La crisis de México perjudicó las telecomunicaciones en AL
Víctor Cardoso, enviado, Río de Janeiro, 11 de junio La crisis económica de México produjo, durante 1995, efectos colaterales negativos en el desarrollo de las telecomunicaciones en América Latina, donde el grueso de la población no se vio beneficiada por la expansión de los servicios.
Así lo establece la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en un Perfil de las Telecomunicaciones de las Américas presentado a los 185 países y 363 instituciones que conforman ese organismo durante la realización del Américas Telecom-96, que comenzó aquí el lunes pasado.
``Existen dudas acerca de la sostenibilidad del desarrollo económico de la región... El entorno macroeconómico ejerce una enorme influencia en las telecomunicaciones; en México, el crecimiento de las líneas telefónicas fue el menor de los últimos 20 años'', señala el documento donde se analiza la situación y desarrollo de cada país del continente en la materia.
Conforme al análisis, el crecimiento de las telecomunicaciones, en particular las líneas telefónicas, servicio telefónico celular y televisión restringida, ``enmascara pronunciadas desigualdades en el acceso a las telecomunicaciones que imperan en esos países''.
La UIT consideró que la primera oleada de privatizaciones en materia de telecomunicaciones, que encabezan Argentina, Chile, México y Venezuela, no logró extender los servicios en los niveles esperados. Sólo ``con un poco de suerte'' y una estabilidad económica, dice en su documento el organismo, será posible extender los beneficios de las telecomunicaciones a una mayor población.
Pese a las desigualdades que todavía presenta el acceso a las telecomunicaciones, la UIT consideró que la privatización de los prestadores de servicios ha permitido algunos cambios notorios. ``Los cinco operadores que más han mejorado su calidad de funcionamiento en la región entre 1990 y 1995 proceden todos de países que se sometieron al proceso de privatización antes de 1992 (Argentina, Chile, México y Venezuela)''.
A México, con una densidad de 9.58 líneas telefónicas por cada 100 habitantes, se le ubica en el trigésimo lugar de una lista de 43 países americanos.
En México, marco legal transparente: Cassasús
Durante su participación en el Américas Telecom-96, el subsecretario de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico de México, Carlos Cassasús López-Hermosa, hizo notar que el proceso de apertura en las telecomunicaciones que ha emprendido México se basa en un marco legal transparente, que permitirá atraer mayores inversiones al mercado, incluso procedentes del extranjero.
``Un sistema abierto, con normas ciertas, son condiciones necesarias para las decisiones de los inversionistas extranjeros'', apuntó el funcionario. En el caso mexicano se estima que durante la segunda mitad de la década se invertirán unos 8 mil millones de dólares.
Hasta ahora, precisó Cassasús, la privatización de Teléfonos de México (Telmex) ha cumplido con el objetivo de elevar la densidad telefónica del país, lo que se verá incrementado aún más con nuevas tecnologías de telefonía inalámbrica.
Adelantó que ``en unos días más'' la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dará a conocer la reglamentación para regular la competencia entre los diferentes prestadores de servicios telefónicos de larga distancia en materia de interconexión, numeración, conmutación, señalización y presuscripción.
Proveedores, a la caza de mercados
El presidente de la empresa canadiense Northern Telecom (Nortel), Gary Donahee, apuntó que la liberalización de las telecomunicaciones en América Latina abre mercados de proveeduría de equipos por más de 15 mil millones de dólares anuales.
Señaló que en los últimos dos años la demanda del mercado latinoamericano en equipos de telecomunicaciones se ha elevado en casi 60 por ciento, tanto de transmisores como de antenas, cable, fibra óptica y aparatos telefónicos, entre otros.
En la expansión de esos mercados, dijo, México ha tenido una participación importante y estratégico, pues ha permitido la apertura de plantas para abastecer al resto de los países de la región latinoamericana.