amigo Roberto Madrazo, quien con prontitud le recomendó asesorarse con Juan Velázquez. El mismo los presentaría.

Se preparó el encuentro. Y, a finales del mes de agosto de 1994, los abogados Ambrosi y Velázquez, revisado el expediente, advirtieron a Cabal sobre las ``dificultades'' que enfrentarían, tratando de evadir el ejercicio de la acción penal.

``No había forma de ocultar el fraude que se cometió al grupo Cremi-Unión, y el cumplimiento de la orden de aprehensión en su contra sería inevitable, si permanecía en México'', le habrían explicado los abogados.

``Lo mejor era salir del país'', dejando poderes notariales a favor de sus representantes legales, para que llevaran a cabo su defensa y la de sus bienes.

Y así fue. El 5 de septiembre de ese año, cuando la Secretaría de Hacienda hacía pública la decisión de intervenir gerencialmente al grupo Cremi-Unión, y la PGR informaba que se había girado orden de aprehensión contra Cabal Peniche, éste ya se encontraba fuera del país.

Su amigo Madrazo Pintado y los abogados Velázquez y Ambrosi lo habían convencido.

Se presume, según los informes de la Procuraduría General de la República (PGR) que Cabal ``se encuentra en Suiza, por lo menos desde el año pasado''.

La presunción de la autoridad tiene fundamento. En la averiguación previa que se le integra a Raúl Salinas de Gortari por enriquecimiento ilícito, salió a relucir que, en septiembre de 1995, los abogados Salvador Rocha Díaz, Rafael Ambrosi y Juan Velázquez viajaron a Ginebra, convocados por su cliente prófugo.