José Blanco
Historia sacrificial

...nada azora tanto como encontrarse consigo mismo.
María Zambrano

''Nada hay que degrade y humille más al ser humano que el ser movido sin saber por qué, sin saber por quién, el ser movido desde fuera de sí mismo. Tal ha sucedido con la historia''. También lo escribió ella, a quien la revista Anthropos llamó pensadora de la aurora.

Encontrarse consigo mismo: con la realidad; con el quiénes somos; con el quiénes hemos sido. Encontrarse consigo mismo: con el pasado propio; el pasado real; cobrar, o quizá mejor, comenzar a cobrar conciencia histórica. Descubrir qué hemos hecho de nosotros mismos; hallar que apenas empezamos a abrir los ojos; que las cosas estaban cubiertas, ajenas a nuestra vista, a nuestra mente, a nuestra conciencia; que hemos ignorado el mundo, el nuestro, el inmediato, nuestros propios actos, o quizá mejor, nuestra falta de actos: de actos no reflejos y faltos de sentido, sino de actos que tengan que ver de veras con un sentido pensado y decidido para el porvenir y que la historia deje de ser un día historia sacrificial (como subtituló María Zambrano su Persona y democracia, de 1958).

María examina la perplejidad de los hombres, al descubrirse multitud o masa: seres indiferenciados que han padecido pesadamente la historia porque les ha sido inasequible decidir, pensar, actuar responsablemente, asistir al mundo al menos con alguna conciencia del proceso que los abatía. Ha visto y sentido el ciclón del rebelarse de los hombres al caer en la cuenta del infierno del pasado, y ha visto también la esterilidad de las rebeliones para librarse de la pesadilla histórica: ha revisado y pensado la historia de la cultura de Occidente.

María estuvo siempre '``a la búsqueda de una religión de régimen no sacrificial''. El sacrificio, advierte, se ha más que cumplido, pero sin frutos. Y así será mientras los hombres vivan la historia como Destino, mientras estén en ella pasivamente.

El único modo de salir del hundimiento ``es hacer extensiva la conciencia histórica, al par que se abre cauce a una sociedad digna de esta conciencia y de la persona humana de donde brota. Es decir, traspasar un dintel jamás traspasado en la vida colectiva, disponerse de verdad a crear una sociedad humanizada y que la historia no se comporte como una antigua Deidad que exige inagotable sacrificio''. Que no piensen y decidan unos pocos. Que todos lo hagan, que todos sean protagonistas. Que los hombres dirijan su historia decidiendo permanentemente el porvenir.

``De todas las condenaciones y errores del pasado sólo da remedio el porvenir, si se hace que ese porvenir no sea una repetición, reiteración del pasado... Historia verdadera, que sólo desde la conciencia mediante la perplejidad y la confusión puede nacer. Se llegará a ella apurando todos los componentes desde ese instante del 'despertar de la pesadilla', confusión, perplejidad, vacío ante el desierto por un pensamiento que avanza en el tiempo y que lo tiene en cuenta...``La conciencia de uno, la conciencia de todos, la conciencia histórica acaba por mostrar la imperiosa necesidad de la conciencia del mundo entero. ``El mundo hoy todo escribía María en 1958!, o es un sistema, cualquiera que sea la estructura de este sistema, o un género de unidad tal que se necesita contar con la totalidad para resolver los problemas que en cada país se presenten. En el supuesto de que haya sucedido así en la realidad alguna vez, no se sabía''.

Dice algo este pensamiento para la sociedad que somos hoy en nuestros días? Cómo se hace extensiva la conciencia histórica?Abriendo cauce a la sociedad. Colaborando. Haciendo que la política no sea sólo una vía para dirimir intereses, por legítimos que sean. Entrecruzando política y cultura. Procediendo intelectivamente en todo. Procurando que el intelecto se desarrolle en todos, por su uso en toda actividad humana. Entrecruzando intensivamente educación y política. Haciendo que política y educación hagan extensiva la conciencia de sí y de todos y construyan una democracia de pares reales y protagonistas verdaderos. Haciendo que educación y política eviten un día y para siempre, los horrores que en nuestros días emergen a la superficie social, es decir, que son por fin capturados por la conciencia. Evitando caer en el escepticismo frente a estas utopías necesarias. Haciendo de la vida un proceso civilizatorio. Haciendo que política y educación hagan una sociedad de humanos.