La Jornada Semanal, 16 de junio de 1996
cuanto pretenda o no llevar sobre mi cuerpo!
La ropa, los trabajos, cualquier diversa carga,
conmigo partirá todo ello
Nada tampoco vale la pena cuanto haga
entretanto, la obra que decida
legar a mis hermanos. Ay, sucesores míos
en el tiempo y el suelo abandonados.
Tal vez, en cambio, sí, me gustaría,
sí, quisiera dejarles un vacío
difícil de colmar con otra cosa
que no fuera un puñado de semillas
puestas a germinar en dos o tres
hojas de buen papel,
un huerto de señales misteriosas
aptas para nutrir su grácil esperanza.
Ese papel tendría filigrana, y el huerto
mil potentes aromas
Si mañana, mujer, ya no me ves,
te lloverán al menos del süave
papel colores y perfumes.
tus ojos para figurarlos, abre
la tierra misma sepultando mi huella.
Si mañana me voy, ¡qué diablos hoy importa
y conmigo se irá volviendo polvo caminero.
como todos los huertos.
Abre