``Vamos a morir... lo único que te pedimos es que avises''
Jesús Moreno y Jorge Alberto Cornejo, corresponsales Un mexicano que pretendió ingresar a Estados Unidos y vio morir a sus cinco compañeros en el desierto de Arizona, narró ayer a La Jornada que cuando el agua se les terminó bebieron sus propios orines, mientras que otro testigo aseguró haber visto cuando los cadáveres eran devorados por coyotes y otros animales de la inhóspita región.
``Contábamos con algo de comida y un litro y medio de agua cada uno... hacía un calor horrible... Cuando el agua se nos terminó nos bebimos nuestros propios orines... mis cinco compañeros se dejaron caer en la arena del desierto y ahí murieron'', dijo Julio César Castillo Godínez, el único sobreviviente de la tragedia.
Todavía nervioso por lo que vio, el joven de 19 años y originario de Empalme, Sonora, recuerda que fue un día martes y estaba nublado; al mirar que sus tres amigos se derribaron en la arena del desierto él los animaba a continuar y, angustiado, relata que la respuesta de sus compañeros fue: ``No podemos... vamos a morir... lo único que te pedimos es que avises''.
Con arrependimiento reflejado en su rostro, asegura que iban a trabajar en la cosecha de sandía y añade: "no quiero volverlo a hacer (cruzar hacia Estados Unidos)... fue una experiencia muy desagradable y la pensaría dos veces para intentarlo de nuevo".
Y envió un mensaje a los indocumentados: "no crucen, no lo hagan por favor".
Agrega que continuó caminando por el lapso de una hora y media hasta que encontró un pozo de donde pudo extraer agua para beber. Posteriormente se regresó a buscar a sus compañeros pero no los encontró. Continuó caminando hasta llegar a Eloy, Arizona, donde radica su padre y fue ahí de donde avisó a las autoridades de la muerte de los otros tres indocumentados.
Originalmente de nueve, el grupo sufrió la detención de dos de ellos y uno más se encuentra perdido desde entonces. Castillo Godínez señala que quienes arriesgaron sus vidas a cambio de llegar al vecino país del norte en busca de oportunidades de trabajo no se conocían y fue gracias a que coincidieron en el mismo lugar (El Sásabe, Sonora), fue como se juntaron y emprendieron el viaje. No pagaron pollero para que los guiara,
Aunque esta es la versión de Castillo Godínez, Rob Daniels, vocero de la Patrulla Fronteriza en el sector de Tucson, indica que existe mucha confusión en torno al caso ya que minutos antes de que el indocumentado hablara con periodistas le reveló que además de David Ramírez García (cuyo paradero todavía se desconoce) hay más ilegales que quedaron en el camino.
Se presume que los otros dos hombres que según información se encuentran detenidos en Sells, Arizona, pudieron haber corrido la misma suerte de los ilegales que perecieron.
El agente agrega que la corporación reforzó la vigilancia aérea y terrestre en la ruta que se al parecer siguieron los indocumentados y que comprendió los siguientes puntos: partieron de El Sásabe -comunidad ubicada a unos kilómetros del municipio de Altar, Sonora; se internaron al desierto por Sells, Arizona, y continuaron a Sil Nakaya, Arizona City y Casa Grande.
Seguramente a esos cadáveres se refirió ayer en Tijuana, Baja California, otro inmigrante que no formaba parte del grupo pero que luego de haberse perdido durante cuatro días, coincidió por el lugar y vio entre las rocas y matorrales a cinco cadáveres que servían como alimento para los coyotes y otros animales en esa inhóspita región
Se trata de Ricardo Javier Mercado Martínez, de 30 años de edad y originario de Nayarit, quien fue llevado a Mexicali y posteriormente viajó a Tijuana luego de que un helicóptero de la Patrulla Fronteriza lo rescató cuando caminaba en el desierto de Arizona.
En una narración exclusiva para La Jornada, el connacional afirma que la falta de trabajo y su compromisos de mantener una familia, lo orillaron a tomar la determinación de probar suerte en los campos agrícolas del vecino país.
A sabiendas de los innumerables peligros que enfrentan los migrantes y luego de las recomendaciones de sus amigos para que tuviera mucho cuidado, salió de su hogar a principios de junio con la promesa de regresar con dinero ganado en Estados Unidos.
El lunes 10 de junio llegó a un punto de la frontera, ubicado cerca de San Luis Rio Colorado, Sonora, y desde allí, acompañado por otras dos personas que le aseguraron conocer la ruta, emprendió el camino.
"Cruzamos por un lugar en donde no había ni cerca, sólo arena, caminamos los tres juntos por el desierto día y medio, pero después nos separamos porque mis compañeros dijeron que iban a inspeccionar el área, pero ya no regresaron".
Visiblemente trastornado, Mercado Martínez narra como una película su tragedia: luego de quedarse sólo decidió caminar, pero el cansancio y la falta de alimentos contribuyeron a que perdiera la noción de la dirección, ``ya no sabía si regresaba o avanzaba''.
Así, en busca de alguna señal de vida, sin alimento y sin agua, Ricardo caminó por el desierto otros dos días y medio, en ese lapso de tiempo descubrió cinco cadáveres de personas con apariencia mexicana que servían como alimento para los animales que habitan en esa región, algunos de los cuerpos presentaban mutilaciones y se encontraban en estado de descomposición.
La tarde del 14 de junio, estaba a punto de obscurecer y mientras buscaba un lugar para pasar la noche escuchó a lo lejos el ruido de un motor. Era un helicóptero de ``la migra". ''Le hacía señas para que me viera, porque me sentía morir" afirma. El aparato decendió y luego lo recogieron para trasladarlo a un centro de retención del SIN que no identifica plenamente.
Allí estuvo unas cuatro horas, tiempo durante el cual fue constantemente empujado e insultado. Luego de registrar sus datos lo subieron a un autobús y lo llevaron hasta la frontera de Calexico con Mexicali por donde lo deportaron la madrugada del 15 de junio. Habían pasado cuatro días y cuatro noches completas sin comer ni beber agua, llegó a territorio mexicano desmoralizado y sin un peso para comprar algo de comer.
Mercado Martínez nació en Cumpas, Sonora, pero desde hace varios años radica en Nayarit en donde se desempeña como plomero y electricista. Fue atendido por un centro de beneficiencia y actualmente se encuentra en Tijuana recuperándose y en busca de empleo para poder costear su viaje de regreso a Nayarit en donde le espera su esposa Micaela Godínez.
Reclaman tres de los cinco cuerpos
Los cuerpos de Antonio Soto Muñoz y los hermanos Arsenio y Gonzalo Olivas Cebrero, que fallecieron por deshidratación el pasado fin de semana en el desierto de Arizona, fueron reclamados hoy por sus familiares para trasladarlos a Ciudad Obregón, Sonora, donde serán sepultados.
El Departamento del Servicio Forense del Condado de Pima informó que los cadáveres de los otros dos indocumentados (José López Masoraqui y Sergio Huicho Almeida) aún no han sido reclamados por sus familiares.
Rescatan otro cadáver del Bravo
Notimex, McAllen, Texas, 19 de junio El cadáver de un hispano fue rescatado ayer de las aguas del río Bravo, cerca del lugar donde el lunes pasado se encontraron los cuerpos de cuatro indocumentados mexicanos que se ahogaron al hundirse la embarcación en que viajaban.
Mary Ann Martínez, vocera del sheriff del condado de Hindalgo, dijo que no se puede relacionar relacionar esta muerte con las de los cuatro hombres originarios de San Luis Potosí.
"En este caso se trata e una personas que vestía nada más su ropa interior, llevaba un anillo en uno de los dedos de la mano izquierda y sin identificacion alguna que nos permitiera saber de quién se trata, aunque creemos que es de México", dijo.
También en esta ciudad, se informó que agentes de la patrulla Fronteriza rescataron hoy a cinco indocumentados, cuatro de ellos ya desmayados, del interior de un vagón de ferrocarril sellado, en el que pretendían burlar la vitgilancia. El hecho ocurrió en los patios del ferrocarril de Unión Pacific, en la ciudad de Harlington.
La vocero oficial de la Patrulla Fronteriza, Letica Valadez, indicó que los indocumenbtados presumiblemente son de Nicarahua dado que se encontró un pasaporte expedido por ese país.
Puntualizó que las cinco personas presentaban un avanzado estado de deshidratación debido al intenso calor que prevalecía en el interior del vagón y por las altas temperaturas. Fueron trasladadas a un hospital para su atención médica.