La construcción democrática he señalado, con anterioridad, en este mismo espacio no restringe la democracia al ámbito político, porque lo que necesita México es un proceso de renovación integral, fundado en una democratización amplia de la vida nacional, que incorpore de manera efectiva y duradera la justicia social y la equidad. De la misma manera, la democracia representativa no puede quedarse en el plano formal, sino que debe derivar en una democracia participativa, sustentada en la presencia activa y directa de los ciudadanos y las organizaciones sociales.
La democratización debe darse tanto en el ámbito de la sociedad política como de la sociedad civil, reinstaurando principios y valores éticos y morales esenciales, como el respeto a la dignidad de las personas y los pueblos, la búsqueda de la verdad, la congruencia y la integridad en el comportamiento público y privado; para ello, deben desarrollarse la educación cívica y una cultura política participativa y propositiva, y debe fomentarse una moral pública transparente.
La formas, contenidos y orientaciones de la democratización del país son parte fundamental del debate nacional, que hoy adquiere una gran importancia. A este debate se busca contribuir con las siguientes consideraciones y alternativas:a) La reforma económica y política del Estado, para la definición de sus rumbos, tiempos y alcances, debe contar, más allá de los partidos políticos, con un amplio y sólido consenso entre las diferentes fuerzas del país y disponer de una significativa base social.
b) Las modificaciones al ordenamiento jurídico y al andamiaje institucional deben promover una desconcentración ordenada del poder y un equilibrio real entre sus componentes, para que el juego de pesos y contrapesos sea efectivo y puedan llevarse a cabo de manera constructiva, a fin de evitar tanto arbitrariedades en el ejercicio de la autoridad como vacíos que pudieran resultar peligrosos para la estabilidad y para asegurar contiendas equitativas creíbles y legítimas por el poder gubernamental.
c) Se requiere la renovación de los acuerdos básicos entre los mexicanos, mediante la celebración de un nuevo pacto entre el gobierno y los partidos y entre ellos y los sectores representativos de la sociedad, para discutir los temas fundamentales de la agenda nacional: la reforma del Estado y de la sociedad, el modelo de modernización económica y laboral, el presente y futuro de la soberanía y de las relaciones internacionales de nuestros país.
d) La democratización conlleva un cambio profundo de las actitudes y comportamientos de los ciudadanos y de las formas organizativas y los espacios de acción de los agrupamientos sociales. Los ciudadanos pueden encontrar nuevas vías de participación en las figuras del plebiscito y el referéndum, así como en su intervención en contralorías sociales, en el primer caso, para pronunciarse sobre temas de interés general y con respecto a políticas gubernamentales, y en el segundo, para supervisar el funcionamiento de organismos de carácter público.
e) Se produce, al mismo tiempo, una activa presencia de la sociedad en diferentes ámbitos, tanto promoviendo una participación más directa en la representación de intereses gremiales, vecinales y de grupos específicos, como planteando propuestas a problemas concretos e inmediatos. Las modalidades de intervención directa de los mexicanos en los asuntos que nos importan tienden a cobrar relevancia en el ámbito territorial, como ha sido históricamente el caso de las etnias y como crecientemente lo pone de manifiesto la representación vecinal o comunitaria.
f) La democracia mexicana debe reconocer y aprovechar el rico mosaico pluricultural que conforma nuestra nación, y conjugar formas de representación comunitaria donde privan los usos y costumbres de cosmovisiones particularescon las formas de democracia representativa imprescindibles para las sociedades modernas.
g) El proceso democratizador debe recorrer a la sociedad entera, desde los núcleos primarios como la familia y la escuela, continuar con las organizaciones sociales (sindicales, empresariales, de sectores medios, etcétera), hasta llegar a los partidos, al gobierno y al conjunto de las instituciones públicas.
h) Aspecto central de la agenda democratizadora es la apertura de los medios electrónicos de comunicación a la pluralidad y al debate, así como la consolidación de una opinión pública independiente. La apertura de los medios debe inscribirse en el terreno de la libertad de expresión y de la libertad informativa, por lo que deben existir espacios suficientes y de calidad en los que tengan cabida las universidades e instituciones educativas, las organizaciones sociales, los partidos políticos, etcétera.
Frente a las transformaciones que acontecen en todos los ámbitos de la vida social, la construcción política del México actual encontrará renovadas fuentes de legitimidad y consenso, y sustentos legales e institucionales sólidos en una gobernabilidad democrática. Para hacerla posible se requieren articular los esfuerzos reformistas generados desde la sociedad política con los ánimos e impulsos participativos de la sociedad civil, apoyarse en las tendencias democratizadoras y vigentes en el mundo, entender que la modernización económica no será viable sin democracia, y asumir compromisos claros con la nación.