Por su historia y su nivel de desarrollo, México y Canadá tienen poco en común, pero un solo factor los hace unirse como si hubieran nacido hermanados: su vecindad con la nación más poderosa del planeta, que además no pierde la ocasión de demostrar su enorme fuerza.
A pesar de los intentos por ubicarse en los clubes de las naciones en pleno desarrollo, México es todavía una nación ``en vías de desarrollo'', como se dice eufemísticamente a las más pobres, con grandes desequilibrios en su desarrollo, con empresas que se cuentan entre las más importantes del mundo, pero con millones de personas que viven en niveles de miseria.
Canadá, por el contrario, forma parte del club más exclusivo del orbe: el de los siete países más ricos, en donde convive también con su todavía más rico vecino del sur.
Precisamente por esas diferencias en los niveles de desarrollo, las economías de México y Canadá se han complementado en varios aspectos. Uno de ellos es el alquiler de mano de obra. Aunque en niveles mucho menores a la cantidad de trabajadores mexicanos que cada año buscan empleo en Estados Unidos, Canadá también recibe periódicamente a miles de connacionales para trabajar sobre todo en sus ricos campos de cultivo.
Esta situación es poco conocida y tal vez por ello no ha aumentado el número de trabajadores migratorios para nuestro país, ya que el gobierno canadiense, y en particular los gobiernos provinciales tienen ``cuotas'' para la entrada temporal de estos trabajadores de naciones tan distantes como la India y China.
A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde muchos mexicanos buscan quedarse a vivir, en Canadá son pocos los que tramitan su residencia permanente o que se quedan como ``ilegales''. Tal vez sea porque no les resulta fácil reunirse con sus familias, porque el clima es más severo o porque los contratos para trabajar en el país de la hoja de arce están debidamente documentados y los contratados mexicanos tienen transporte de ida y vuelta.
En resumen, con Canadá no hay problema por ese aspecto, todo lo contrario, la mano de obra mexicana es bien apreciada en ese país.
En el otro extremo del desigual grado de desarrollo de nuestra república, también hay punto de coincidencia con Canadá: empresas de ambos países están amenazadas por la ley Helms-Burton, que recientemente aprobó el Congreso de Estados Unidos para ``castigar'' a quienes desobedecen su prohibición de comerciar con Cuba.
A pesar de su gran desarrollo, la economía canadiense no puede competir por sí sola con la de Estados Unidos, y la mexicana mucho menos. Entonces se requiere la cooperación, como se manifestó en la reciente reunión de la OEA, en donde la mayor parte de los países del hemisferio rechazaron por intervencionista la ley estadunidense. Los diplomáticos de Washington dijeron que esa moción fue promovida conjuntamente por Canadá y México.
Pero la ofensiva no puede quedar allí. Este tema, como el de los trabajadores migratorios, será parte importante en la agenda del presidente Ernesto Zedillo, durante su visita oficial a Canadá, para reunirse con el primer ministro Jean Chrétien, pero también con las autoridades de los gobiernos provinciales que allá tienen mucha fuerza y autonomía, así como con representantes empresariales que son potenciales aliados en esta lucha en apariencia política, pero que muchos analistas sospechan encubren la verdadera intención de Estados Unidos de conservar a Cuba como un ``mercado cautivo'' cuando continúe el proceso de apertura y sobre todo cuando deje el poder su odiado Fidel Castro.
Todo es territorio libre
Con el anuncio de la Procuraduría General de la República de que sí hubo exceso de gastos en la campaña electoral del actual gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo Pintado y, sobre todo, que se investigan posibles actos de lavado de dinero con las aportaciones al PRI, se fortaleció la candidatura del también tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador, a la presidencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
A pesar de que el mandatario tabasqueño no arría banderas y destaca el hecho de que hay confusión en las cifras y en el destino del dinero entre otras razones porque el fideicomiso en que participó el prófugo banquero Carlos Cabal, es para el patrimonio del partido y no para una campaña electoral en específico, con lo cual no se puede hablar de ``topes'' los simpatizantes de su rival López Obrador ya lo hacen seguro dirigente nacional perredista, ya que aun cuando cayera Madrazo, difícilmente llegaría al gobierno tabasqueño.
Contra lo que pudiera pensarse, tales comentarios se escuchan sobre todo fuera del partido opositor, porque en el interior todavía hay corrientes que creen posible derrotarlo en las elecciones internas y elevar a otro sucesor de Porfirio Muñoz Ledo.
Uno de los grupos internos que irradian más confianza es el comité de campaña de las ex diputada y ex asambleísta Amalia García Medina.
El refuerzo de su confianza obedece sobre todo a recientes actos de campaña que denotan una popularidad de Amalia García, mayor a la que le reconocen sus contendientes.
Uno de esos actos fue la presencia de la aspirante a presidenta del PRD en el auditorio ``Ché Guevara'' de la Facultad de Filosofía y Letras, en donde reunió a más de 2 mil jóvenes, según los cálculos de los coordinadores de su campaña, quienes destacan que dentro de las filas del perredismo se sostenía hasta antes de ese evento que sólo su ex presidente y ex candidato presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas, podría entrar en Ciudad Universitaria.
No sólo en ese coto ``exclusivo'' de Cárdenas tuvo buena respuesta Amalia García, sino también en Michoacán, que se supone un terreno donde sólo impera la voluntad del ex aspirante presidencial. El equipo de la candidata se quejó inclusive de haber recibido informes en el sentido de que Lázaro Cárdenas Batel, hijo del dirigente moral del partido, hacía campaña abierta en favor de López Obrador y que aseguraba que éste tiene el respaldo de su padre.
Amalia García no sólo incursionó en terrenos de Cárdenas, sino que también estuvo en Veracruz, que se supone plaza fuerte del otro aspirante a la presidencia, el actual senador por ese estado y ex dirigente del extinto Partido Mexicano de los Trabajadores, Heberto Castillo Martínez.