Los politólogos se equivocaron otra vez. Nos explicaban, muy ufanos, que las acusaciones contra el salinismo no eran sino rencorosos rumores que se iban desgastando solitos, y que quedarían hechos humo en cuanto volvieran a escucharse elogios a la economía nacional en los centros financieros de Londres y Nueva York. Tales elogios ya suenan, pero el antisalinismo no amengua, y ahora ocupa a medios informativos, políticos y legales de tan respetados centros metropolitanos.
Unos cuantos días después de que las principales cadenas televisivas de Estados Unidos se rompieran las vestiduras por los escándalos del clan Salinas, vemos a Televisa y a Television Azteca acusándose recíprocamente, histéricos, en horario principal, de ladrones salinistas. Y se multiplican como chupacabras los nombres de próceres financieros empresarios privatizados sospechosos de complicidad.Al parecer, la rumorología popular ha atinado otra vez: ``Para mí que todos son ojetes!'', responde el hombre de la calle, más que acostumbrado a tantas décadas de saqueos sexenales.
``Todo yo, todo yo, todo yo!'', se podría quejar el presunto cabecilla de la banda, desde su exilio. ``Qué imaginacion! Como si un hombre pudiera embolsarse todo el erario!''. Ya está asomando la foto de grupo, con aguadores, entrenadores y reservas. Cuando uno de la banda escupe para arriba, qué chaparrón!Sólo se puede llegar a alguna prueba contundente, legalista, de nuestras bandas sexenales, mediante investigaciones administrativas y legales multimillonarias, de alta tecnología, que se llevan meses de pesquisas de cientos de barbudos doctorados. Así han hecho ellos mismos nuestras leyes y nuestra administración.
La posibilidad de llegar a alguna de esas pruebas es remotísima... y a final de cuentas, muy costeable para el gran delincuente: por cada delito probado si ocurriera quedarán cientos perdidos en el universo de la tecnología y de los legalismos.
Sólo cuando se quiebra al país, se rajan sus consensos e instituciones básicas, se vuelve costeable semejante búsqueda de un enigmático dato en el infinito. Pero esa quiebra ocurrió, esa rajadura quedó a ojos vistas, y los datos empiezan a trasegar como cucarachas hasta en los documentos oficiales, hasta en la televisión.
Se nos ha vendiido, como solución generalizada a nuestros males, la sustitución de las bandas públicas por las bandas privadas. Cambiando de ladrones se acaba con el robo? De veras hay diferencias entre unas bandas y otras? El político ladrón es de veras diferente del empresario ladrón?Ciertamente, los gobiernos de Echeverría y López Portillo dejaron tan en evidencia la corrupción de la alta burocracia incluso del propio Estado, como una ballena irremediablemente ladrona que se olvidó un tanto la experiencia también sexenal de la corrupción empresarial, que con tanta frecuencia era precisamente aquélla la mismísima de la que provenía y a la que iba a parar la corrupción burocrática.
Quizás el siguiente acto de la telenovela salinista sea la escandalosa recuperación de esa conciencia: de qué manera, a qué costos, con qué transas, se privatizó la riqueza estatal? En manos de quién estamos, jodidos pero privatizados? Todos los próceres juntitos en el Citibank?No fueron autoridades mexicanas, sino extranjeras, en Suiza, las que le pusieron el cascabel al gato de los ya cientos de millones de dólares de Raúl Salinas de Gortari. Para salvarse y salvar ese dinero dijo lo que nos pareció una mentira y está resultando verdad: que no era suyo ese dinero, sino de todo un club. El club está saliendo a relucir.
Nada menos que los dos emporios de la televisión se gritan uno a otro ``superladrón!'', por haber tenido semejante socio. Y se habla también de concesiones de telefonía, de las privatizaciones de la banca y de ciertas industrias... y nos enteramos todo el mismo día además, de que muchos de los millones de dólares del desfalco del IMSS se deben a transas semejantes, y no a un mero exceso de inversión filantrópica en demasiados hospitales... y semanas antes, de las enigmáticas maneras en que se ``compraron'' y se hicieron prácticamente quebrar a los bancos ahora tan subsidiados: la Secretaría de Hacienda de este gobierno es una Superconasupo de oro sólo para banqueros.Salpicada de salinismo por ella misma, la Casta Privada retrata, hasta en las pantallas de televisión, un rostro no menos brutal que el del Ogro Corporativo mexicano. Y ésa era nuestra redentora modernidad! Pasar del poder de políticos ladrones a honradísimos empresarios! ``Detrás de una gran fortuna, siempre hay un gran crimen'', dice Balzac en Sarrasine. Bueno: según Forbes, tenemos mayores fortunas que la mayor parte de muy productivos países de Europa y Asía. Nos restregamos los ojos? Estricta lógica balzaciana: tenemos más y mayores crímenes de los políticos privatizados y de los privatizados políticos.
``Pruébame algo''. A lo lejos se oye un bolero. ``Amor mío, la prueba eres tú''.