La Jornada 9 de julio de 1996

Presunto militar cubano desvía un avión comercial a Guantánamo

Reuter, Efe, Afp y Ansa, La Habana, 8 de julio n Un presunto militar cubano secuestró ayer un avión comercial y obligó al piloto, a punta de pistola, a desviar el vuelo hacia la base naval estadunidense de Guantánamo, incidente que fue condenado por Estados Unidos, mientras Cuba exigió a Washington "acciones prácticas y ejemplarizantes" contra el aeropirata.

El portavoz de la cancillería cubana, Miguel Alfonso, dijo que el secuestro es "una flagrante violación de los acuerdos migratorios entre los dos países, además de violar una serie de resoluciones de Naciones Unidas y de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) sobre el desvío de aviones, el terrorismo internacional y el uso de la fuerza".

El secuestrador, que se identificó como el teniente coronel José Fernández Pugo, obligó el domingo por la tarde a la tripulación de una pequeña nave de fabricación rusa, que cubría un vuelo doméstico entre Santiago de Cuba y Guantánamo, a aterrizar en la vecina base estadunidense. Ninguno de los 16 pasajeros y tres tripulantes, que pidieron ser llevados a su destino original, resultó herido, informó el portavoz del Pentágono, Joe March.

El gobierno cubano, por lo pronto, designó una comisión para investigar el secuestro del avión, cuyo "objetivo era el transporte de prensa y pasajeros en forma regular", según nota difundida esta noche por la televisión local, que no precisó la identidad del aeropirata.

En Washington el portavoz del Departamento de Estado, Nicholas Burns, condenó "enérgicamente todos los actos de piratería aérea, donde sea que ocurran", mientras la cancillería cubana dijo que espera que la ``condena verbal" del incidente por parte de Estados Unidos ''vaya acompañada de acciones concretas".

Pero antes de tomar alguna determinación respecto a la suerte del secuestrador, el Departamento de Justicia y el Servicio de Inmigración (SIN), "llevan a cabo un exhaustivo interrogatorio para determinar las razones" del militar cubano para desviar la aeronave, sostuvo Burns.

"Cuando el interrogatorio haya concluido y estemos satisfechos en saber su identidad, la razón por la que cometió este secuestro y varios otros puntos, decidiremos qué hacer con él", dijo el vocero, quien rechazó que la retención de Fernández en la base de Guantánamo sea una ``invitación abierta'' a otros secuestradores.

"Tenemos una obligación hacia nosotros de responder esas preguntas antes de decidir el mejor curso de acción disponible... Es un asunto muy serio, secuestrar un avión y poner en peligro vidas de cubanos civiles inocentes", insistió.

Paralelamente el presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, dijo en La Habana que el secuestrador "debe ser devuelto a Cuba o enjuiciado en Estados Unidos", en cumplimiento de los acuerdos antisecuestros de la ONU.

Alarcón sostuvo además que tanto La Habana como Washington tienen interés en respetar los acuerdos migratorios bilaterales de septiembre 1994 y mayo de 1995. Ambos acuerdos pusieron fin a la llamada crisis de los balseros de agosto de 1994, al establecer una cuota de visas estadunidenses para cubanos que deseen emigrar, así como la repatriación de los cubanos que penetren en la base de Guantánamo o sean interceptados en alta mar en su intento por emigrar ilegalmente a Estados Unidos.

Los acuerdos bilaterales sobre piratería aérea establecen devolver a los responsables de desvíos de aviones o embarcaciones, a menos que se demuestre una persecución política que amerite el asilo.

"El regreso del teniente coronel José Fernández Pugo a Cuba implicaría una pena de muerte de facto", sostuvo una nota de la poderosa Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), que pidió se le conceda asilo político al presunto militar.

Según Alarcón, ``es posible'' que el secuestrador haya sido alentado por grupos del exilio cubano, y afirmó que "en Miami hay gente que quiere hacer la vida más difícil" al gobierno de Fidel Castro, al ser interrogado sobre presuntos rumores que circulan en La Habana acerca de una nueva salida masiva de cubanos hacia la Florida.

El último incidente con un avión cubano de pasajeros ocurrió en mayo de 1994, cuando un piloto de Cubana de Aviación desvió hacia Miami una nave con 16 turistas que cubría la ruta entre La Habana y Bahamas y recibió asilo político luego de ser juzgado.

Tras ese secuestro, tres cubanos llegaron a Florida en junio, en un avión fumigador, y en agosto, una familia de 14 miembros hizo lo mismo en un aparato de irrigación de cultivos.

Este nuevo incidente, que complica las ya difíciles relaciones entre La Habana y Washington, se produce en momentos en que Estados Unidos se prepara para aplicar la polémica ley Helms-Burton, que endurece el bloqueo contra la isla con sanciones a firmas de terceros países que comercian con La Habana.

Dicha ley se promulgó luego del derribo por cazas cubanos de dos avionetas con matrícula estadunidense del grupo anticastrista con sede en Miami Hermanos al Rescate, el pasado 24 de febrero.

En este contexto, Cuba acusó hoy a Estados Unidos de mantener "una actitud débil, contradictoria e inconsecuente" ante el anuncio del próximo viaje de una flotilla naval y aérea de anticastristas hacia los límites marítimo-aéreos de la isla, y "no hacer nada para impedirla", dijo Alarcón.