Las cuentas de Raúl Salinas son como una presa que rebosa corrupción pública y privada, y a medida que se abren las compuertas sale tanta mugre que resulta difícil determinar cuál indicio es más importante. Tal vez por ello la Procuraduría General de la República ya de por sí lenta no reaccionó ante la primera información sólida que relaciona al ex Presidente de la República, Carlos Salinas, con las cuentas de Raúl.
A finales de junio dos cadenas de televisión estadunidenses hablaron de los Salinas. El día 23, la cadena CBS dedicó 15 minutos de su programa 60 minutos de Mike Wallace al ``Dinero de Raúl''. El procurador Antonio Lozano Gracia consideró, y con razón, que no aportaba muchos datos nuevos.
El Procurador guardó silencio sobre una nota de Mike Jensen incluida en el Nightly News de NBC del viernes 21 de junio. En el fragmento clave, Jensen explicó: ``Fuentes aseguran que un funcionario del Citibank, Amy Elliot, dijo a investigadores del gobierno federal que Carlos Salinas llamó personalmente para discutir las cuentas secretas en Suiza (de su hermano Raúl) y que se le entregaron personalmente los documentos fuera del edificio Citicorp de la ciudad de Nueva York''. Carlos Salinas, recuerda Jensen, ``ha negado cualquier involucramiento con esas cuentas''.
Fue la primera vez que un medio estadunidense hacía una afirmación tan rotunda, y Laura Saravia coordinadora de la Oficina de NBC para México y América Latina contextualiza en una conversación su significado: ``Los manuales y códigos que rigen el periodismo de investigación en Estados Unidos son bastante estrictos, y nos apegamos a ellos en la nota sobre los Salinas. Cada afirmación debe apoyarse en un mínimo de dos fuentes, pero en la nota de Jensen utilizamos entre tres y cuatro que, de manera independiente, corroboraron cada afirmación que hicimos. Además, consultamos a los abogados del canal para asegurarnos de que estábamos siendo justos con los Salinas, a uno de los cuales [Carlos] localizamos en Nueva York y le dimos la oportunidad que desaprovechó de reaccionar a nuestras afirmaciones''.
Tanto cuidado se deriva de su ética profesional, que refuerza un sistema judicial diferente al nuestro. Por su parte, explica telefónicamente Susan Gzesh, profesora de la escuela de Derecho de la Universidad de Chicago: ``Aún cuando los medios en Estados Unidos están protegidos por la ley, también pueden enfrentar demandas millonarias si publican información falsa o imprudente (reckless) y por eso es que tienen ejércitos de periodistas asegurándose de la veracidad de lo que dicen''.
Estos elementos explican la importancia de que la NBC asegurara en la noche del 21 de junio que ``Carlos Salinas llamó personalmente (al Citibank) para discutir las cuentas secretas'' de Raúl. Lo hizo como Presidente o cuando empezó su peregrinar por el mundo? Tenía la información del Citibank antes o después de aquella carta del 3 de diciembre de 1995 en la que negó haber tenido conocimiento de lo que llamó ``el engaño de mi hermano Raúl''? Laura Saravia agrega que en el momento en que la NBC transmitió la nota todavía no sabían las fechas en que se hicieron las llamadas o se entregaron los documentos. Carlos Salinas, por su parte, no ha desmentido lo asegurado por la NBC, ni ha iniciado acción legal contra la cadena televisiva.
El Procurador tampoco ha reaccionado, tal vez porque la mayoría de los medios mexicanos le dieron poca atención. De los noticiarios televisivos que pasan en la ciudad de México ni Enlace (Canal 11), ni Para usted (Multivisión) la mencionaron, y Hechos de Televisión Azteca únicamente informó que Carlos Salinas estaba en Nueva York. Sólo 24 Horas de Televisa transmitió íntegra la nota, aunque sin comentar sus implicaciones. De la prensa escrita, solamente La Jornada la resaltó como parte de su noticia principal.
La poca atención puede deberse al alud de información y pistas que siguen soltando las cuentas bancarias de Raúl Salinas. Además de la escandalosa transferencia del dueño de TV Azteca a Raúl, ahora sabemos que Raúl Salinas, José Madariaga Lomelín y Abraham Zabludovsky compraron en 1991 la empresa estatal Mexicana de Autobuses (MASA). Cuando se conoció la asociación, Madariaga precisó que a los pocos meses de la operación ``vendió sus acciones'' porque ``no era su área de negocios'' (Reforma, 2 de julio). Si no era su ramo, tampoco era el de Raúl ni el de Abraham; quiere esto decir que nuestros tecnócratas vendieron una empresa estatal sólo para que especularan sus amigos? La privatización de empresas paraestatales apesta por todos lados y tienen mucho que aclarar.
A estas alturas no se sabe qué es más lamentable: si los ríos de porquería que salen de las cuentas de Raúl Salinas o el triste espectáculo de una Procuraduría paralizada por el miedo que le da llamar a declarar al ex Presidente. El reloj no se detiene y los medios de comunicación siguen investigando; al paso que llevan, pronto llegarán a lo que puede resultar el platillo principal: las cuentas bancarias del otro Salinas, de Carlos.