Invaden cientos de campesinos brasileños sin tierra cuatro haciendas en el estado de Sao Paulo
Ansa, Afp, Efe, Reuter y Dpa, Sao Paulo, 18 de junio El gobierno brasileño dispuso hoy que la Policía Militar resguarde las oficinas del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA), y advirtió que ``si hubiese necesidad'', la Policía Federal y el Ejército entrarán en acción contra el Movimiento de los Sin Tierra (MST), un día después de que cientos de familias campesinas volvieran a ocupar cuatro haciendas de la región de Pontal de Paranapanema, en el extremo oeste del estado de Sao Paulo.
La advertencia fue hecha durante una conferencia de prensa por el ministro extraordinario de Reforma Agraria, Raúl Jungmann, quien precisó que en las últimas dos semanas, seis oficinas del INCRA fueron ocupadas en diferentes estados del país por el MST, y que en dos casos, sus empleados fueron mantenidos como rehenes.
``Es inadmisible que un movimiento que reivindica derechos transite por la esfera policial'', destacó el ministro, quien asumió la nueva cartera luego de la matanza de 19 campesinos que bloqueaban una carretera por parte de la Policía Militar del estado amazónico de Pará.
Por su parte, el líder del MST en Pontal de Paranapanema, José Rainha, precisó que las nuevas ocupaciones buscan presionar a las autoridades para asentar a las 850 familias que ya se encuentran viviendo en la región.
El lunes en la madrugada, los campesinos utilizaron 40 tractores recientemente adquiridos para destruir las cercas de las haciendas Haroldina, Santa Cruz, Arcoiris y King Meat, las cuales son reclamadas por el Estado de Sao Paulo para la reforma agraria.
El gobierno estatal había concretado la expropiación de 30 por ciento de las haciendas, ``y volvimos a ocupar las áreas para que complete la entrega del otro 70 por ciento'', dijo un coordinador del MST, movimiento que representa a gran parte de los 4.8 millones de familias campesinas que, según estadísticas oficiales, carecen de tierra.
Estas nuevas ocupaciones marcan un cambio de posición del MST de Pontal de Paranapanema, el cual había optado por el diálogo con el gobierno después de que fueron puestos en libertad algunos líderes del grupo apresados en enero pasado.
El MST había incluso colaborado en el proceso de instalación provisional de los sin tierra anunciado por las autoridades de Sao Paulo, que preveía la distribución en tres etapas de una parcela para cada una de las dos mil familias hasta el 30 de junio.
En tanto, la justicia busca esclarecer el incidente en el que la semana pasada murieron cuatro personas durante un choque entre campesinos y guardias de una hacienda del distrito de Buriticupu, del norteño estado de Maranhao. El MST y la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), de la Iglesia católica, afirmaron que las víctimas se produjeron cuando unos 30 guardias armados atacaron a unas 600 familias que habían ocupado la hacienda Cikel, enfrentamiento en el que perecieron cuatro guardias y un campesino.
Pero la Policía Federal se prepara a presentar mañana al ministerio de Justicia un informe en el que acusa a los militantes del MST de haber asesinado en una emboscada a los empleados de la hacienda, informó esa noche la televisión.
Por otra parte, a tres días de la huelga general en protesta contra el desempleo, el presidente de la Central Unica de Trabajadores (CUT), Vicente Paulo da Silva, aseguró hoy que la paralización convocada para este viernes será ``la mayor de la historia de Brasil''.
Vicentinho desestimó además las amenazas formuladas por el presidente de la poderosa Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp), Carlos Moreira Ferreira, de descontar tres días de salario a los trabajadores que se adhieran a la huelga. ``La ley sólo permite descontar las horas de paralización, y el sábado y el domingo no son días laborales'', dijo el líder de la CUT.
El gobierno de Fernando Henrique Cardoso y las tres centrales sindicales se preparan a librar un duelo televisivo: el ministro de Trabajo, Paulo Paiva, se dirigirá esta semana a la nación para sostener que los índices de ocupación ya empiezan a recuperarse.
A su vez, la CUT, Fuerza Sindical y la Confederación General de Trabajadores (CGT), iniciaron una campaña televisiva en la que afirman que ``está en las manos de los trabajadores cobrar las promesas que nos hizo el presidente'' sobre generación de empleo, mejores salarios y jubilaciones, preservación de los derechos laborales y reforma agraria.
``Con una huelga victoriosa tendremos fuerza para exigir más seriedad y compromiso del gobierno'', dijo Vicentinho, quien comanda la mayor confederación de trabajadores del país. La protesta contra el desempleo, cuyo índice alcanza el 15 por ciento en Sao Paulo, atenuó las históricas divergencias entre la CUT y las otras dos centrales que apoyan el programa de privatizaciones oficial.
Al menos 50 mil estibadores portuarios, no afiliados a esas centrales, decidieron adherirse a la huelga general, la cual tiene el apoyo del MST, el cual bloqueará algunas carreteras no especificadas