Discutirán una estrategia común en cuatro estados; descartan la partición de mexicanos
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 27 de junio El zar de política antinarcóticos estadunidense, Barry McCaffrey, está convocando a una reunión al más alto nivel --con la posible participación del presidente Bill Clinton-- a fin de crear un marco estratégico para la lucha contra las drogas en la frontera con México.
La reunión cumbre entre miembros del gabinete y las autoridades estatales y locales de los cuatro estados fronterizos con México abordará, según se informó a La Jornada, un programa de cuatro puntos que incluye presentaciones sobre los esfuerzos de seguridad pública federales, estatales y locales; las dificultades legales que presenta la lucha antinarcóticos; los esfuerzos para mejorar la recaudación de inteligencia en la frontera, y la cooperación trasfronteriza.
Esta reunión sobre narcóticos en la frontera suroeste de Estados Unidos, se realizará en la ciudad texana de El Paso, el 9 y 10 de julio. Participan el secretario del Tesoro, Robert Rubin; la procuradora general, Janet Reno, y la comisionada del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN), Doris Meissner. Es posible, asimismo, que acuda el presidente Clinton.
``Hemos solicitado a las autoridades de los cuatro estados fronterizos que participen como un grupo y presenten a los miembros del gabinete y las autoridades federales sus perspectivas sobre los problemas reales que enfrentan'', informó hoy el general McCaffrey. ``Tendremos una serie de mesas y (trataremos de obtener) una idea más clara de cómo nos podemos organizar para enfrentar este problema''.
Otro propósito, señaló un alto funcionario del gobierno a estos corresponsales, es elevar el perfil público de este tema y ``enfocar la atención sobre esta lucha''. Al parecer, la intención es subrayar el compromiso de la administración demócrata en la lucha contra las drogas en un año electoral, dijo
Otras fuentes enteradas de la organización del encuentro indicaron la importancia del aspecto publicitario del mismo y añadieron que otro objetivo más es buscar la forma de reducir la relación, a veces conflictiva, entre las diversas agencias gubernamentales estadunidenses involucradas en la lucha antinarcóticos. En parte, el mensaje de McCaffrey, en este contexto, es dejar claro que él es el actor político principal, pero que está abierto a escuchar otras opiniones tanto a nivel federal como local.
La cumbre será exclusivamente entre funcionarios estadunidenses, aunque algunos de los temas a discutir tienen que ver con la cooperación bilateral. Cuando La Jornada preguntó cómo se podrá llevar a cabo una discusión sobre la cooperación trasfronteriza sin la presencia de una representación de México, un funcionario opinó que esta conferencia ayudará a preparar a los participantes para que ellos puedan dialogar de una forma más efectiva con sus contrapartes mexicanas. Además, se discutirán los esfuerzos bilaterales que han sido exitosos. Aunque se consideró la posibilidad de invitar observadores mexicanos, la idea fue descartada.
Al acercarse la temporada electoral en este país, varios funcionarios consultados admitieron que cualquier reunión de alto perfil sobre drogas, unas semanas antes de la convención del Partido Republicano, no podrá ser más que influida por la dinámica del año electoral. El candidato republicano a la presidencia, Bob Dole, ya ha convertido los esfuerzos estadunidenses con México en la lucha contra la droga en un tema de su campaña y se espera que la convención de su partido en San Diego incorporará este elemento.
¿Cooperación u operación?
En este contexto, importantes oficiales del Comando Sur arribaron el miércoles a la ciudad peruana de Iquitos, a fin de supervisar la operación estadunidense Ataque láser contra el narcotráfico. El martes, el Pentágono informó que ``cientos de soldados'' estadunidenses estaban participando en esa operación, que se realizaba desde abril en varios países sudamericanos, entre ellos Perú, Colombia y Bolivia.
Sin embargo, Colombia y Bolivia desmintieron la versión. El gobierno boliviano precisó hoy que los instructores estadunidenses que participan en Ataque láser no operan ni operarán en su territorio y precisó que la ayuda sólo es logística, informó la agencia Ansa.
En Lima, las autoridades del gobierno peruano indicaron que Ataque láser se realiza de acuerdo con un convenio en vigencia, que consiste en material por un valor de 13 millones de dólares, inteligencia electrónica y sistemas de radares, pero no ofrecieron detalles sobre el número exacto de militares que llegaron al país.
Al respecto, McCaffrey afirmó que los países de la región sudamericana, principalmente los productores de droga, deberían integrar ``coaliciones democráticas'' para coordinar sus esfuerzos contra el narcotráfico y destacó en este contexto la cooperación de Perú.