PRD-EZLN: UN ACUERDO CON FUTURO

Las acciones conjuntas anunciadas ayer por el Partido de la Revolución Democrática y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, de cara a las elecciones federales del año entrante, pueden convertirse en un importante factor para la normalización del panorama político del país y deben por ello ser analizadas con detenimiento.

En primer término, ha de destacarse como un dato positivo la manifiesta preocupación que existe en la dirigencia del grupo rebelde ante la situación política nacional. Esa preocupación constituye un síntoma favorable del avance del EZLN en su transformación en una fuerza no armada y de su disposición a insertarse en las vías civiles de participación.

Este dato cobra una relevancia especial en los momentos de desconcierto e incertidumbre que se viven a nivel nacional. En este sentido, el anuncio de acciones políticas conjuntas entre el EZLN y el PRD, en el marco de los instrumentos civiles preconizados por el primero en abril pasadoel Frente Zapatista de Liberación Nacional y el Amplio Frente Opositor, pueden interpretarse como una toma de posición de los rebeldes chiapanecos a favor de la paz y en contra de las vías violentas.

En otro sentido, los compromisos anunciados ayer en San Cristóbal de las Casas, en el contexto del Foro Especial para la Reforma del Estado que se lleva a cabo en esa cabecera municipal, abren una interesante alternativa en una coyuntura política que parece tender a un bipartidismo protagonizado por el PRI y el PAN.

En un escenario semejante, dominado por las propuestas individualistas, empresariales y autoritarias de Acción Nacional, y por el ejercicio corporativo del priísmo, dependiente del poder público, muchos ciudadanos no tienen elección, especialmente si se considera que las diferencias entre el PRI y el PAN en materia de planteamientos económicos son, básicamente, de matiz, y que ambos partidos están de acuerdo, en lo fundamental, en la vigencia del modelo actualmente imperante.

Los acuerdos anunciados ayer en San Cristóbal pueden ser un primer paso para constituir un polo electoral significativo que propugne una acción política orientada a lo social y a lo comunitario, que incluya en su programa mecanismos viables y modernos de redistribución de la riqueza, que formule una política de reactivación a partir del fortalecimiento del mercado interno, que se proponga revertir el deterioro del poder adquisitivo de la población y que enfatice la defensa de la soberanía nacional, entre otros puntos.

Por la consolidación de la paz en Chiapas, por un mejor equilibrio político nacional y por el desarrollo de una nueva cultura política en el país, cabe hacer votos por que los compromisos anunciados ayer en Chiapas se profundicen y se conviertan en acciones concretas y que, tanto en el interior del PRD como en el ámbito del zapatismo civil, los proverbiales pleitos intestinos que florecen en las izquierdas no arruinen esta promisoria perspectiva.