Gana la UCR la intendencia de Buenos Aires; duro golpe a Menem
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 30 de junio En un duro golpe para el gobierno del peronista Carlos Menem, el senador Fernando de la Rúa, de la opositora Unión Cívica Radical (UCR), fue elegido este domingo como el primer intendente de Buenos Aires designado por el voto directo de los porteños, con alrededor del 40 por ciento de los sufragios.
Pero la capital federal también castigó al oficialismo en la elección simultánea para elegir a quienes redactarán una Constitución que regulará la autonomía de la ciudad, ya que la lista estatuyente de la senadora Graciela Fernández Meijide, de la coalición de centro izquierda Frente País Solidario (Frepaso), resultó la más votada.
La victoria de De la Rúa fue reconocida por sus principales rivales y también por el presidente Menem, quien sostuvo que esta era ``indiscutible'', aún cuando no se conocían los primeros resultados oficiales.
Escrutado el 52 por ciento de los votos, De la Rúa obtenía 39 por ciento de los votos, seguido por el candidato frepasista Norberto La Porta, con 26 por ciento; el candidato oficialista y actual intendente Jorge Domínguez, quedaba en un lejano tercer lugar, con 18 por ciento.
Más abajo, el abogado Gustavo Béliz, quien abandonó el gobierno para crear el partido Nueva Dirigencia a principios de este año, lograba 13 por ciento con el apoyo de justicialistas descontentos con la actual gestión.
De la Rúa, abogado de 58 años, festejó su triunfo con una concentración frente al Obelisco enclavado en pleno centro de Buenos Aires, una ciudad de tres millones de habitantes.
Una vez más, los porteños recurrieron al corte de boleta para favorecer a De la Rúa y a Fernández Meijide, de distintos partidos, y el alejamiento del ex candidato presidencial Octavio Bordón, del Frepaso, no impidió el caudal de votos hacia la senadora, quien se coloca ahora como una de las figuras más importantes de la política local luego de haber ganado su banca en mayo de 1995 con casi el 50 por ciento de los votos.
La suma de los votos justicialistas --Domínguez y el disidente Béliz-- no alcanza a superar el segundo lugar, mientras que la oposición logró conjuntamente entre 59 y 70 por ciento de los votos.
El más golpeado políticamente fue el vicepresidente Carlos Ruckauff, quien encabezaba la lista de estatuyentes por el oficialismo y obtuvo poco más del 14 por ciento, contra 39 por ciento del Frepaso y 29 por ciento de los radicales.
Aunque Menem insistió en minimizar la victoria opositora en la capital, tradicional bastión radical, al considerar que se trata ``sólo de un distrito más'', Buenos Aires es clave, al ser centro político del país y contar con el mayor presupuesto y electorado luego de la provincia de Buenos Aires.
Los estatuyentes comenzarán a trabajar en la nueva Constitución de la Capital Federal, con el Frepaso en cómoda mayoría, a fines de mes, aunque enfrenta un proyecto oficialista aprobado el año pasado que restringe la autonomía al no permitir la formación de una policía propia y conceder apenas algunos puntos a la justicia.
En sus primeras declaraciones a la prensa, De la Rúa consideró su victoria como un triunfo "sobre la soberbia, la frivolidad, el dar la espalda a la gente, y esto nos obliga a hacer un gobierno eficiente, donde se implanten nuevos valores de justicia y equidad".
Fernández Meijide consideró que los resultados eran un "castigo a la insensibilidad del gobierno, a la falta de equidad y de justicia, al desempleo y la pobreza reinantes" y a la corrupción.
Con el triunfo de De la Rúa, la UCR dio otro paso para endurecer su posición frente al gobierno, luego del Pacto de Olivos que el ex presidente radical Raúl Alfonsín firmó con Menem en 1993, y que culminó con una reforma constitucional que brindó la posibilidad de elegir intendente porteño en forma directa, pero que también abrió la de la reelección presidencial.
Para los analistas locales, estas elecciones capitalinas son un buen termómetro para considerar el futuro de unos y otros para la presidencia en 1999. En momentos en que ya aparecieron carteles, pancartas e incluso unas monedas donde se puede leer ``Menem 66'', en alusión a su próximo cumpleaños, o ``Menem 99'' desde otra posición, un fracaso en la capital no es un signo alentador.
De la Rúa y Fernández Meijide quedan en óptima posición para la carrera presidencial. Pero los analistas piensan que un buen gobierno en la capital, que enfrenta problemas de infraestructura, seguridad y bolsones de pobreza, puede catapultar a De la Rúa para esa contienda.
El Partido Justicialista deberá enfrentarse a una nueva interna y poner en marcha varios proyectos no muy populares, que habían sido demorados para no empañar la campaña electoral de Domínguez, entre los que figuran los duros ajustes de la Segunda Reforma del Estado.
Pero lo más grave es la embestida del ministro de Economía, Domingo Cavallo, quien desautorizó hoy las cifras de desempleo dadas por el propio presidente y luego criticó otras cuestiones gubernamentales, lo que abre paso a una nueva y peligrosa batalla interna.