La Jornada 3 de julio de 1996

Acuerdan respeto mutuo de cara a las elecciones de 97

Jaime Avilés, enviado, San Cristóbal de Las Casas, Chis., 2 de julio Con una apuesta común por la lucha civil pacífica, esta mañana concluyó, como dijo alguien, la ``Cumbre del Sureste'': una breve reunión privada entre el subcomandante insurgente Marcos y Andrés Manuel López Obrador, los líderes de los dos movimientos indígenas y populares más importantes del país, que acordaron volver a encontrarse muy pronto si el tabasqueño gana la presidencia del Partido de la Revolución Democrática.

A cuatro días del cierre de su campaña, que culminará este sábado con un mitin en el Zócalo de la ciudad de México, López Obrador anunció que, si triunfa, las puertas del PRD estarán abiertas cuando los zapatistas deseen optar por la vía electoral, una petición, aclaró a pregunta expresa de este enviado, que durante la charla en ningún momento le formuló Marcos. Y no podía ser de otra manera. En primer lugar, porque habría sido una posición contradictoria con la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona y, en segundo, porque dos horas después de la ``Cumbre del Sureste'', al cabo de una cordial entrevista con Demetrio Sodi de la Tijera, Marcos externó a la prensa: ``Como se están perfilando las cosas, no parece haber tránsito a la democracia por ninguna vía: ni por la vía política ni por la vía violenta. Yo no veo una salida electoral ni una salida militar, sino que el país se va al carajo. Por eso tenemos que construir una vía nueva, una vía forzosamente política, que no será patente exclusiva del EZLN''.

Burbuja de cristal Tanto la ``Cumbre del Sureste'' como el primer acercamiento del grupo San Angel con el zapatismo ocurrieron en un jardín del ex Convento del Carmen, ante los ojos y las cámaras de decenas de periodistas. Separados de la prensa por un cordón de seguridad compuesto por voluntarios, Marcos y López Obrador exploraron las posibilidades de convergencia del PRD y del Frente Zapatista de Liberación Nacional sin establecer acuerdos, porque ``todavía está por resolverse el proceso interno'' de ese partido, en la versión del Sup.

El tabasqueño, por su parte, reconoció que ``al ratificar su determinación de abandonar la lucha político-militar y transformarse en una organización política ciudadana'', el EZLN ha dado ``un paso de gran trascendencia'', y dijo que ``ahora corresponde al gobierno de la República tomarle la palabra a los zapatistas cerrando el paso a la provocación y abriendo los cauces de participación pacífica, no sólo al EZLN sino a todos los mexicanos''. El régimen, agregó López Obrador, ``debe destinar recursos suficientes para poner en práctica un plan de combate a la pobreza en Chiapas, concebido y ejecutado por las propias comunidades indígenas con el apoyo de la sociedad civil''.

Marcos, a su vez, relató: ``Estuvimos platicando sobre la preocupación, tanto del EZLN como de él, por la violencia generalizada que hay en el país debido a las pugnas dentro del poder y que impiden un cambio democrático. Nosotros reiteramos nuestra disposición a mantener relaciones institucionales entre el PRD y el EZLN, y dijimos que nos preocupa que lo de Guerrero pueda ser utilizado contra el PRD para adjudicarle una imagen de violencia y que existan intereses ilegítimos detrás de ese grupo''.

Por ello ``insistimos en que tenemos que enviar señales, tanto del PRD como del EZLN, en cuanto a la necesidad de fortalecer un frente por el tránsito a la democracia, y no dejar de unir esfuerzos por ese tránsito para que no haya más violencia''. En términos generales, explicó el Sup, ``el PRD formaría parte de ese frente amplio, que sería un núcleo y un interlocutor para aglutinar desde el centro hasta la izquierda más radical''.

Rutas diversas Para llegar a su cita con Marcos López Obrador pasó por Villahermosa el lunes. De allí inició un recorrido por carretera hacia la conflictiva zona del Norte de Chiapas, antes de arribar a San Cristóbal, en donde durmió con una descomunal perrilla en el ojo izquierdo.

Demetrio Sodi, en cambio, la noche del lunes cenó con el ex regente Manuel Camacho en el Distrito Federal, tomó el primer avión de esta mañana a Tuxtla y subió a San Cristóbal lleno de reticencias. Pero algo indefinible había en su expresión de profesor bondadoso después de su diálogo con el vocero de los zapatistas, al finalizar el cual reveló a la prensa algo que en principio se antojaba increíble: ``Hace tiempo que tenía ganas de estar más cerca de todo el esfuerzo que está haciendo el EZLN. Yo creo que hoy más que nunca todos los que estamos comprometidos con la democracia debemos participar en foros como el del EZLN, un foro cívico, pacífico, para la transición''.

Sin embargo, el ex priísta y fundador del grupo San Angel hoy dividido en el Grupo Compromisos por la Nación que anima Jorge Castañeda, y lo que Marcos, en presencia de Sodi, describió como ``subgrupo San Angel'' dijo que, si bien coincide con la idea de forjar una gran alianza nacional para la transición democrática, ``todavía estamos muy lejos, en términos organizativos, de lograr esa gran fuerza''.

Sodi no piensa que las elecciones de 1997 sean ``el momento oportuno'' para ello. Y lo plantea así: ``No creo que por una cuestión electoral sea tan fácil crear la gran fuerza de centro-izquierda. En el 97 habrá alianzas para candidaturas, sin duda, pero tampoco creo que se pueda dar un gran frente opositor, como se decía, entre el PAN y el PRD. Yo creo que el PAN tiene un proyecto muy ajeno a nosotros, un proyecto que rechaza a las organizaciones sociales, sindicales, campesinas y está muy distante de un Estado social comprometido''. Sin descartar que el PAN gane, ``tal vez'', las elecciones del 97, dijo que ese partido ``recorrerá su camino solitariamente'', mientras que el PRI, sentenció, ``ya no tiene ningún camino que andar''.