Zedillo hasta el año 2000
Se reconoce la crisis política?
Debió reaparecer Emilio Chuayffet para salir al paso a los muchos meses de rumores, para afirmar ante los editores de periódicos diarios de México, que el presidente Ernesto Zedillo terminará su mandato en el año 2000. Pero también reconoció una disputa que no es nueva, entre el equipo zedillista y ``los militantes de un retorno a como dé lugar al viejo sistema'', y que por mucho tiempo pretendió ser ignorada por el poder presidencial. El escenario pareció inmejorable. La comida anual del Día de la Libertad de Expresión, ante los editores de periódicos desde donde se ha criticado con dureza al gobierno de Ernesto Zedillo, a la figura presidencial, y en donde se ha dado cauce a un rumor, que es real y que ya preocupa al Presidente: que su gobierno no terminaría el sexenio.
Pero el secretario de Gobernación empezó mal su discurso en defensa del proyecto de Ernesto Zedillo. En consonancia con una declaración presidencial matutina, Emilio Chuayffet rescató una vieja figura, desechada por obsoleta, para pretender caracterizar a los medios de comunicación, a los periodistas: ``Ustedes son el cuarto poder'', les dijo.
Sólo que Chuayffet olvida que el poder verdadero es el de la comunicación, el de los mensajes, de las ideas y el de una sociedad alerta, informada. No es el poder, o no debiera ser, el de las empresas, las que en no pocas ocasiones manipulan o distorsionan. Usan los medios en beneficio personal o de grupo y no como una herramienta al servicio de la sociedad. Los periodistas tampoco ostentan ese título, ya que los medios son empresas mercantiles, en su mayoría, y los periodistas y reporteros carecen de una revaluación económica, profesional, ideológica y política que les permita un papel libre y protagónico en los procesos sociales.Pero el tema central era la defensa del proyecto zedillista, y el titular de Gobernación respondió a todos. Primero comparó al gobierno de Ernesto Zedillo como ``un momento fundacional'', en el que ``se agigantan'' las inercias que defienden privilegios, en donde se producen ``dudas, confusión, desesperación, paralización, descontrol y miedo''. Fustigó, por ello, ``a quienes no comprenden la prudencia y la tolerancia, y las confunden con debilidad''.Luego, en una alusión que pareció dirigida al panismo, Chuayffet habló de las ``alianzas estratégicas que todo gobierno requiere'', pero advirtió que no son aquellas ``para conservar canongías y favores. Las únicas alianzas legítimas y moralmente sostenibles son las que conducen al bienestar de los mexicanos, y no las que se orientan a conservar el poder por el poder mismo. Esas ya caducaron''.A quienes dicen que no hay liderazgo en el gobierno de Ernesto Zedillo, Chuayffet les dijo: ``no quieren un líder, sino un caudillo'', quieren la vuelta al discurso populista, ``llaman crudeza ingenua a la sinceridad y desestiman el lenguaje de la verdad, porque en su juicio es impolítico''.Luego, el secretario de Gobernación se lanzó contra los críticos de la política económica. ``Para los ortodoxos del viejo estilo, la crisis y la solución están en los medios de comunicación, andan sueltos, sugieren sigilosos. De veras creen estos nostálgicos, que los problemas no existen, más que en la imaginación de los comunicadores?''.
Importante, sin duda, el discurso de Emilio Chuayffet, secretario de Gobernación, ya que, primero, reconoce la existencia de una importante disputa entre el equipo zedillista y otros grupos, a los que no ubica, pero que por la breve descripción que hace, pudieran encontrarse al interior del propio sistema político y en algunos cuadros de oposición.Más aún, una redefinición del proyecto presidencial, a casi dos años de asumido el cargo, no es cosa menor, sobre todo si se analiza con cuidado el discurso del secretario de Gobernación. Poco ha permeado el trabajo presidencial, la estrategia de gobierno y los resultados, en la opinión pública, al grado de que es necesario que se explique, ante los periodistas, ante los editores, el significado de lo que se hace y cómo se hace. Sin embargo, se insiste en que no hay crisis?