La Jornada 5 de julio de 1996

Promoverá el PRI una relación ``sin condicionamientos'' entre México y EU

José Ureña El documento base para la asamblea priísta pide la ``promoción vigorosa de acciones'' en defensa de la soberanía, una relación con Estados Unidos marcada ``por la ausencia de condicionamientos'' y que la inserción de México en el mundo se haga en ejercicio pleno de esos valores. El Partido Revolucionario Institucional reconoce que ``la relación entre pueblo y gobierno permanece tensionada por el elevado índice de inseguridad'' y en lo social reclama que ``todos los mexicanos tengan un empleo digno, permanente y bien remunerado''. Insiste en que es necesario resolver las causas de la pobreza y preservar al mismo tiempo dignidad y libertades y recuerda que, ``en medio de una intensa movilidad de capitales y bienes, sociedad y gobierno estamos obligados a encontrar los medios más eficaces para invertir en nuestra población. Ese es el centro de la política social''.

En las propuestas para modificar las normas internas se elimina el corporativismo, al sostener que toda afiliación al PRI ``será individual, directa y personal''. Una vez afiliados a título personal, los militantes ``podrán intergrarse a cualquiera de los sectores del partido en función de la actividad que desarrollen''.

Hacia las elecciones del año 2000, se propone abrir la consulta y los aspirantes deberán tener una militancia mínima de cinco años y ``haber tenido un puesto de dirigencia partidista o bien haber ocupado un puesto de elección popular a través del PRI''.También se sugiere modificar la estructura del Comité Ejecutivo Nacional (CREN) priísta: habría un presidente y un vicepresidente, dos secretarías generalesde operación y acción política y otra de elecciones, cuatro coordinaciones, una secretaría de administración y finanzas, tres direcciones y una oficialía mayor.

La iniciativa clama por instaurar una especie de poder judicial interno a través de la Comisión de Honor y Justicia, y considerar la corrupción como causal de expulsión. Además, se prohíbe expresamente a los dirigentes ``intervenir o participar indebidamente'' en nombramientos, selección, designación, contratatacíón, suspensión, remoción, cese y sanciones de cualquier priísta. En lo político, se repiten pronunciamientos por una democracia plena y asienta que ``hoy la Revolución es la República''. Se trata de dar cumplimiento a los ideales del movimiento de 1910, por lo que ``consolidar la República es la tarea a la que el PRI podrá transferir su práctica diaria, en fidelidad a su vocación histórica''.

Para con el presidente de la República se propone ``una nueva relación'' que no conlleve ``ventaja ilegítima o unilateral alguna, respetuosa de la autonomía del PRI y favorable a la democracia'''. En otra parte dice: ``Queremos un régimen democrático con sistema presidnecial sustentado en la ley, dispuesto al consenso social y receptivo a la opinión pública''.

Los documentos se entregaron temprano a coordinadores y dirigentes estatales, quienes los llevarán a la discusión local. Se trata de un anteproyecto de estatutos, un código de ética partidaria, una declaración de principios y un programa de acción denominado Los compromisos del PRI ante la nación. El dirigente Santiago Oñate Laborde, acompañado de los secretarios general, Juan S. Millán; de Coordinación Regional, Artemio Iglesias; de Organización, Juan Maldonado, y de Información y Propaganda, Héctor González Escobar, ofreció una plática a reporteros y dijo que los documentos aún no están acabados.

Se pretende llevarlos a la discusión municipal, distrital y estatal para luego hacer un concentrado y analizar y votar un texto definitivo durante la 17 Asamblea Nacional. A partir de ahí habrá un nuevo PRI, se augura.``Se terminaron los triunfos seguros, las clientelas cautivas, el voto amarrado'', dice el texto. Ante esa realidad, ``el PRI debe cambiar. Ese imperativo nos urge. Tenemos que repensar esquemas de organización y oferta política''.

Hacia el nuevo milenio, la soberanía se plantea como eje de las acciones: ``México debe alentar hoy una sana complementación entre nacionalismo e internacionalismo, entre el ejercicio de nuestra soberanía y participación activa del país en la globalización que caracteriza al mundo de fin de siglo''.

Para ello ``el partido propone un plan de acción en el que se establece como objetivo central la promoción vigorosa de acciones que defiendan nuestra soberanía y fortalezcan los intereses de todos los mexicanos de la nación. Un México vigoroso en lo interno y lo externo podrá superar los desafíos y aprovechar las oportundidades de este fin de siglo''.

Se insiste en defender la soberanía como ``la expresión más pura de nuestro nacionalismo, de nuestra herencia histórica y cultural''; como ``el fundamento, el objetivo de las acciones y el compromiso de los priístas en favor del desarrollo interno''; como ``el criterio para tomar las decisiones que permitan un mejor aprovechamiento de las circunstancias externas'.

Se insiste en la autodeterminación y la no intervención. Hay un párrafo dedicado a la relación con Estados Unidos, que ``debe estar fundada en el diálogo constructivo, el beneficio mutuo, la ausencia de condicionamientos y el respeto pleno a la soberanía de cada país''.

Al Tratado de Libre Comercio (TLC) lo reconoce como instrumento para el intercambio, pero exige que las controversias se resuelvan con base en las reglas estipuladas y que no se apliquen leyes extraterritorialmente.