La Jornada 13 de junio de 1996

No llega la ayuda prometida para la Comarca Lagunera: obispo Medel

José Antonio Román El obispo de Durango, José Trinidad Medel, aseguró que la ayuda económica prometida por los gobiernos federal y estatal a los campesinos y agricultores de la comarca lagunera que sufren las graves consecuencias de la prolongada sequía, aún no ha llegado a la región.

El prelado dijo que el primer apoyo prometido por 66 millones de pesos48 del gobierno federal y 18 del estatal se ha ``condicionado'' a que los campesinos y pequeños propietarios aporten una cantidad similar para ser entregada, pero se ve difícil que dicho requisito se cumpla, debido a la descapitalización del campo.

Dijo que la ayuda ``está amarrada, condicionada'' a algo muy difícil de cumplir. Además, hay el riesgo de que si el aporte no se efectúa rápidamente, los recursos prometidos para contrarrestar los efectos de la sequía se irán a otra entidad, señaló en entrevista, luego de oficiar la homilía por la peregrinación anual de su diócesis a la Basílica de Guadalupe.

En esta situación, señaló el obispo, donde el nivel del agua de las presas que riegan La Laguna es de apenas 8 por ciento de su capacidad y se ha dejado de sembrar cerca de 80 por ciento de las hectáreas cultivables de la región, el fenómeno migratorio se ha incrementado de manera notable, con consecuencias negativas para la institución familiar que se ha visto dividida por la ausencia de uno o varios integrantes, quienes se ven obligados a viajar al extranjero en busca de empleo.

El obispo José Trinidad Medel, así como otros cuatro prelados de la comarca lagunera de Durango y Coahuila y miles de campesinos y agricultores católicos se reunirán hoy en el lecho seco del río Nazas, junto a los puentes de acceso Torreón-Gómez Palacio, para orar y pedir a Dios el don de la lluvia en el campo lagunero y sus presas.

Durante la entrevista, concedida en la Basílica de Guadalupe, el obispo duranguense pidió a las personas que tienen el poder político, económico y social que hagan un esfuerzo ante esta grave situación. ``Hago un llamado a los pequeños industriales, incluso a los grandes, a que se unan para poder compartir entre ellos mismos su experiencia, su ciencia y hasta sus centavos para poder ayudar a esa zona y la gente que ahí vive'', señaló Medel.

Sobre la ayuda prometida por el gobierno y la condición para poder entregarla, Trinidad Medel exhortó a las diferentes dependencias del gobierno a revisar nuevamente estos mecanismos, a fin de hacer realmente efectiva la ayuda a los campesinos y agricultores de la región que tanto lo necesitan, sin tantas condiciones.

En la misa, a la que acudió un nutrido grupo de feligreses encabezados por danzantes de la región, el obispo señaló que esta situación que vive el país se debe fundamentalmente a que ``hemos hecho un México sin Dios, una escuela sin Dios, una universidad sin Dios, una industria sin Dios, una política sin Dios. Entonces por eso no se vive, porque cuando no hay Dios no hay vida. Y es por eso que crece en medio de nosotros la violencia, el crimen y el egoísmo''.

Desde el altar de la Basílica, Trinidad Medel se refirió a la gran necesidad que tienen de agua la tierra y los hombres de la Laguna. Desde ahí lanzó la plegaria y la solicitud de ayuda que hoy cientos de feligreses reiterarán desde el lecho seco del río Nazas, a fin de que los campos de la región vuelvan a dar frutos.

El prelado pidió tabiém la unidad de la población, pues de esa forma ``la podemos pasar menos mal en este momento de severa crisis''. Dijo que es necesaria la unidad de los empresarios, de los trabajadores, de los campesinos y de las familias, pero siempre sin marginar de la vida cotidiana las enseñanzas del evangelio.

Dios nos pide, añadió en su homilía, vivir con mayor austeridad, particularmente a las personas que todavía tenemos qué comer. ``Me parece que lo que Dios quiere es que fomentemos una economía como la que el Papa Pío XII trató de impulsar mucho en el mundo, que es la teoría del cooperativismo, pero con todas sus reglas, pues en realidad el cooperativismo es una forma de educar también a la comunidad para que viva de una manera solidaria'', concluyó el obispo.