Trasciende las fronteras el caso Tabasco
Mentira similar a la de Guerrero
Calgary, Canadá El pasado martes, cuando representantes de un grupo de organizaciones no gubernamentales se entrevistaron con el presidente Ernesto Zedillo, en Ottawa, para expresarle sus preocupaciones sobre diversos temas, llamó la atención que el Centro de Derechos Humanos y Desarrollo de Canadá quisiera saber sobre los topes al gasto de los partidos políticos y la legislación existente en México para ese gasto. ``En Canadá y en otros países del mundo se fijan límites y requisitos muy transparentes sobre los fondos y cómo se recaudan'', explicaron.En una consulta posterior, se supo que los representantes del Centro de Derechos Humanos y Desarrollo de Canadá mostraban especial preocupación por dos hechos concretos: el pase de la charola a grandes empresarios mexicanos en el caso de la elección presidencial de 1994, y el proceso electoral de Tabasco.
Y es que entre no pocos sectores canadienses existe suficiente información sobre el escándalo de los comicios que hicieron gobernador a Roberto Madrazo Pintado y el desmesurado gasto de recursos económicos descubierto en su campaña. El caso tiene relevancia, sobre todo porque el presidente Ernesto Zedillo sólo dio respuesta a la inquietud relativa a las erogaciones en la elección federal de 1994 y les prometió a los canadienses que en la nueva legislación electoral mexicana se corregirán esas aparentes disparidades.
Mientras tanto en México, el 7 de junio, horas después de que la Procuraduría General de la República se declaró competente para investigar el origen de 13.4 millones de pesos de un total de 128 millones de pesos que se comprobó erogó el PRI tabasqueño para la campaña a la gubernatura, Roberto Madrazo Pintado reaccionó como si no pasara nada. ``En Tabasco no pasa nada y todo está tranquilo'', dijo.
La declaración llama la atención, primero, por su extraordinaria similitud con aquella que días después del 28 de junio de 1995, formuló el entonces gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, sobre la muerte de 17 campesinos en Aguas Blancas. Pero lo interesante en el caso tabasqueño, en el fondo, es que Madrazo Pintado considera como un asunto menor que en la campaña electoral que lo hizo gobernador se haya gastado una cantidad escandalosa, superior en mucho al tope previsto por la ley, y que la legislación electoral sea suficiente para sancionar con severidad una irregularidad como la detectada, que en rigor es un engaño a la sociedad.
Efectivamente la cantidad comprobada por la PGR y que fue erogada por el PRI tabasqueño 128 millones de pesos, es inferior casi en 50 por ciento a los 237 millones de pesos estimados por el perredista Andrés Manuel López Obrador, en el momento de presentar la querella ante la PGR. Sin embargo, el delito persiste, el escándalo político sigue latente y continúa significando un alto costo al gobierno zedillista.
Y mientras tanto, entre sectores canadienses aparece como contradictorio que, mientras el gobierno mexicano se abre a la exportación de tecnología electoral especialmente hacia Canadá, y se presenta al Instituto Federal Electoral como una institución modelo en la preparación de los más transparentes procesos electorales, existen casos como el de Tabasco, que si bien es a nivel estatal, deja ver una notable iniquidad y una casi nula legislación para sancionar las irregularidades.
En realidad, el hecho de que la Procuraduría General de la República encontrara evidencias y comprobara que en Tabasco se gastaron recursos económicos en una cantidad 60 veces mayor a lo estipulado legalmente, hacen de la elección de Madrazo, un proceso ilegal y por consecuencia muestra a un gobernador ilegítimo. Los votos obtenidos por el PRI tabasqueño no se consiguieron en las mismas circunstancias que las de sus competidores, especialmente el PRD, lo que de suyo significa ya una importante alteración del voto ciudadano.Pero además, el resolutivo de la PGR, igual que ocurrió en el caso del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, deja ver al mandatario tabasqueño, por lo menos, como un mentiroso. Cuántas veces dijo Roberto Madrazo que las erogaciones de su campaña fueron legales y legítimas? Cuántas veces descalificó la denuncia y las pruebas presentadas por el perredismo sobre un proceso electoral que hoy se sabe fue escandalosamente iniquitativo? Cuántas veces Madrazo Pintado intentó, a través de sus contactos políticos, detener la investigación de la PGR?, e incluso entabló una controversia constitucional al respecto. En el fondo, en el caso Tabasco, otra vez estamos ante un gran engaño, igual que en el de Guerrero.
Pero no sólo eso. Según la PGR, la campaña electoral de Madrazo Pintado fue financiada, por lo menos 13.4 millones de pesos, por diversas empresas cuyas directivas ``están vinculadas en hechos delictivos al señor Carlos Cabal Peniche''. No es casualidad, por tanto, que el escándalo Tabasco también haya traspasado las fronteras.
En el camino
Hasta Calgary, la capital de Alberta, Canadá, llegó la noticia de las exenciones del IMSS a los empresarios. Los capitanes de empresa que acompañan al Presidente se dijeron satisfechos y acreditaron el acierto al director del IMSS, Genaro Borrego.