La Jornada 30 de junio de 1996

Desmiente el Episcopado que religiosos creen desestabilización en Chiapas

Manuel Enríquez, corresponsal, Xalapa, Ver., 29 de junio El arzobispo de Xalapa, Sergio Obeso, y el de Nuevo León, Adolfo Suárez, afirmaron que el conflicto en Tabasco y los grupos armados en Chiapas y Guerrero, son ``producto de la crisis económica y de valores que prevalece en la sociedad''.

Ambos prelados advirtieron que existen ``síntomas del descontento social de la población por la pobreza e injusticia en la que están sumidos millones de mexicanos''.

A su vez, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, y el obispo de la diócesis de San Cristóbal, Samuel Ruiz, declinaron comentar sobre el surgimiento del grupo armado, aunque el segundo apuntó que la obligación de la Iglesia es buscar los mecanismos para construir una paz verdadera.

La jerarquía católica se reunió en esta ciudad para celebrar los 25 años de la ordenación episcopal de Obeso Rivera.

Sobre el surgimiento en Guerrero del Ejército Popular Revolucionario (EPR), Suárez Rivera señaló que tal situación es distinta a la de Chiapas ``pero muy grave'', y subrayó que a ese problema se le debe dar una ``atención especial'', sobre todo al origen del mismo.

Al respecto, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicana (CEM), Sergio Obeso, dijo que debe ser mediante una mesa de negociación como se busquen soluciones a la inconformidad, de manera que se ``salvaguarde la dignidad humana de todos y no sólo de un grupo de privilegiados''.

Los dirigentes católicos reunidos aquí condenaron la violencia como vía para solucionar los problemas del país y se manifestaron en favor del diálogo y de la negociación como instrumentos para la transformación de la sociedad y la paz.

Asimismo rechazaron que algunos sacerdotes sean ``desestabilizadores'' en Chiapas, como señaló ayer el subsecretario de Gobernación, Arturo Núñez, y recalcaron que México pasa por una delicada crisis que debe ser atendida desde sus raíces: la pobreza, la injusticia y la marginación.

Por su parte, el director de Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación, Armando López Campa, aseguró que en México existen ``grupos de religiosos intolerantes, debido a su aislamiento y costumbres tradicionales''.

Como ejemplo señaló a la parroquia de San Juan Chamula, en la diócesis de San Cristóbal, y a algunas parroquias del el estado de México, de Oaxaca y de la Huasteca hidalguense. Sin embargo, aclaró, el panorama general es de diálogo y respeto con las asociaciones religiosas de México.