Campaña moralizadora?: mensajes interno y externo
Y los responsables del pasado sexenio?
Cuando la televisora estadunidense CBS difundió, en su influyente programa 60 Minutos 23 de junio, que la privatización de las paraestatales mexicanas se significó en el salinismo por sobornos generalizados en los que intervino Raúl Salinas, el gobierno de Ernesto Zedillo reaccionó de inmediato para deslindarse de los manejos sucios del pasado reciente, y de los grupos que los llevaron a cabo.
Más aún, existen evidencias de que las recientes revelaciones que involucraron a prominentes empresarios y personajes de medios televisivos, y hasta el fraude descubierto en el IMSS, tienen un hilo conductor: Raúl Salinas. De confirmarse esta hipótesis, podríamos estar ante una estrategia que busca desmontar el tejido de intereses creado por los Salinas; ante una campaña moralizadora.
Para empezar, debe recordarse que la respuesta presidencial al reportaje de la CBS no tardó mucho. El jueves 27 cuatro días después de que se difundió 60 minutos, el jefe del Ejecutivo mexicano viajó a la zona conurbada del estado de México, en donde afirmó: ``El rostro de México no es el rostro de los que nos escandalizan, de los que nos avergenzan, de los que no han sabido cumplirle a México. El verdadero rostro de México, la cara que más vale y representa no es otra sino la de su pueblo''. El mensaje, con clara dedicatoria a los Salinas, se concretó cuando Ernesto Zedillo advirtió: ``Los mexicanos ya estamos hartos de la corrupción, de funcionarios que pensaron que por tener responsabilidad pública, eso les daba el derecho de apropiarse de los recursos del pueblo!''.
En la misma gira, en la colonia Carlos Hank González, el Presidente envió otro mensaje: ``Me apoyo y me sustento en el grupo político más importante, en el grupo político más poderoso, en el grupo político más legítimo; en el único grupo político que cuenta para mi: el del pueblo de México''.
Y como en política no hay casualidades, y menos en los mensajes presidenciales, está claro el deslinde del Ejecutivo con los Salinas y con los grupos políticos que dominaron esa administración, como es el caso del Grupo Atlacomulco. Pero el reportaje de la televisora estadunidense CBS no sólo sirvió para que Ernesto Zedillo pintara su raya con el salinato. El 2 de julio, en un acto agrario, el Presidente regresó al tema de la corrupción, ahora ya en medio de una esgrima de acusaciones mutuas entre las dos principales televisoras (Azteca y Televisa) por haber realizado negocios con Raúl Salinas, además del descubrimiento de un escandaloso fraude en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Ahora el mensaje fue interno: ``La función pública es para servir a la ciudadanía: jamás para agraviarla, traicionando su confianza y atropellando la dignidad que deben tener las tareas del gobierno. Quienes no entienden así el objetivo de la tarea pública, no tienen ni tendrán cabida en mi gobierno y serán combatidos con todo el peso de la ley''.
El de la corrupción en la administración pública, debe recordarse, fue un tema que preocupó a Ernesto Zedillo desde los tiempos en que buscaba el voto ciudadano, como candidato presidencial. Pero también conviene tener memoria de las campañas de renovación moral que, en su momento, emprendieron José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. En todos los casos se prometió el fin de la corrupción y al final de cada uno de esos gobiernos no fueron pocas las nuevas fortunas.En los casos concretos de los Salinas y del fraude descubierto y publicitado en el IMSS, parece existir una relación que involucra a Carlos Tomás Peñaloza Webb, con manejos irregulares en privatizaciones en las que también participaron Raúl Salinas y hasta el propio Abraham Zabludovsky.
No es una coincidencia, por eso, que a raíz del reportaje de la CBS en el programa 60 minutos, la Procuraduría General de la República modificara su actitud respecto a la eventualidad de citar a declarar a Carlos Salinas de Gortari, por sus presuntos vínculos con la escandalosa fortuna de su hermano Raúl. Se sabe que la PGR fue instruida para profundizar en las investigaciones que podrían llegar al involucramiento del ex presidente.Pero tampoco es fortuito que una vez difundido el citado reportaje de la cadena televisiva estadunidense, se incrementó el flujo de información sobre los negocios de Raúl Salinas y los vínculos del hermano incómodo con importantes sectores empresariales, entre ellos los de las televisoras Azteca y Televisa y los nexos del defraudador del IMSS, Carlos Tomás Peñaloza Webb. Pareciera que existe la intención de transparentar los negocios de los Salinas con un importante sector del empresariado mexicano que en el sexenio anterior se benefició de los negocios del poder presidencial. Sólo falta saber si no se trata sólo de un ejercicio demagógico, en lo que hace al sexenio salinista. Si no es así, por qué no se ha investigado a todos los involucrados en los negocios sucios de los Salinas?
En el camino
Televisa informó, por medio de un comunicado sin firma, que el señor ``Abraham Zabludovsky sigue formando parte de esta empresa, cumpliendo tareas informativas tal como lo ha hecho durante los últimos 23 años''.