Hiere carta-bomba a un juez español que condenó a dos ex policías
Afp, Ansa, Reuter, Dpa y Efe, Madrid, 12 de junio El magistrado de la Audiencia Nacional José Antonio López resultó herido hoy al explotarle una carta-bomba. El ministro español del Interior, Jaime Mayor, dijo que el atentado pudo ser ejecutado por miembros de la organización separatista vasca ETA, pero la policía consideró ``poco probable'' esa hipótesis.
Hasta el momento ninguna organización se responsabilizó del ataque contra el juez que condenó a más de cien años de prisión a los ex policías Michel Domínguez y José Amedo por su participación en los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), que durante la década pasada asesinaron a más de 20 personas vinculadas a ETA.
Jiménez Alfaro, quien al parecer perdió los dedos de la mano derecha, es presidente de la sección penal de la audiencia Nacio-nal, desde donde se encarga de sumarios sobre terrorismo, lucha contra el tráfico de drogas, así como el entramado de los GAL.
Testigos indicaron que el paquete, dirigido a Jiménez Alfaro y que estalló en su despacho, pasó sin problema los controles de seguridad. El explosivo estaba ubicado en un libro que no contenía páginas.
En Bonn, donde realizó una visita oficial, el presidente del gobierno español, José María Aznar, condenó el atentado, posición a la que se sumaron todos los sectores políticos del país.
``ETA tiene siempre la trágica y macabra autoría casi permanente de estos actos y en ese terreno trabajamos siempre en dirección de ETA que es la hipótesis más segura'', indicó el ministro Mayor, poco después de haber visitado en un hospital al magistrado Jiménez Alfaro.
Pero el director general de la policía, Juan Cotino, consideró que ``es probable que no haya sido ETA'' la responsable del ataque, y recalcó que se abrió una investigación para determinar si hubo alguna negligencia en los servicios policiales encargados de las medidas de seguridad en sede judicial.
En tanto, el ex ministro del Interior José Barrionuevo se negó a sostener un careo con el ex director de la Guardia Civil Luis Roldán, que lo acusó de estar implicado en los GAL, informaron fuentes judiciales.
Cotino explicó que el artefacto explosivo ubicado bajo las tapas de un libro con el título El Escorpión de la Corte estaba compuesto de cien gramos de ``goma-2'' y disponía de tres pilas que, según se pudo comprobar tras la explosión, eran detectables por los aparatos detectores de metal de la Audiencia Nacional.