Prensa libre, la mejor aliada de la reforma: Chuayffet
Roberto Garduño Espinosa El presidente Ernesto Zedillo legará al término de su mandato en el año 2000 ``un país más democrático, más justo, económicamente más productivo y sólido en el que la corresponsabilidad desplace al autoritarismo''. Para lograrlo, el Ejecutivo ``se apoya en la legitimidad de su gobierno; en su compromiso con la esperanza genuina de la gran mayoría de los mexicanos que quiere salir adelante; en la lealtad que le profesamos a su autoridad moral y política, y en la creencia de que sólo en la libertad nos es dable alcanzar el futuro'', aseguró el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet Chemor.
En la comida con integrantes de la Asociación de Editores de Periódicos Diarios de México (Aedirmex), ante el mandatario y más de 300 reporteros, fotógrafos y directivos de periódicos, Chuayffet dijo que la libertad de prensa y de expresión dan sentido a todas las demás libertades: ``las celebramos desde el gobierno respetándolas y escuchándolas para calibrar nuestras acciones: las celebran seguramente ustedes, los comunicadores, como garantía legítima, como vocación eficiente, pero ante todo y sobre todo como compromiso moral con México''. Chuayfett asumió el término de cuarto poder que se le endosa a la prensa, y especificó las tres características que por razones de claridad analítica distinguen los actos del poder: idoneidad, legitimidad y eficacia.
Regino Díaz Redondo, director general del periódico Excélsior, orador por parte de los editores, enfocó a título personal su discurso señalando errores del sistema político y la economía nacionales. De que la paciencia de los más necesitados se está acabando. O del ensanchamiento de la brecha entre ricos y pobres. Y que la responsabilidad es de todos.
``Consideramos, sin ser axiomáticos, que en teoría el actual sistema de gobierno está en decadencia, casi acabado, pero no hay por ello que desterrarlo sino rectificar decisiones y curar heridas''.
También expresó no estar de acuerdo en que se privaticen los Ferrocarriles y se otorguen excesivas concesiones a extranjeros con intereses turbios en el manejo de la petroquímica secundaria.
Evocó a Winston Churchill y a Franklin D. Roosevelt como dos figuras que trascendieron en momentos de crisis mundial.
En ese sentido Chuayfett recordó que ``voltear al pasado reconforta; entre Churchill y Roosevelt, me quedo con Juárez, ejemplo de sapiencia, ejemplo de contacto y ejemplo de voluntad para sacar a México adelante''.
Criticó a los grupos que señalan falta de oficio del gobierno por no saber trasmitir ánimo al pueblo; a los que pretenden conservar cononjías y favores, a quienes desestiman el lenguaje de la verdad porque su juicio es impolítico: ``Los mexicanos estamos hartos de expectativas falsas, y queremos saber, bien a bien, a qué atenernos''.
Chuayfett Chemor también se ocupó del tema económico y de los grupos que estereotipan y desechan modelos pero no proponen otros. También habló de los ortodoxos del viejo estilo, los nostálgicos, para quienes la crisis y su solución están en los medios de comunicación.