La Jornada 10 de junio de 1996

NO SOMOS ANGELES, DICE RIVERA

José Antonio Román El arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, señaló que en la Iglesia ``irrumpe el escándalo'' ante cualquier defecto, caída o desviación de aquellas personas que están cerca del evangelio, incluso sacerdotes y obispos.

Al ordenar a 17 diáconos en el patio central del Seminario Conciliar de México, el prelado llamó a los sacerdotes a ``hacer presente el evangelio en una sociedad enferma, pobre y pecadora''. Ante cientos de personas que se congregaron en el patio y los pasillos de los dos pisos del inmueble, dijo que ese escándalo seguirá causando tensiones en la Iglesia, pero que jamás podrán ``renunciar a hacer presente a Jesús ante los hombres''.


Durante la ordenación de nuevos diáconos.
Foto: Raúl Ortega

Por otra parte, el obispo de la diócesis de Tapachula, Felipe Arizmendi Esquivel, recordó que los fariseos se escandalizaban porque Jesús llamaba a pecadores. Hoy también hay muchas personas que, ante las limitaciones y errores que tienen los obispos y sacerdotes, se alejan de la Iglesia y hasta de Dios.

``Tienen razón en exigirnos que seamos perfectos y que no cometamos tantas fallas; pero han de comprender que no somos ángeles, sino seres humanos, pecadores y frágiles como cualquiera. En vez de escandalizarse, cambiar de religión o hacerse indiferentes habrían de ayudarnos con sus oraciones y consejos a ser mejores y crecer en santidad'', señaló en su homilía pronunciada en la catedral de Tapachula.

Por ejemplo, ante los comentarios y reacciones que se han suscitado en ocasión de las declaraciones del abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg, los enemigos de la jerarquía católica se han solazado y han agrandado más lo que en realidad sucede, señaló.

``Estos grupos se imaginan que todo se debe a una lucha por el poder y a una ambición de dinero. Nos han desprestigiado cuanto han querido, porque de esa forma quieren quitar autoridad a nuestro ministerio profético de denuncia. Inventan divisiones, como las que acostumbran ver en otros ambientes.

``Es verdad que somos pecadores y que tenemos nuestras diferencias. Jesús no llamó a santos y perfectos. Pero no es justo enlodar a toda la institución eclesiástica, para restarle prestigio moral ante la sociedad. La organización de las estructuras, los cambios de puesto y la selección de candidatos, es algo normal en toda institución humana.``Dijo que la Iglesia, además de su carácter sobrenatural y divino, tiene también su parte humana. ``Entre los ápostoles de Jesús hubo una discusión en torno a quién ocuparía los primeros lugares, pero él les advirtió que en su Iglesia no debe haber ambición por los cargos'', dijo y agregó que en el caso presente de la Basílica hay una transición normal, no una lucha de poder.

El también presidente de la Comisión de Seminarios y Vocaciones del Episcopado Mexicano exhortó a los fieles a no alejarse de Dios con el pretexto de las posibles fallas de sus pastores, sino a madurar su fe en Dios y en su devoción a la Virgen de Guadalupe.

Tanto Rivera como Arizmendi se refirieron en sus respectivas homilías a que ``Jesús no vino por los sanos, sino por los enfermos; no por los que se consideran justos, sino por los pecadores''.