LA CIENCIA EN LA CALLE Luis González de Alba
Búsqueda de inteligencia extraterrestre

El debate Sagan-Mayr

Con el título hoy empleado por esta sección, publica The Planetary Report v.XVI, un interesante y bien documentado debate acerca de la inteligencia extraterrestre. ¿Vale la pena gastar dinero en apuntar radiotelescopios al cosmos en espera de señales inteligentes? Carl Sagan responde que sí, indudablemente. Para Ernst Mayr es una pérdida de dinero y de tiempo. A Mayr la revista Scientific American lo llama --Darwin's current bulldog--, apodo que durante el siglo pasado se aplicó a Thomas Huxley por su vociferante defensa de la teoría de la evolución. Mayr es el gran evolucionista de este siglo, uno de los gigantes de la ciencia actual, quien a los 91 años de edad sigue produciendo.

Cinco sistemas solares

Existen cinco sistemas solares conocidos. El nuestro es uno. Otro, tristísimo, fue el primero descubierto y esta sección dio noticia de él sin pena ni gloria, pues al parecer ya nada nos asombra, son tres planetas que giran en torno de un pulsar, el pedruzco oscuro que resta de una estrella y gira miles de veces por segundo, lanzando al espacio radiación que nos llega en pulsos de una asombrosa exactitud. Pero poco después fueron descubiertas tres estrellas del tipo común, como el Sol, con planetas girando en torno de ellas. Son la 51 de Pegaso, la 70 de Virgo y la 47 de la Osa Mayor. Es un primer paso para suponer que, si hay planetas, puede haber vida. Pero no olvidemos que nuestro Sol tiene nueve planetas y sólo en uno, hasta donde sabemos, existe vida, ya no digamos inteligencia. En dos planetas tan semejantes al nuestro, como son Marte y Venus, no ha sido encontrado rastro alguno de vida, ni siquiera primitiva. Y los planetas recién descubiertos resultaron en órbitas que no ayudan en nada a suponer que pudieran tener clima ni siquiera como el de Marte.

Mil millones de canales de radio

Desde 1981, el físico Paul Horowitz está empeñado en diversos proyectos para captar y analizar señales de radio procedentes del espacio. El radio no es sino una de las formas no visibles de la luz y es producido por los objetos estelares, junto con los rayos X, la luz infrarroja, la visible, etcétera. Entre todo ese --ruido--, ¿hay señales de radio como las que transportan las canciones de la XEW? Los buscadores de vida comenzaron escuchando 131 mil canales, luego subieron a ocho millones cuando Sagan obtuvo una donación de 100 mil dólares de Steven Spielberg, el director de E.T., entre tantas sagas espaciales. Ahora el proyecto BETA espera poder analizar mil millones de canales ( y esta sección habló largamente del asunto el año pasado). Aquí es donde se instala el debate entre Ernst Mayr y Carl Sagan, pues el precio es ya enorme, los resultados en 15 años han sido nulos y BETA será un salto mpresionante, pero ¿hacia dónde?.

La improbabilidad del éxito

Con este título, Mayr analiza las dificultades para que podamos encontrar señales enviadas por seres inteligentes, o señales suyas simplemente perdidas en el espacio, como son las de nuestra televisión, que no estamos enviando intencionalmente a ninguna parte del espacio, pero que ya transporta los programas de hace 40 años, como las desventuras de El Fugitivo, a 40 años luz, que es exactamente la distancia de uno de los planetas descubiertos. Pero, señala Mayr, los planetas deben tener una temperatura promedio favorable, la variación de las estaciones no debe ser extrema, deben tener una masa apropiada para que su gravedad pueda retener una atmósfera, esta atmósfera debe tener la composición química correcta para sostener vida temprana y la densidad adecuada para proteger de la radiación ultravioleta a la vida nueva, además debe haber agua en tal planeta. Sólo uno de los nueve planetas en nuestro sistema solar tuvo la correcta mezcla de estos factores.

Más improbabilidades

Pero una vez surgida la vida, ¿qué posibilidad hay de que produzca inteligencia? --Después del origen de la vida, hace tres mil ochocientos millones de años, la vida sobre la Tierra consistió, durante dos mil millones de años, de simples prokaryotes, células sin un núcleo organizado. Estas bacterias y sus parientes desarrollaron seguramente de 50 a 100 diferentes (algunos quizá muy diferentes) linajes, pero, en ese enormemente largo tiempo, ninguna de ellas llegó a la inteligencia--. Después continúa Mayr su recuento de cómo surgieron tres reinos de organismos multicelulares: hongos, plantas y animales. De esos tres reinos, sólo en uno, los animales, surgió inteligencia. Los animales se subdivieron en 80 linajes (phyla), y solo uno, los cordados, alcanzaron en un momento la inteligencia. Los cordados se subdividieron en muchísimos linajes, pero sólo uno, los vertebrados, en un momento produjo inteligencia.

Y más y más y más

Los vertebrados se subdividieron en peces, anfibios, reptiles, pájaros y mamíferos. --Otra vez, sólo un único linaje, el de los mamíferos, condujo hasta la inteligencia superior. Los mamíferos, a su vez, tuvieron una larga historia evolutiva que empieza hace más de 200 millones de años, pero sólo en la última parte del período terciario, esto es, hace 15 a 20 millones de años, la inteligencia superior se originó en uno de los cerca de 24 órdenes de mamíferos--. Y concluye Mayr: --Nada demuestra mejor la improbabilidad del origen de la inteligencia superior que los millones de linajes que han fracasado en alcanzarla--. El remate es más contundente: ¿Cuántes especies han existido desde que empezó la vida? Responde: --Quizá tantas como 50 mil millones de especies desde el origen de la vida. Y sólo una de éstas logró la clase de inteligencia necesaria para establecer una civilización--. ¿Por qué es tan escasa la inteligencia? Mayr ofrece dos razones: que no es nada favorecida por la selección natural, y que requiere cerebros con exigencias extraordinariamente altas de energía.

Y lo siento, pero ya no quedó espacio para la respuesta de Sagan.