Entre las vistas que daban un sello característico a esta ciudad, mosaico de épocas, paisajes y costumbres, estaban los vehículos tirados por burros, mulas, caballos y otros cuadrúpedos, de los cuales los reporteros gráficos de La Jornada dieron bello testimonio a lo largo de los años.
Pero no más, viajera. El nuevo responsable de la Seguridad Pública es hombre de ideas modernas, y ha decidido que una metrópoli del siglo veintiuno --ya no hablemos de sueños primermundistas para no hacer leña de árboles caídos-- no puede seguir con nostalgias coloniales, de modo que acaba de proscribir la circulación de tales carromatos.
Quizá por el tiempo que pasó a salto de mata en Guerrero, mi general Salgado no sabe o no recuerda que el Distrito Federal cuenta con zonas de pastos, bosques, milpas y veredas que, si bien en franca extinción, aún ocupan miles de hectáreas. De hecho, delegaciones como Milpa Alta y Tláhuac, y en menor medida Cuajimalpa y Xochimilco, son predominantemente rurales.
¿Cómo esperará la SSP que la gente se transporte y traslade sus materias primas y productos en esos lugares? ¿Tendrá que resignarse a ir a pie, o aprender a subir y bajar laderas en motocicleta o avalancha? ¿Se pondrán funiculares? ¿Se tratará de incentivar la venta de pick ups y tractores para reactivar la alicaída industia automotriz?
O podría ser que, ahora que se crean batallones de policías auxiliares en bicicleta, haya necesidad de despejar la vía pública para facilitar la reacción inmediata de los valientes pedalistas en caso de que una banda de asaltabancos intente escapar a sangre y fuego en un turbo con fuel injection.
Tampoco quedó muy claro si la estricta orden --fundamentada, hay que reconocerlo, en las ordenanzas municipales-- se hará extensiva a los carritos tirados por chivos en el Zoológico de Chapultepec, aunque supongo que los bicitaxis resultarán favorecidos con la especialización que a sus tripulantes se concede dentro del reino animal.
No es que me guste ser sarcástico; sólo se me contagió el humor de los policías entrevistados por Gustavo García a propósito de esta nueva medida, prueba palmaria de la energía con que las nuevas autoridades se proponen encarar los problemas más acuciantes de la urbe. Cabe esperar nuevos y espectaculares anuncios acerca de las marías, los tragafuego, las señoras que sacan a pasear a sus fifís en los ejes viales y otras plagas que tienen en jaque a la ciudadanía. Ahora sí, viajera, estamos en buenas manos