La Jornada 4 de julio de 1996

Creel: problemático proceso en 97 si no hay acuerdos en este mes

Rosa Elvira Vargas¤., Mientras el presidente del Tribunal Federal Electoral (TFE), José Fernando Franco, consideró que ``de no cristalizar la reforma electoral'' México cuenta con instituciones y leyes en la materia que han probado su eficacia, el subsecretario de Gobernación, Arturo Núñez, planteó que aún es viable tener a tiempo ese instrumento para el 31 de octubre.

A su vez Santiago Oñate, dirigente nacional del PRI, admitió que la reforma electoral ``atraviesa un momento definitorio'', pero dijo que su partido está convencido de que existen las condiciones para tener una reglamentación que responda a las expectativas de avanzar en un sistema de competencia político electoral de mayor equidad, transparencia en el uso de recursos y certidumbre en las resoluciones.

Por su parte el consejero ciudadano, Santiago Creel, señaló que la reforma debe quedar resuelta este mismo mes, porque de lo contrario la autoridad electoral encontrará serios problemas para enfrentar el proceso de 1997, que se advierte complicado.

Las anteriores opiniones fueron recogidas en el contexto de la ceremonia en la que México formalizó su ingreso a la Unión Interamericana de Organismos Electorales, que tuvo lugar en el Museo de Antropología. Ahí, Daniel Zovatto, director del Centro de Asesoría y Pomoción Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos, consideró que el actual parece ser el tiempo de la política.

Dijo enseguida que hay un proceso creciente de desencanto democrático y de desconfianza respecto de la política y que entonces, también, éste podría definirse como ``el tiempo de la política bajo sospecha''.

Se debe pues, subrayó Zovatto, ``democratizar la democracia'' y reducir el enorme abismo que separa cada día más a los partidos de la sociedad civil; modernizar y dotar de mayor eficacia a las principales instituciones haciéndolas más transparentes y sujetas al control de los ciudadanos; avanzar en materia de descentralización para acercar los gobiernos a las comunidades, y rescatar la fe en la política.

A su vez, Agustín Ricoy Saldaña, director en funciones del Instituto Federal Electoral (IFE), destacó que cualquiera que fuese la reforma electoral a la que se arribe, debe sentar las bases para que las elecciones sean cada vez más y en mayor medida fuente de certidumbre y estabilidad. También destacó que no debe haber causa social o política que no pueda atenderse o resolverse en el marco del derecho.

En entrevista al finalizar la ceremonia, el subsecretario Arturo Núñez destacó que México cuenta ya con legislación, normas e instituciones electorales con reconocimiento internacional, y dijo que la reforma busca consolidar la autonomía y el profesionalismo de las autoridades en la materia, mejorar las condiciones de la competencia política -``que es uno de los temas donde aún tenemos saldos deficitarios''- y seguir avanzando en la justicia electoral.

Apuntó que existe voluntad de todos los actores políticos por llegar a una reforma de consenso y destacó que debe acelerarse el paso para que no la interrumpan ``elementos externos''.

Oñate Laborde, por su parte, confió en que las posibilidades de consenso en el Congreso para redactar el texto de la reforma, no están muy lejanas, pues hay un buen número de puntos sobre los que ya existe acuerdo. Resaltó que para tener eficacia, aquélla debe aprobarse cuanto antes, porque el proceso electoral se inicia en noviembre y las adecuaciones normativas tienen que ver básicamente con las estructuras de los órganos comiciales que implican tiempo administrativo para cristalizarlas.

Sin embargo, el líder partidista también aludió a que ``de no ser posible la reforma'', las próximas elecciones tendrán que realizarse con la ley que operó en 1994 ``que, dicho sea de paso, no es una mala ley''.

Para Santiago Creel, la urgencia por concretar la reforma va mucho más allá de lo meramente electoral, pues incumbe al bienestar de todos los mexicanos, ``porque es la puerta que puede abrirse para empezar a armonizar el ambiente político que está sumamente crispado hoy en día en el país''.

Atribuyó a muchos factores el que no se haya podido aterrizar aún la reforma y mencionó que actitudes como el viaje del presidente Zedillo a Tabasco, ``obstaculizan enormemente el diálogo''. Dijo entonces que se requieren grandes dosis de patriotismo y de generosidad de los actores políticos y, sobre todo, una visión de largo plazo del Estado.

En tal sentido comentó que los hechos recientes de Guerrero, confunden a la opinión pública y a los propios actores políticos, y que mientras no se aclaren las características del grupo armado y su real dimensión, habrá incertidumbre general.

Finalmente, el presidente del TFE, Fernando Franco, dijo que aunque ahora no haya reforma electoral, la voluntad de los mexicanos seguirá impulsando el camino por lograr niveles superiores de la vida democrática.