Javier Flores
Especulación sobre la reproducción y la idea de dos sexos

La función reproductiva se asocia estrechamente con la clasificación de los humanos en dos categorías, hombres y mujeres. Constituye, sin lugar a dudas, el punto de apoyo más sólido de este paradigma de dos sexos únicos. Cuando todas las evidencias en la anatomía, la fisiología y la psicología apuntan hacia la multisexualidad de nuestra especie, la reproducción aparece como tabla de salvación de la idea milenaria de los dos sexos, pero:

1. Reducir la noción de mujer a una función específica en la generación --embarazarse y tener hijos-- es insuficiente. La capacidad reproductiva no es constante a lo largo de la vida de un sujeto. Solamente ocupa una parte de ella, en el caso de las mujeres en promedio unos treinta años. Este error se comete también al expresarse los fundamentos de la diferenciación sexual.

La mayor parte de los criterios anatómicos y funcionales para distinguir a los sexos se refieren principalmente a la etapa de la madurez sexual. Se ignoran con ello dos momentos cruciales e igualmente importantes en la vida de las personas, la prepubertad y el climaterio. La duración relativa de estas fases ha variado a lo largo de la historia. Las estimaciones para las culturas prehistóricas, indican un promedio de vida de 25 años, con lo que el periodo anterior a la madurez llegaría a ser incluso más larga que la fase reproductiva. En la actualidad, con el incremento de la esperanza de vida, asistimos a la prolongación de la fase climatérica. Si el criterio para la diferenciación de los sexos es la expresión de la función reproductiva, tendríamos que aceptar que la frase: Mujer igual a quien se embaraza y tiene hijos, tendría que excluir a los grupos de edad situados en los márgenes de la madurez sexual. Así, una niña o una anciana tendrían que quedar fuera de la clasificación primaria.

2. Ante esta paradoja, debe recurrirse a varios artificios. Pensemos, por ejemplo, en una niña. En este caso se tendría que decir que se trata de una persona potencialmente reproductiva, es decir, obligadamente debe haber un desplazamiento en el tiempo, un viaje hacia el futuro. Se trata de una suposición, una anticipación, una predicción. Como en el caso de los augurios y la adivinación, no se trata aquí, estrictamente hablando, de criterios de tipo científico. ¿Y si la niña nunca se embaraza ni tiene hijos ya no es mujer? De modo inverso, el desplazamiento habría que hacerlo hacia el pasado en el caso del climaterio ¿Tuvo hijos esa persona? ¿Y si no los tuvo no es mujer? Volvamos a las niñas, si aceptamos la frase de que son potencialmente reproductivas ¿eso quiere decir que son potencialmente mujeres?

3. Basar la idea de dos sexos únicos en la función reproductiva tiene problemas serios, pues la noción de que una mujer es quien se embaraza y da a luz a otros individuos es incompleta, pues tendría que hablarse en todo caso de mujeres que expresan esa capacidad reproductiva y mujeres que no la expresan. Eso daría lugar a una clasificación más con un sinnúmero de subclasificaciones (por ejemplo: prepúberes, climatéricas, estériles funcionales, estériles voluntarias, etcétera), lo cual es muy interesante pero deja sin sustento a la idea principal que se examina de que el paradigma de dos sexos únicos se basa en la expresión de la capacidad reproductiva.

4. Puede decirse que si bien todo lo anterior es cierto, hay un hecho incontrovertible: un hombre jamás podrá quedar embarazado ni tener hijos. Puede desearlo intensamente, como en el caso de los transexuales, pero no es posible. Pero ¿en qué se diferencia este sujeto desde el punto de vista reproductivo de una mujer que desea embarazarse y sin embargo no lo consigue? Practicamente en nada, en el caso citado del transexualismo ni siquiera en la apariencia. Además, los dos están en igualdad de circunstancias frente a las posibilidades de adopción o ante la tecnología reproductiva, los dos pueden ser igualmente ``madres''.