La Jornada 11 de julio de 1996

Propuso la Cocopa que no haya una ruptura unilateral del diálogo

José Gil Olmos, enviado, y Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 10 de julio La ``ruptura'' del diálogo de paz en Chiapas no podrán declararla ``unilaterlamente'' el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) o el gobierno federal. Esta es una de las principales ``reglas'' propuestas en el nuevo formato para el diálogo en Chiapas, que la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) presentó a ambas partes, que todavía no llegan a un acuerdo en su segundo día de negociaciones.

Aun cuando existen ``diferencias de fondo'' y no se ha llegado a un acuerdo, todavía se discute el documento de la Cocopa del que La Jornada tiene una copia, donde también se propone especificar los cauces de solución de ``eventualidades, incidentes o desacuerdos'' que surjan en el curso del proceso de pacificación, pero que no estén relacionados directamente con la mesa de San Andrés.


Marco Antonio Michel, Juan Guerra y Luis H. Alvarez,
después de su entrevista con el
subcomandante Marcos,
ayer en San Cristóbal.
Foto: Duilio Rodríguez

En el paquete de reformas y adiciones a la Declaración de San Miguel, que contiene los principios básicos del diálogo y la negociación acordados el 9 de abril de 1995, se precisa que ``el incumplimiento de los plazos de negociación o acuerdos suscritos entre las partes'' sólo serán causa de ruptura cuando lo califiquen conjuntamente la Comisión Nacional de Intermediación (Conai) y la Cocopa, ``después de haber agotado todos los esfuerzos por restablecer el diálogo y la negociación''.Son pocos los cambios propuestos a los nueve principios básicos del anterior reglamento que la Comisión de Concordia y Pacificación propuso al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y al gobierno federal, pero son de fondo y ajustan la conducta de ambos ya no con base en un ``protocolo'', sino en ``reglas'' más definidas, ``acordes con las actuales circunstancias del proceso''.

Se trata, señala uno de los documentos, de ``revitalizar'' la negociación, que ha sufrido un ``cierto agotamiento'', y de continuar el diálogo ``hasta su culminación'', es decir, hasta la firma del Acuerdo de Concordia y Pacificación con Justicia y Dignidad.

Por ejemplo, sobre los hechos que han afectado la continuidad del diálogo en estos 15 meses se manifiesta que ambas partes ``se asegurarán de que existan instancias para resolver este tipo de problemas, de tal modo que se garantice el desarrollo regular, ordenado, ininterrumpido y eficaz del diálogo y la negociación hasta su culminación''.

Hasta ayer por la noche no existía acuerdo alguno entre las delegaciones zapatista y gubernamental sobre el primer paquete de propuestas que la Cocopa les presentó para elaborar las reglas del diálogo.El intercambio de ``reacciones'' en San Cristóbal de las Casas entre el subcomandante Marcos, desde el centro cultural El Carmen, y la delegación oficial encabezada por Marco Antonio Bernal y Jorge del Valle, reunida en el Hotel Flamboyán, se dio a través de la Cocopa, cuyos integrantes iban y venían con los documentos confidenciales.

El senador Benigno Aladro, miembro de la Cocopa, dijo al mediodía que por la tarde podría haber un comunicado en el que se informara de los primeros acuerdos.

Sin embargo, llegado el momento reconoció que existían ``diferencias de fondo'' y ``ningún acuerdo positivo''. Ante los reporteros inistió, sin dar mayor información, que existían ``avances positivos'', pero que también era posible que la discusión se prolongara hasta el viernes.

Son tres los documentos que la Cocopa presentó al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y al gobierno federal para las nuevas reglas del diálogo.

El primero es sobre la Declaración de San Miguel, también llamado Protocolo de bases para el diálogo y la negociación; el segundo trata de las reglas generales de la agenda, formato y procedimiento del Acuerdo de Concordia y Pacificación con Justicia y Dignidad, y el tercero sobre el funcionamiento de las mesas de trabajo y plenarias de las cuatro mesas integradas en la agenda general: Derechos y Cultura Indígena, Democracia y Justicia, Bienestar y Desarrollo, y Derechos de la Mujer en Chiapas.

Por lo que respecta a la Declaración de San Miguel, integrada por nueve principios básicos, a los tres primeros, que tratan sobre la ``buena fe'', el ``respeto mutuo'' y la ``continuidad del diálogo y la negociación'', se adicionan los párrafos mencionados para salvar de los obstáculos que surjan en el curso de la negociación y evitar la declaración unilateral del rompimiento del diálogo.

Los otros seis, que se refieren a la aclaración de las diferencias, la superación de incidentes, la voluntad plena para asumir los compromisos que se hayan pactado, la reciprocidad proporcional y la objetividad de la información pública quedaron intactos, salvo aquel donde se pide ``flexibilidad'' para conciliar propuestas de compromisos y llegar a un acuerdo de pacificación.Tampoco se modificaron la sede permanente de las negociaciones en San Andrés Larráinzar ni el requisito indispensable de mantener suspendidas las órdenes de aprehensión e investigaciones judiciales en contra de los dirigentes rebeldes mientras continue el diálogo.

En el segundo documento de la Cocopa, sobre las reglas generales de la agenda, formato y procedimiento del diálogo, se reconoce que a pesar de los logros obtenidos en los 15 meses de negociaciones, como el acuerdo de la mesa de ``Derechos y cultura indígena'' signado el 16 de febrero de este año, ``es de todos conocido que en las últimas semanas el proceso de negociación ha sufrido un cierto agotamiento''.

Explica la Comisión de Concordia y Pacificación que dicho desgaste se ha debido, entre otras razones, ``a conflictos sociales y políticos no relacionados con el diálogo, que han obstaculizado su desarrollo, y a que los mecanismos y el formato de la negociación requieren una nueva dinámica más acorde a las actuales circunstancias del proceso''.

Por ello, con el propósito de ``revitalizar, consolidar, grantizar y llevar a su culminación el proceso de diálogo y negociación'', sostiene la Cocopa, tanto el gobierno federal como el EZLN ``han convenido modificar'' el texto original del Protocolo de bases para el diálogo y la negociación. Con estas modificaciones se buscaría ``simplificar los procedimientos del diálogo, eliminar instancias y pasos duplicadores de esfuerzos, formalizar mecanismos que han contribuido al diálogo, agilizar las negociaciones, redefinir el papel de los actores centrales y flexibilizar las posiciones de las partes''.

Entre las nuevas propuestas está la de crear una ``instancia especial'' determinada por ambas partes y con la intervención del gobierno y el Congreso chiapanecos que atenderá los conflictos políticos y sociales estatales que han obstaculizado ``la buena marcha del diálogo y la negociación''. Reconoce que la conciliación de la sociedad chiapaneca ``no es un acto instantáneo sino que es un proceso que requiere tiempo y maduración''.

Otro de los puntos que destacan en la propuesta legislativa se refiere a los foros especiales. Precisa que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional podrá realizarlos antes de cada plenaria resolutiva sobre los temas y subtemas de las cuatro mesas de la agenda general, pero que no formarán parte de la discusión bilateral, sino más bien del diálogo nacional para la reforma del Estado.

Aclara que dichos foros ``no constituyen una instancia de decisión ni de resolución sobre los temas y contenidos del diálogo que se desarrolla entre el EZLN y el gobierno federal'' y sus resultados tampoco obligarán a la delegación gubernamental a cumplirlos. En todo caso, serán ``recomendaciones'' para el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, como parte de su proceso interno de consulta.

En tanto, sobre el tercer documento, que se refiere al reglamento para el funcionamiento de las mesas de trabajo y plenarias de los cuatro temas de la agenda, no se especifica la obligatoriedad de que las partes tengan invitados o asesores. Propone que las mesas de trabajo se instalen a más tardar diez días hábiles después de la instalación de la plenaria y tendrán como máximo seis días para cumplir su cometido.

Una vez concluido su trabajo, se propone un receso de 15 días hábiles para la instalación de la respectiva plenaria resolutiva.