La Jornada 19 de junio de 1996

Quintero, Hidalgo y Arce, contra las acciones clientelares en el PRD

Alonso Urrutia y Salvador Guerrero En 1988 esta ciudad fue mayoritariamente cardenista. Era la primera fuerza política, pero a ocho años ha perdido presencia electoral. ¿Qué ha pasado?


Armando Quintero, Javier Hidalgo y René Arce,
candidatos a dirigir al PRD capitalino, durante el
debate realizado en
La Jornada. Foto: Omar Meneses

Armando Quintero: En primer lugar la ofensiva del Estado que deformó la imagen del PRD, en tanto que facilitó el camino del PAN. Esto tiene ahora ya un costo para el PRI. Al PRD se le ve como una opción que siempre pierde, que tiene militantes muertos. Eso tiene un costo. El PAN encontró condiciones para pactadamente ganar, lo que se facilitó en la medida que se ha profundizado la descomposición del régimen También hay errores y escisiones en el PRD que nos hicieron daño, pero que no es lo principal.

Javier Hidalgo: La situación de crisis de las fuerzas progresistas en el país se vincula con la tendencia mundial asociada al auge del neoliberalismo. La globalización se impone en todo el mundo. Separar a México de esto es imposible. El PRD nace exactamente en la debacle socialista y esto es un entorno adverso para el surgimiento de un partido de izquierda, a la par del enfrentamiento con el gobierno. Pasamos lo más difícil. Estamos en una etapa crucial, no sólo para la vida del PRD, sino para las fuerzas progresistas. El PRD puede y debe lograr un proyecto propio como alternativa para el país.

René Arce: El PRD pagó en las urnas un error de concepción y extrategia hacia la toma del poder. La concepción política del PRD que privó en su formación fue aquella de que el régimen había entrado en una grave crisis que iba a provocar su derrumbe. El PRD le apostó mucho a la renuncia de Salinas, a la posibilidad de una crisis política de gran magnitud. Ello nos llevó a casi un sexenio de mantener la línea de intransigencia democrática que se combinó con la campaña salinista contra el PRD y nuestra apuesta por el derrumbe del sistema. Eso influyó en la votación. Este error se rectifica en el Congreso de Oaxtepec, donde cambia esa línea política y pasa de la intransigencia democrática a una transición pactada.

-¿Cómo revertir la crisis institucional del PRD capitalino?

R. A.: El PRD en el Distrito Federal fue constituido originalmente bajo un llamado a los ciudadanos, pero en la realidad el PRD se constituyó con base en los movimientos sociales, no había ninguna estructura territorial, lo que nos metió en una crisis porque después la mayor representatividad en el PRD la tenían estos movimientos. Esto nos lleva a valorar la relación movimientos-partido que estamos resolviendo.

J. H.: El problema ha sido el uso faccioso de sus instancias pero es una cuestión de inmadurez política de personas, no del PRD, y nos llevó a una crisis. No es una cuestión de que representantes de movimientos sociales. Qué mejor que quien se fragua en la lucha social dirija al PRD. Es garantía de no burocratizarse. Quien llevaba la iniciativa en el PRD han sido los movimientos sociales, nunca existió iniciativa política que impulse la militancia. Es un problema de dirección política, no de la base.

A. Q.: Hay una apreciación superficial sobre la situación del PRD. Hay un problema de institucionalidad que tiene origen en el desconocimiento de la estructura de partido. No hay respeto y tolerancia a la pluralidad. Hay un choque entre minorías y mayorías, lo que genera un choque e inestabilidad, que no es responabilidad del copamiento de los movimientos sociales.

-La percepción que hay es que el PRD capitalino está más inmerso en la lucha por el poder interno que por su proyección con la sociedad.

A. Q.: En la CID hemos hecho el esfuerzo más grande por territorializar al partido. Fuimos a la elección de consejeros ciudadanos, donde ganamos 65 cargos, participamos en las elecciones de jefes de manzana, ganando 4 mil cargos y 300 presidencias de colonia, incluidas las unidades habitacionales más grandes del país. Ese trabajo no está sustentado en organizaciones sociales sino en trabajo territorial.

J. H.: El PRD ha pecado de ver solamente para adentro. Por eso es que destacan los movimientos sociales, pues son los únicos que interactuan hacia afuera. El PRD debe tomar la iniciativa hacia el exterior, pues es su obligación ser un partido útil para la sociedad en los momentos más críticos a nivel individual, de grupo o sociedad.

R. A.: Los gastos que se van a hacer para este proceso serían mínimos si éste sirve para que en el debate de ideas el PRD avanzara internamente con militantes más claros de la línea política. Si esto lo genera el proceso vale la inversión, pero sería lamentable que se invirtiera fallidamente con una elección para una lucha de puestos y votos.

-¿Cuál es la postura en torno a las manifestaciones?

R. A.: Es responsable plantear llegar a grandes acuerdos en la ciudad entre partidos, gobiernos y los órganos legislativos para evitar afectaciones a la sociedad. La ciudad no puede ser rehén de algunos movimientos sociales, pero también hay que dar alternativas a los grupos, cuyas demandas son justas. Se requiere un acuerdo político para regular las marchas.

J. H.: A quienes defendemos el derecho irrestricto de la libertad de expresión nos preocupa mucho lo que está pasando, porque estamos en una situación que puede revertir la libertad de expresión o limitarla. La marcha es un arma muy importante de la sociedad pero que se puede revertir. Y en parte existe esa tendencia actual pero tambíén hay una postura conservadora que quiere someter la libertad de expresión. Es obligación que no se limite ese derecho pero se debe utilizar responsablemente.

A. Q.: Categóricamente no debe haber ninguna reglamentación al derecho a manifestarse. Más aún cuando México vive la peor crisis social. Agravios todos y ahora se quiere entrar a reglamentar la movilización frente a este escenario social.

-¿Cuál es el saldo de la relación con los movimientos sociales?

A. Q.: El PRD está permeado sin excepción de las prácticas clientelares. Tiene que ver con el hecho de que la mayoría de fortaleza de ese partido está fundamentada en el MUP. Esto tendrá que revisarse con los movimientos sociales mismos, porque los dirigentes del MUP no tienen en sus organizaciones estructuras democráticas, pero el saldo es positivo, pues donde el PRD es competitivo electoralmente es porque hay trabajo social.

J. H.: No todo del trabajo social es el mismo. Hay problemas de clientelismo en algunas organizaciones pero en otras hay avances y concientización política. No es lo mismo generar proyectos de vivienda o impulsar empleo, que ha llevado un proceso de concientización política, a entregar desayunos que da el gobierno y que se usa clientelarmente para cambiarlos por votos, pues eso corrompe, pervierte las relaciones del partido.

R. A.: El clientelismo y la corrupción son taras de una cultura nacional que proviene de este régimen priísta. Es claro que nos llegó, que estos vicios llegaron al PRD tanto por el lado del PRI como del lado de la izquierda. A diferencia de las posturas expuestas, el MUP no es nuestra fortaleza sino nuestra debilidad. Es fortaleza para las cuestiones internas, porque decide en los procesos internos, pero no para ir a la sociedad con una nueva imagen democrática.

-¿Cómo evalúan la gestión de gobierno en la ciudad y, en particular, la militarización de la seguridad pública?

A. Q.: No hay manera de que el PRI pueda recomponer la situación de la ciudad. La seguridad en la ciudad no es un asunto de más policías y de más militares, es un problema económico y social. Desempleo de 1.5 millones de pesonas, salarios deprimidos que alientan la delincuencia sin importar que esté un militar al frente de la SSP o haya muchos policías. Hoy están en la dirección, mañana los militares estarán en la calle sólo porque son menos corruptos, pero tendremos un régimen de terror.

J. H.: El desempleo, la seguridad y la falta de expectativas hacia futuro son los principales problemas que tiene hoy la ciudad. Es un defecto del sistema económico, pero la forma de resolverlo no es con más policías y militares. Además, existe una desconfianza hacia la forma de gobierno porque se ha corrompido y es parte de la delincuencia. El PRD debe presentar un proyecto alternativo que revierta los desequilibrios económicos y sus efectos sociales.

R. A.: La seguridad pública metropolitana requiere en estos momentos de crisis que se conforme, como se ha hecho ya en grandes ciudades del mundo, un consejo plural que sirva como una especie de contraloría permanente sobre sus órganos de seguridad. Cuando la corrupción, la ineficiencia y la falta de profesionalismo destruyen una institución, es necesario reconstruirla. Ahora, para que esta ciudad tenga futuro necesita un desarrollo económico sustentable. Implica reconocer su potencial económico.

-¿Cómo se proyecta el PRD capitalino rumbo al proceso electoral de 1997?

R. A.: La nueva línea política va a permitir que el PRD llegue con la capacidad suficiente al proceso electoral de 97. Queremos un partido territorialmente estructurado. La ciudad puede ganarse con un proyecto de izquierda, de una izquierda moderada, propositiva, con una izquierda con una imagen que genere confianza.

J. H.: No estamos preparados aunque todavía estamos a tiempo. El partido ha sido bastante ineficaz en su actuar electoral. Se ha preocupado más por cuidar votos que en ganar votos. No ha presentado realmente ningún proyecto claro. Sus propuestas de imagen son contradictorias y no hay un planteamiento de imagen partidista, crear formas modernas de competencia electoral que nos haga más eficaces.

A. Q.: A veces las impreparaciones personales y de grupo se las quieren endosar al partido. El PRD está preparado para ir a ganar la ciudad. Tiene la presencia moral más alta que nunca, está en recuperación electoral y la ciudad de México no es conservadora, no se va a ir a la derecha. Requerimos concretar la convocatoria de un frente amplio que tenga dos propuestas centrales que hay que desglosar: reorientación económica hacia lo social y garantizar derechos políticos plenos para la ciudad. Para gobernarla hay candidatos internos -Cárdenas y Muñoz Ledo- y tres externos: Manuel Camacho, Demetrio Sodi y Jesús Silva Herzog